Creo que me gusta
Hubiese preferido dejar esto antes, pero es claro que ya no puedo, estoy en una cuerda floja y no sé cómo salir de ella ahora… ¿Cómo llegué a esto? ¿Qué es lo que debo hacer?
Llevo soñando con él más o menos dos meses y no sé cómo dejar atrás estos sueños, pero lo peor de todo no es eso, es que me estoy volviendo loca, creo que siempre estuve enamorada de él, el problema es ¿Qué hago besando a otro justo ahora?
Todo comenzó hace un par de meses cuando las cosas se salieron de mi control, pero es claro que en ese momento no pensaba lo mismo, de haberlo sabido, habría retrocedido en el momento en que todo cambiaría para siempre.
Ser asistente no es tan simple como todos piensan, a veces tienes que hacer cosas que no te agradan, ir a lugares que no quieres ir, caminar demás, moverte demasiado, alterarte y tratar con todo tipo de personas mientras intentas cumplir con todo lo que tu jefe te pide, en mi caso, el jefe es Shane Reeves, un hombre increíble, atlético y bello de 33 años, rubio, con el cabello ondeado y bastante largo para que se le enrosquen las puntas, ojos color miel, piel dorada, con una ligera barba de unos días, posee el record mundial a los buenos modales, la pulcritud, el tacto y la reserva, tierno, caballero y gracioso y no es que esté enamorada de él o algo por el estilo, al contrario, lo quiero y lo admiro mucho, pero siempre intento mantener la distancia ya que Shane es una persona perfecta, cualquier mujer caería rendida a sus pies sin dudarlo, por lo mismo lo trato como lo que es, mi jefe, un compañero de trabajo, un amigo y nada más.
Trabajo con él desde hace 4 años en Sparting Corp. Una empresa dedicada al diseño y construcción de vehículos a los que les integramos nanotecnología e inteligencia artificial para hacerlos más capaces, rápidos, seguros y eficientes, literalmente, lo mejor que puedes encontrar a donde sea que vayas.
Además de un gran jefe, trabajo también con Serena, una chica extremadamente inteligente y capaz, ella lleva prácticamente todo aquí, de no ser por ella estaríamos todos perdidos, además está Mike, alegre y honesto, al punto en que llega a ser mordaz, es inteligente y risueño, es quién nos levanta el ánimo cuando las cosas se ponen color de hormiga, así pasamos los días en la oficina, entre las tareas cotidianas y las excepcionales.
Hoy es un día como los demás, tenemos mucho que hacer y no sé por dónde empezar, aunque dicen que comenzar por el principio siempre es lo mejor, así que vamos por ello.
Llego a las nueve como siempre y Shane llega quince minutos después.
- Abril ¿cómo estás? – Me pregunta mientras besa mi mejilla.
- Hola Shane, bien ¿y tú? – Pregunto.
- Bien, pero no alcancé a tomar desayuno, ¿puedes bajar a comprarme algo, por favor? – Así comienza la mayoría de los días, es una rutina que me encanta.
Ya durante la mañana, que avanza a pasos agigantados, surgen una y mil tareas pequeñas que debemos cumplir como equipo y debo reconocer que eso es algo que me agrada muchísimo, es muy difícil encontrar un ambiente laboral tan agradable como este, así que pido a Dios jamás tener que irme de aquí, considero la oficina como mi primera casa, a la que me tengo que ir todos los días es la segunda, y no me molesta para nada, pues vivo sola.
- Abril, necesito que lleves mi ropa a la tintorería, por favor. – Me pide Shane desde su oficina cuando estamos a media hora de salir a colación. Allá voy.
- Está bien. – Digo acercándome a su oficina para tomar los trajes y salir hacia la tintorería con ellos.
Así pasan la mayoría de nuestros días juntos, la rutina la conocemos, la armamos para que sea así y estoy feliz por eso, necesito este ambiente, necesito a estos colegas y necesito vivir mi vida de este modo.
A veces, mientras estoy concentrada en algo, Shane pide cosas y me agrada tener un respiro para que mi cabeza piense en algo más que sólo en trabajo, aunque sea un momento, como ahora.
- Abril, necesito una copia de esta llave, por favor. – Me habla dejándome sobre el escritorio sus llaves para que vaya por ellas, así que tomo mi bolso y salgo hacia el negocio de la otra esquina en dónde el Sr. Carrera siempre me atiende amablemente, aprovecho también las instancias para pasar a comprar café, es imperativo en mi vida el tener este dulce manjar, no podría continuar sin esto.
En otras ocasiones son cosas diferentes, como hoy,
- Abril, necesito que vayas a la tienda y me compres esto. – Me pasa un papel con cosas anotadas que necesita y yo lo tomo, lo leo y pregunto lo básico mientras tomo mi bolso.
- Está bien. – Digo sonriente ya que me gusta hacer las cosas que me pide, si es algo que le ayude yo feliz voy.
Aunque, a veces, también me pide cosas que no tienen mucha relación con el trabajo, como hoy, por ejemplo.
- Abril, necesito que vayas a comprar esto a la ferretería, por favor. – Me tiende un tornillo que se usará para colgar unos cuadros.
- Voy de inmediato. – Tomo el tornillo como modelo y salgo hacia la ferretería, carajos, no hay en la que está más cerca así que tomo un taxi y me dirijo hacia la otra que está más lejos.
Y otras veces lo que debo hacer son cosas un poco más personales, como esta.
- Abril ¿me puedes ir a comprar esto, por favor? – Me deja sobre el escritorio una receta y yo la cojo mientras observo el contenido por si debo preguntarle algo, cuando veo que no es así, salgo por ella.
Han sido días difíciles y muy movidos, pero no me quejo, nunca me quejo, si es por ayudarle, siempre voy a hacer lo que él necesita, incluso si no me lo pide.
Llego a la empresa a las nueve como siempre y Shane ya está aquí, voy a mi escritorio y dejo mis cosas para ir a su oficina a saludarlo, golpeo la puerta y sólo entro cuando él me lo permite.
- Adelante. – Lo escucho decir.
- Hola, Shane. – Saludo y me dirijo hacia él para besar su mejilla como siempre, pero en cuanto lo observo me doy cuenta de que él mira hacia la nada a través de la pared de vidrio de su oficina.
- Abril… - Me habla lento y continúa mirando por su ventana.
- Dime. – Tenemos una relación de confianza y de amistad desde hace 4 años, los mismos que llevamos trabajando juntos, creo que sé todo sobre él y él de mí, no tenemos secretos, ni en lo más mínimo.
- Quiero darme unas vacaciones. – Me dice luego de una gran pausa, lo que le hace a mi mente salir corriendo de la ensoñación en la que estaba.
- ¿Por qué no lo haces? Te notas estresado. – Hablo parada al otro lado de su escritorio.
- Porque mis vacaciones deben ser muy largas, necesito al menos un año para estar fuera de la empresa y renovar mis ideas, pero…
¡¿Qué?! ¡¿Un año sin Shane?!
- Pero ¿qué? – Pregunto un poco asustada.
- Necesito que alguien se haga cargo de todo esto y para eso, te necesito a ti como mano derecha de mi reemplazo. - ¿Reemplazo? Dios, no sé si quiero trabajar con alguien más.
- ¿Quién será tu reemplazo? – Las palabras queman en mi garganta mientras las digo.
- Scott. – ¡Ay no! ¡¿Por qué él?!