Después del extraño encuentro con su vecina, Andrés estuvo muy extraño. Algo pasaba por su mente, pero no lograba descifrarlo. -¿Qué te ocurre? -Nada… no veo bien a Stephie. No era para menos, al parecer tenían ya varios años de conocerse, siendo así yo me sentiría igual. Volvimos a casa, nos acostamos en el acolchado sofá a ver la televisión, teníamos preparada una sesión de películas de acción, y un montón de golosinas para saciar nuestra ansiedad climatológica. Cerca de la una de la tarde, caímos rendidos y nos venció el sueño, abrazados y abrigados hasta el cuello escuchamos un estruendo… un balazo. -¡Steph!- Se levantó Andrés angustiado. Sin tomar en cuenta que estaba a su lado se levantó precipitadamente. Luego se volvió y dijo llama al número de emergencia y salió despavorido

