Abril
-¿De que hablas Jeff?
-Ya te he dicho varias veces que mi nombre es Chase.
-Si cómo sea, si mi yo borracha te puso Jeff es por qué debes tener cara de Jeff.
-Si que eres necia.- hablo rápido sin darme tiempo de quejarme.- seré breve con lo que te quiero decir, dejaste tu bolso y teléfono ayer en el bar.
-Eso explica muchas cosas.
-¿Cómo que?
-Pues explica por qué no los consigo.
-Si bueno, cómo hago para devolverlos.
Me quedo en silencio por un momento pensando en un sitio en donde nos podamos encontrar.
-¿Sabes donde que la cafetería "Sugar and Coffe"?
-¿Es la que queda por el centro?
-Si esa, nos vemos ahí a las cinco ¿te parece?
-De acuerdo nos vemos ahí.
-Bien.
-Bien.
Cuelgo de inmediato para no hacer uno de esos silencios incómodos que crean la mayoría de las veces que hablas con un desconocido por teléfono, vuelvo de nuevo a la sala pensando en la clase de persona rara que es Jeff, hoy en día nadie se preocupa por nadie, mucho menos por las cosas olvidadas en un bar de una chica borracha, si hubiera Sido otro tipo de persona las hubiera robado, aunque también puede ser que Jeff tenga otras intenciones ocultas.
-¿Quien era?.- Clarisa me habla sin despegar sus ojos de la televisión.
-Un chico que conocí ayer, al parecer no voy a perder mis cosas.
-¿Y eso?- me ofrece de su bolsa de Doritos.
-Pues ayer conocí a un chico llamado Chase que amablemente guardo mis cosas y llamo para encontrarnos y devolverlas.
-¿Y es guapo?- me mira subiendo y bajando sus cejas de forma pícara.
-Ay por favor clari, ahorita no estamos para esas cosas... Pero si, es muy guapo.
-Dime su apellido, lo buscaré por Instagram.- saca su teléfono rápidamente.
-No, no me se su apellido.- aprieta sus manos con frustración.- Pero te prometo que hoy lo averiguaré.
-¡Si! no te olvides de guardar su número.
-Eso si no te lo prometo.
-¿A qué horas se encontraran?
-A las cinco.- arrugo mi frente cuando pega un grito.- ¿Por qué gritas?
-¿Es que no has visto la hora? - se termina de comer todos los Doritos y se pone de pie rápidamente.- van a ser casi las cuatro y aún no te has empezado arreglar.
-No seas tan dramática, en una hora puedo arreglarme.
-Si claro, te arreglas para estar en casa en una hora, pero para una cita necesitas tiempo, cosa que no tenemos, pero no te preocupes estoy aquí para ayudarte.
Me toma de la mano y empieza a arrástrame a mi habitación, cómo puedo le hago señas a mis hermanos para que me sigan, y como ya estaban aburriendose de la película corrieron felices tras nosotras.
-No es una cita, solo nos encontraremos para que me devuelva mis cosas.- hago una mueca cuando me se acerca y me huele.
-Eso no importa, tienes que verte estupenda, no sabes si ese puede ser tu próximo esposo.
-Obvio no, mi esposo tiene que tener dinero y ser reconocido en el mundo de la élite, así también me ayudara a traer inversionistas a la empresa.
-¿Y acaso este chico no tiene dinero?
-Creo que no, no lo conozco y sabes que yo conozco a todos los de nuestro círculo social.
-Lastima, de todas maneras te puede servir para quitarte el estrés.
-Ya lo veremos.
La siguiente hora la pasamos entre chismes y tirones de pelo, por qué aunque al final mi pelo quedó con unas ondas maravillosas no voy a mentir perdí varios mechones de pelo gracias a qué mi maravillosa amiga no sabe ser delicada a la hora de peinarlo, me maquilló de manera sencilla pero sensual y me puso tres opciones de vestimenta encima de la cama, cosa que agradecí.
Termine eligiendo el más sencillo, que consiste de un short y una chaqueta corta de blue jeans, un top de tiras finas de color rosa pastel, lo combine con unas sandalias marrones con un poco de plataforma y un par de gafas de el mismo tono de la blusa, no elegí ninguna cárter ya que no tenía nada que meter en ella, aparte de que se supone que iré a buscar la que tiene toda mis cosas.
-Estas divina amiga.- Clarisa me lanza un beso cuando entro a la cocina.
-Gracias.- le lanza un beso devuelta.
-Amiga me apena mucho decirte esto.- suelta un suspiro de pena.- pero no me podré quedar a cuidar a los terremotos, surgio un inconveniente en la presa con le proyecto que estamos haciendo y tengo que ir a resolverlo.
-Oh no te preocupes, te entiendo, más bien hiciste mucho quedandote anoche y parte de hoy, te lo agradezco un momento.
-¿No estás molesta?
-Por supuesto que no.
