Parecía que el universo me odiaba demasiado porque mis lesiones me dejaron a merced de Grayson Vallmonth. Sin embargo no me importaba lo que él hiciera de mí, estaba rota en cuerpo y espíritu, me daba muy igual si me convertía en una muñeca o me dejaba afuera a la intemperie. Nada demasiado trágico sucedió, obligó a Lizbeth a cuidarme junto con las otras enfermeras lo que la enfuruño de sobremanera sin embargo tuvo que aguantarse al final aunque fueran amigos o amantes porque primero que nada él era su jefe y la utilizaba a como le placiera. Me negué a probar bocado, en una huelga de hambre extraña que no tenía más sentido que mantener en alto el poco honor que me quedaba. Al principio mi esposo dijo que aquello no era algo a lo cual tomarle importancia, que yo solo estaba haciendo berr

