19 Darius —¿Estás bromeando?— dice Colby, empujando nerviosamente su cabello como un hombre que deja de fumar. —¿Crees que me gustan las bromas en las que yo soy el chiste? Es más de medianoche y estamos sentados en una mesa en el comedor del restaurante, el sonido de los lavavajillas cantando canciones españolas levantando el silencio justo por encima de lo insoportable. Entre nosotros hay unos cuantos gougères sobrantes, aunque Colby sólo tomo un mordisco de uno antes de que yo le contara la noticia y se le cayó sobre la mesa. —Así que volvemos al principio—, dice, exasperado. —Rectangular cero, ya que el barco ha zarpado sin el candidato que estaba persiguiendo. —Eso parece—, digo yo, antes de beber largo y tendido mi vino. Colby se mueve incómodamente en su asiento. Elige algo en

