Capítulo 4

1629 Palabras
Abril -Pues no la verdad no. -¿Por qué no? - por alguna razón me dan ganas de llorar a mares, y como no estoy pensando de manera razonable le agua señas a el barman para que me pase la botella completa de ron. -Creo que ya es momento de que dejes de tomar. -No no no, me dijiste que no, ahora déjame ahogar este dolor.-Cuando el barman pone la botella abierta frente a mi la abrazo como si fuera lo único que me queda.- Últimamente todos me odian. -No te odio, solo no se que decirle a una desconocida para que arregle su vida. -Ahora somos desconocidos Jeff. -Mi nombre no es Jeff, me llamo Chase. -Si cómo sea, creí que éramos amigos.- Para agregarle más drama a el asunto tomo la botella y empiezo a beber como si no tuviera fondo hasta que me la quitan a la fuerza. -Esta bien, te daré un pequeño consejo pero ya deja de beber. -Bien.- Por alguna extraña razón me encantan los consejos de los desconocidos, siento que de verdad me sirven. -Bueno pues... tal vez si buscas a alguien que quiera invertir en la empresa de tu padre puedas salvarla. -Ese consejo no me sirve.- me quejo.- ¿Quién va a querer invertir en una empresa en quiebra? -No lo sé, tal vez alguien cercano a ti que te quiera ayudar. -Claro, necesito a alguien que no le importe si la empresa está en quiebra o no, que solo quiera ayudarme sin importarle perder dinero. -Si, algo así. -Y dónde encuentro algo así. -No lo sé. Me quedo viendo la pared detrás suyo mientras intento entender con mi cerebro de borracha todo lo que ha dicho. -¡Oh por Dios! Creo que ya encontré la solución. -Que bien. -Me casare con alguien que tenga dinero para que me ayude sin pensarlo. -¿Que? ¡NO! ese no fue mi consejo, es una pésima idea. -Es una idea genial. -Y cómo piensas conseguir un hombre con dinero que esté dispuesto a casarse contigo y darte dinero. -No lo sé.- me pongo de pie de golpe.- Tengo que contarle esto a mi mejor amiga. Empiezo a caminar de manera torpe pero rápida hacia la puerta, escucho a mi amigo Jeff llamarme varias veces pero lo ignoro, justo ahora solo quiero llegar a mi casa y contarle a Clarisa la buena idea de Jeff, no se cómo puede ser tan inteligente, tiene lógica su idea, me consigo un esposo que tenga bastante dinero y una vez que estemos casados le pido el dinero que necesito para sacar a flote la empresa de mi padre. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. No sé cómo le hago para manejar hasta mi casa y no tengo ningún recuerdo de como llegué hasta mi cama, solo se que cuando desperté ya eran las dos de la tarde y Clarisa estaba en mi sala con cara de mamá enfadada mientras los terremotos corrían por todas partes. -Buenos días.- el dolor en mi garganta es muy insoportable. -No tienen nada de buenos, ¿tienes idea de todo lo que hiciste ayer? -Eh no. -Dios Abril, cuando vas a madurar, ya tienes venticiete años, ahora tienes dos niños que dependen de ti, tienes que dejar de hacer las cosas sin pensar en las consecuencias. -No paso nada mal... -¡Si paso! estoy decepcionada de ti, me ofrecí a cuidar a tus hermanos para que tomarás un pequeño descanso y pudieras procesar todo lo que está pasando, no para que te emborracharas y perdieras el control. -¿Hice algo malo? -Dejaste el carro estacionado en medio de el parque que está al frente, y luego empezaste a gritar mi nombre para que te abriera por qué no conseguías las llaves, los vecinos estuvieron a punto de llamar a la policía por el escándalo, aparte de que ahora tienes una multa por exceso de velocidad y otra por daños a estructuras públicas, por qué te llevaste una par de bancas cuando te fuiste a estacionar. -No puede ser.- me siento en el sofá y me llevo las manos a la cara, me siento muy mal.- ¿Es mucho dinero? -No te preocupes por eso.- Clarisa se sienta a mi lado y me abraza.-Yo pagaré todo, lo que quiero que hagas es que madures, ya es hora de que salgas consigas un trabajo y empieces a ser independiente de verdad. -Tienes razón, lo siento mucho, te pagaré todo cuando consiga el dinero, y te prometo que buscaré un trabajo. -Me alegra oír eso.- se separa de mi y me sonríe con orgullo.-Respecto a lo de tu padre, estuve hablándolo con mi abogado y su consejo es que dejes todo como está, simplemente ocúpate de cuidar a tus hermanos y ya. -Pues eso ya lo resolví. -¿Que quieres decir? -Estuve hablando ayer con un amigo ... -¿Que amigo? -Ash una persona que conocí, el punto es que me dió un buen consejo.