Punto de vista de Valentina Desperté antes del amanecer, sentía el cuerpo adolorido por la pelea del día anterior, me vestí eligiendo ropa que sabía que molestaría a Elías, me puse un vestido ajustado rojo escarlata, demasiado llamativo para pasar desapercibido. Si iba a ser su trofeo, al menos sería uno que todos miraran. Me dirigí a la cocina y él ya estaba allí, lucía impecable, tenía su expresión de siempre, como si oliera algo desagradable. —Buenos días, esposo —dije dulcemente— ¿Dormiste bien? Yo no, el cuerpo me duele horriblemente —volteó y se me quedó mirando. —Cambiate, vístete apropiadamente —respondió — tenemos reunión con los sureños en una hora. —¿Crees que esto es inapropiado? —hice una vuelta lenta— pensé que querías que luciera como una Navarro. —Quiero que no distra

