CAPITULO 3 ESO ESTUVO CERCA

1808 Palabras
No podía creer lo que estaba escuchando, no había ganado una de las becas ¿Qué iba hacer ahora? No podía regresar así a mi casa, tenia que buscar la manera de poder entrar en esta universidad, de eso dependía todo mi plan. -¡Lo siento mucho! Pensé que los dos entraríamos a la universidad… - La voz de Franco llamó mi atención, lo vi mirarme con tristeza, así que solo le di una sonrisa y bajé la cabeza, tenía que pensar el modo de poder entrar aquí, era necesario. -¿Podemos intercambiar números? Quiero seguir en contacto contigo, me caíste muy bien - Otra vez Franco me volvió a hablar, vi como me extendía su celular, así que lo tomé y escribí en el mi número, mi padre siempre me decía que siempre era bueno tener un conocido en un lugar donde uno no conoce a nadie eso en cualquier momento te seria de ayuda. Le entregué el móvil y me levanté de la silla donde me encontraba sentado, necesitaba pensar, idear otra manera de llevar el plan, además que tenía que llegar a comprar cosas para el apartamento y quería descansar un poco también, apenas llegué del aeropuerto solo me di una ducha y me vine para la universidad, así que, me sentía algo cansado. -¡Me alegro mucho de que por lo menos tú hayas pasado! Y lo siento… creo que quedé sorprendido que no me nombraran, que no reaccione de la mejor manera -Le dije a Franco mientras salía del auditorio. -¡No te desanimes! ¿Crees en los milagros? - No entendía a qué venia esa pregunta… pero quería serle sincero. -¡Me hubiera gustado decirte que sí! Pero seria un mentiroso, desde la muerte de mi padre, deje de creer en todo… así que, no, no creo que los milagros… - Le di la espalda, pero antes de salir sentí que alguien puso su mano en mi hombro. -¡Lastima! Pero yo si creo en ellos… - Vi cómo me dio una sonrisa y comenzó a caminar por los pasillos, así que, yo hice lo mismo, pero en el sentido contrario. Camine por los pasillos de la universidad, miraba el cielo, iba totalmente distraído cuando siento que de uno de los campos se escuchaban voces, así que decidí ir a ver qué era lo que sucedía sabía que no era de mi incumbencia, pero igual fui. -¿Esas gafas no te dejan ver por donde caminas? - Era la voz de un chico, no podía verle bien la cara desde el lugar en donde me encontraba. -¡LO… lo… lo siento! Venia algo distraído -Esa era la voz de Franco, no sabia que pasaba, pero decidí acercarme un poco más, así que pude ver que unos chicos lo tenían contra la pared y lo estaban molestando, uno de ellos le daba cachetadas. -¿Qué creen que hacen? -No podía permitir que lo intimidaran, así que decidí meterme. -¿Y tú quien eres? - Me dijo uno de ellos, suponía que era el que mandaba a los otros dos. -¿Eso importa? Solo deja de golpearlo… -Señalé a Franco, él me veía con ojos suplicantes de ayuda, no podía ignorar eso, sabia que, si mi madre estuviera ahí, diría que ¨yo no busco los problemas, si no, que los problemas me buscan a mi¨ -¿Eres su amigo? - Me dijo el chico de cabello castaño y ojos color aceitunas… -¡Si! Es mi amigo… - No sabía por qué diablos decía eso, pero en ese momento fue lo único que salió de mi boca. -¿Sabes quien soy yo? - Me dijo el chico, mientras soltaba a Franco y se iba acercando a mí. -No sé y no me interesa quien eres tampoco… solo quiero que dejes en paz a mi amigo. -Dije de manera desafiante. -Tú amiguito se chocó conmigo… esos grandes lentes que tiene no le sirven para nada - Me dijo el chico mientras se seguía acercando a mi cada vez más. -Él ya se disculpó… - Le dije, mientras le hacia seña a Franco de que se hiciera detrás mío. -¡Veo que no te enseñaron a respetar y tampoco a no meterte en los problemas de los demás! ¿Eres nuevo? Nunca te había visto - Me seguía diciendo el castaño. -Si, soy nuevo… - Le respondí yo, sabía que estaba mintiendo pues ni siquiera había podido ingresar a la universidad. -¡Bueno! Yo soy el rey de la universidad… soy Massimo D´angelo hijo del jefe del ejército, el general Leandro D´angelo - ¡Esto tenía que ser una broma! Tras que mi día no iba bien, tenía que venir a tropezarme con este chico. -¡Te dije que no me importa quien eres! Solo quiero que dejes a mi amigo en paz… - Me iba a dar la vuelta cuando sentí, que alguien me tomó del hombro, me volteo y en cuestiones de segundo siento como un puño golpea mi rostro. -¿Te pregunte que si no te enseñaron a respetar y a no meterte en los problemas de los demás? Por lo veo, no… - Me dijo el chico con una sonrisa en su rostro, yo me encontraba tirado en el piso, me toqué el labio y sentí un dolor, cuando miro mi mano tenía algo de sangre, así que me