- Me recuesto en sus piernas.- Lo que tengo que hacer para recuperar la empresa de mi padre es casarme con alguien, y luego hacer que se convierta en socio y invierta en la empresa. -¡Estás loca! eso no es una buena idea.- se levanta de golpe y empieza a dar vueltas por toda la sala.-Es una idea estúpida. -Claro que no, funcionara, no hay manera de que falle. -¡Hay demasiadas maneras en las que esto puede fallar! - creo que le va a dar algo, la vena que resalta en su frente no es normal.- Definitivamente no has madurado todavía. -Oye ya deja de decir eso.- Me empieza a molestar el hecho de que me vea como una niña. -Y que quieres que te diga, tienes que ser consiente de que es una pésima idea. -Solo quiero que me apoyes, a mi me parece que funcionará.-Tal vez si sea una mala idea, pero no pierdo nada intentándolo, además no es algo nuevo eso de casarse por dinero ¿verdad? Al final Clarisa se rindió y se calmo un poco. -Esta bien, está bien.- Tomo un respiro y volvió a sentarse a mi lado.- No te diré más nada, ya estás grande y puedes hacer con tu vida lo que quieras, solo no te enojes si algo sale mal y te diga te lo dije. -Prometo no enojarme.- Abro mis brazos para que me abrace y una vez que lo hace la apretó con todas mis fuerzas.- Te quiero aunque a veces me regañes más que mi mamá. -Tambien te quiero aunque a veces pareces más mi hija que mi amiga. Luego de nuestro momento emocional nos pusimos de pie para comer algo, ellos comieron algo ligero ya que acababan de almorzar, mientras que yo comí todo lo que pude gracias a el hambre terrible que cargaba, cuando terminamos de comer me puso como castigo por todo lo que había hecho lavar todo los platos sucios, y ni siquiera me queje aunque no me gustará hacerlo, ya que estaba enormemente agradecida con todo lo que me estaba ayudando. Cuando termine de hacerlo me tomé una pastilla para aliviar el dolor de cabeza que tenía y decidí que me uniría a los chicos, quienes se encontraban viendo la película de el rey león nuevamente en la sala. Pero antes de unirme a ellos me dirigí a mi habitación para darme un rápido baño, ya que siento como si tuviera días sin hacerlo, además de que me ayuda a sentirme un poco mejor, cómo hoy no pretendo salir de casa opte por utilizar algo cómodo y fresco, amarro mi cabello en un moño sin forma y busco mi teléfono para poder bajar a ver la película pero no lo encuentro. Miro debajo de las almohadas, de bajo de mi cobija, entre mi ropa, y cuando estoy por buscar en el baño me doy cuenta de que tampoco he visto mi bolso, ni ninguna de las cosa que llevaba en el, me empieza a entrar un pequeño ataque de pánico por qué no encuentro nada por lo que bajo corriendo a dónde Clarisa con la esperanza de que ellas los haya guardado por alguna extraña razón. -¿Tienes mi teléfono?- digo casi sin poder respirar por haber corrido tan rápido. -Aaah si, se me olvidó decirte.- da un pequeño sorbo a la bebida en su mano y se toma su tiempo para terminar de hablar. -¡Decirme que! - justo ahora no estoy para que jueguen con mi paciencia. -Ay pero que delicada, la cosa es que ayer llegaste sin nada, sin bolso, ni teléfono ni nada, aún no se cómo lograste conducir hasta aquí. -No puede ser.- tiró un poco de mi cabello a causa de la frustración.- Por que parece que justo ahora solo me pasan cosas malas. -No es eso cariño, lo que pasa es que tú ahora solo estás mirando lo malo, pero también te pasan cosas buenas. -¿Cómo que? -Como te era salud por ejemplo. -Si tienes razón, pero no puedes negar que de verdad últimamente me están pasando más cosas malas que buenas.- me siento en el sillón individual. -Ya verás que eso cambiará. -Eso espero. Justo cuando terminó de decir eso el teléfono de la casa empieza a sonar haciendo que mi cabeza duela más, por lo que me levanto rápido para detener el sonido. -¿Hola? -Hola, ¿está un tal Abby por ahí? -Eh si soy yo, ¿quien es? -Soy Chase, estuvimos hablando ayer en el bar no sé si te acuerdas, aún que no lo creo, parecidas bastante borracha anoche. -oh si, si se quien eres. -bien, la cosa es que necesito hablar contigo, creo que tengo algo que te interesa.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR