Isabela jugaba con los dedos de su mano, pellizcaba su pierna por los nervios que sentía. Después de varios días y semanas volvería a ver a sus padres. No se comunicó con ellos en todo ese tiempo, no les hiso saber que se encontraba bien, ni siquiera les dio una explicación del porque se fue de la casa de sus abuelos así de la nada. Por su mente pasaba varios escenarios, uno peor que el otro, puesto que ella deseaba verlos tomo valor y un taxi para visitarlos. En su mente escuchaba las voces de todos, los gritos de sus hermanos y los insultos de cada uno. Danilo no la dejaría sola, subió en el lado del copiloto, estaba más tranquilo, ya que había estado en peores situaciones. Acompañar a su nueva amiga y patrona a visitar a sus padre y hermanos no se comparaba con lo que vivía a diario