puse de pie en cuestiones de segundo, sentía como la sangre me hervía ¿Qué se creía este niño de papi? -¡Si me enseñaron a respetar! Pero a la gente que vale la pena tenerle respeto, a niñitos como tú que, se creen los dueños del mundo, solo porque su padre tiene un buen puesto no, a esos… me enseñaron a ponerlos en su lugar - Me di la vuelta, iba a comenzar a caminar cuando. -¡Seguro que tú padre es un perdedor como tú! - Eso fue lo último que pude recordar, en menos de un instante me encontraba encima de este tipo dándole con todas mis fuerzas, lo único que escucha era gritos de Franco diciendo que parara. -¿Qué haces? ¿suéltalo? ¿Qué te pasa animal? -Una dulce voz me gritó y sentí como alguien intentaba tomarme del brazo para que dejara de golpear a este chico, pero la rabia me tenía tan cegado, que sentía que no podía parar. -¡SUELTALO! -Ese último grito me hizo detenerme… esa voz… era ella. Me levanté del piso, retrocedí uno pasos, y vi como esa chica, se le acercaba y comenzaba a preguntarle si estaba bien, por lo visto se conocían. -¿Qué te pasa animal? ¿Por qué lo golpeaste? - Me dijo mientras me empujaba. -El me golpeo primero, solo me estaba defendiendo… -Le dije un poco aturdido, que el chico me haya nombrado a mi padre fue el detonante para que dejara salir todo lo que me había estado aguantando. -¡Eres un animal! Ojalá no entres a esta universidad becado… - Me dijo otra chica, una que no había visto en persona, pero si en foto, era la otra chica… Sofia me imagino que ya le habrían hablado de mí, porque para saber que estaba ahí por la beca cuando a ella nunca la vi. Las tres chicas junto con los otros chicos que acompañaban a este Massimo solo me miraban con desprecio, en ese momento entendí que, si lograba de algún modo entrar a esta universidad, no solo tendría que luchar por llevar a cabo mi plan de venganza, si no que, también tendría que luchar por sobrevivir. -¡Vamos Luca! - Franco me agarró de brazo y comenzó a jalarme - ¿Estas bien? ¿Por qué te metiste? Ahora te causé problemas… - Franco seguía hablándome. -No podía dejar que te pegaran por algo que hiciste sin intención - Le dije mientras me tocaba el labio. -¿Te llevo a tú casa? - Me preguntó el chico, se le veía algo angustiado. -¡No te preocupes! Puedo irme en el autobús - Le dije mientras me alejaba. Este día no había podido ir peor, no gané la beca y ahora tenía que buscar otra manera de llevar mi plan y luego me metí en una pelea que no era mía. Tomé el autobús hasta el apartamento, me baje en la parada y camine hacia una droguería, de paso llegué a un supermercado que había cerca y compre cosas para comer, como era mi primer día, la nevera estaba vacía. Después de llegar al apartamento, acomodé todo lo que había comprado en la nevera, me quité la ropa que llevaba, me metí al baño y me tomé una larga ducha, tenia moretones por los golpes que había recibido de este chico. Salí de la ducha, me sequé y me comencé a curar las heridas. Recordaba cada una de las palabras de esas chicas, la mira de Genesis, esa fue la que mas me impresionó, me miraba con desprecio, puedo decir que es el mismo desprecio que siento yo por ella y su padre, solo que esta chica lo sentía porque le había golpeado al ¨Novio¨ o lo que fuera que sea de ella. Después de ponerme ropa cómoda, hacerme algo de comer, me tire en la cama a mirar el techo y pensar… nada estaba saliendo como lo había planeado, sabía que encontraría obstáculos, pero no esta manera. Me estaba quedando dormido, cuando de repente sentí que mi celular comenzó a sonar. -¡Buenas tardes! ¿Me comunico con el señor Luca Rosso? -Si, ¿Con quien tengo el gusto? -Soy la secretaria del rector de la universidad Lyan, queremos informarle que ha sido uno de los elegidos para la beca que la universidad ofrece… -¿Qué? ¿Me esta bromeando? Presenté ese examen esta mañana y según los nombres que el director dijo, el mío no estaba ahí… -¡Uno de los chicos que ganó la beca se la cedió! -¿Qué? ¿Quién? ¿Eso se podía? -No le puedo decir quien… y tampoco se puede, esta vez se hizo una gran excepción, así que, siéntase agradecido… tiene que venir mañana a culminar los papeles para que la otra semana este ingresando a las clases. La señorita no me dejó terminar de hablar cuando me colgó, todo era muy confuso ¿Me habían cedido la beca? ¿Quién podía ser? El único que conozco que la gano era Franco, pero ¿Seria él? Esto tenía que averiguarlo, pero por ahora, podía dormir feliz, había logrado ingresar a la universidad, ya podía seguir el rumbo de mi plan. ¡Nos veremos pronto Genesis Fiore!
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