-Te quiero, perdón por arruinar tu posible aventura.
-Tambien te quiero y no te preocupes por eso, ve a cumplir con tu deber.
Nos despedimos con un fuerte abrazo y salió de la casa luego de despedirse con un abrazo de Adan y Dean, cuando faltaban diez para las cinco tomo las sillas de ambos y las metí en mi carro destrozado, me costaría un poco arreglarlo.
Asegure las sillas y los coloque a ambos dentro, me subí a mi asiento y empecé a manejar pensando en que tal vez luego de recuperar mis cosas pueda ir a la que era la casa de mis padres para ver si puedo entrar la ropa de mis hermanos, ya que se han estado poniendo lo mismo desde hace dos días, y aunque lo he lavado no pueden vivir usando siempre lo mismo.
Llegó a la cafetería exactamente a las cinco, pero como no es muy fácil encontrar donde estacionar se me hacen las cinco y diez cuando por fin entro a el local con uno de mis hermanos en cada mano, escaneo todo el lugar hasta que lo veo.
Está sentado en unas de las mesas de el fondo y se ve mucho más guapo sin tener la vista borrosa, viste un simple pantalón n***o junto con una camisa básica blanca, en sus pies lleva botas negras estilo militares y cuando vuelvo a subir mis ojos a su cara me doy cuenta que ya nos vio, me escanea al igual que yo lo hice con el y luego observa a mis hermanos, no hay sorpresa en su cara por el hecho de que cargue a dos niños parecidos a mi, por qué si, mis hermanos se parecen demasiado a mi.
-Llegas tarde.- es lo primero que dice cuando nos acercamos a su mesa.
-Perdón por eso, pero no es fácil estacionar cerca de aquí.
-No importa, ¿quieren algo de comer? - le hizo señas a el mesero lara que se acercara.
Agradezco que clarisa haya sido tan considera de prestarme más dinero.
-Dos mini donas y un capuchino por favor. - el chico anoto todo en su libreta y luego espero que Chase ordenará para retirase.- Entonces, ¿me puedes devolver mis cosas?
-Y que ganaría yo.-sonrie con la diversión marcada en sus ojos.
-Ya sabía que nadie podía ser tan generoso hoy en día.
-No me malinterpretes, no te voy a pedir nada que no me debas.
-¿De que hablas?
-De que ayer de fuiste de manera rápida sin decir nada y sin pagar la cuenta.
-Oh.- siento mis orejas empezar a ponerse rojas de la vergüenza.
-Si, así que serías tan amable de devolverme lo que pagar ayer.
-Si, que pena, anoche me pase un poco de tragos.- me dijo la cantidad que tuvo que pagar y se la di.- Lo siento de verdad.
-No te preocupes.- pune mis cosas, las cuales tenía sobre las piernas, sobre la mesa.- Aquí tienes tus cosas.
-Muchas gracias.
-¿Ellos son los famosos terremotos?- los mira con curiosidad mientras que mis hermanos le devuelven un intento de mirada amenazante.
-Si, son ellos.- los miro.- Saluden chicos.
-Hoa.- Responden al uniso lo que hace que se vean un poco tiernos.
-Hola mucho gusto, mi nombre es Chase.
-El es Dean.- señaló al que tengo a mi derecha.- Y el es Adan.
Los saluda chocando su manos en forma de puño y luego todo se sumerge en un silencio incómodo, puede que los terremotos sean muy habladores pero suelen ponerse en silencio cuando hay personas desconocidas.
-Entonces, ya pudiste resolver tus problemas.- Chase interrumpe el silencio momentos después de que traen nuestra orden.
-¿Recuerdas todo?
-Si, no había tomado mucho, ¿y tú?
-Extrañamente recuerdo casi todo.- doy un sorbo a mi bebida y ayudo a Dean a comer su pequeña dona.- Sobre mis problemas, no, aún no los resuelvo, pero planeo hacerlo gracias a el consejo que me diste, te agradezco por eso.
-¿Que?
-El consejo de casarme para arreglar mi situación económica.
-¿Hablas encerio?
-Si.
-Estaba bromeando cuando lo dije, no era enserio.
-Bueno pues lo pensé bien y es un buen plan, gracias por la idea.
-¡No! no lo hagas, es una idea estúpida.
-Claro que no, ya lo analice y estoy segura de que funcionará.
-Estas loca, lo peor es que si algo llega a salir mal me sentiré culpable por qué te di la idea.
-Entonces ayúdame.-no se por que dije eso, pero puede que me venga bien un poco de ayuda.
-Ni siquiera te conozco.-pasa las manos con frustración por su rostro.
-¿Y que? nos conocemos y ya.- le tiendo mi mano. - Mucho gusto mi nombre es Abril Reimons y el tuyo.
Suspira y mira a el techo antes de volver a mirarme y tenderme su mano aceptando mi loca idea.
-Mucho gusto, Chase Collins.