POV: VALENTINA El vaso de agua temblaba, tenía días con unas malditas náuseas constantes. Era como si mi propio cuerpo se hubiera vuelto en mi contra, volviéndose extraño y hostil. —Tienes que comer —me ordenaba a mí misma, mirando el plato de fruta que Sylvia había mandado a mi habitación —tienes que mantenerte fuerte. Para cuando puedas escapar. Para cuando puedas enfrentarte a él. Pero el simple olor del melón me revolvía el estómago, cerré los ojos, apretando el vaso de agua con fuerza, sentí rabia, esta debilidad no era una opción. No podía permitírmela. Al final, decidí ir al médico y acabar con esa mierda, sea lo que fuera que estaba atacando mi cuerpo, tal vez era alguna bacteria. Encontré a Sylvia en el patio, leyendo, una parte de mí quería odiarla por su tranquilidad, por

