Vi como me miraba con desprecio y eso hacia que me enojara ¿Cómo una chica tan hermosa podía ser tan hueca y superficial? Todos en el salón nos quedaron mirando tenia que hacer algo, porque ya me estaba incomodando.
-¿Asco por qué? ¿Acaso tengo algo malo? ¿Alguna enfermedad? -Le dije mientras tomaba asiento otra vez en mi puesto.
-Eres un animal salvaje que va por ahí golpeando a la gente… ¿Te parece poco? -Pero ¿Qué decía esta chica? ¿Cómo podía decir eso, cuando claramente su noviecito era el que estaba atacando a Franco?
-Parece ser que no sabes bien quien es el animal que va por ahí golpeando a la gente para sentirse superior -Le dije.
-¿Qué quieres decir? -Me dijo la chica.
-Que si no sabes cómo sucedieron las cosas es mejor que no hables… te puedes llevar una gran decepción -Vi como se me acercó rápidamente.
-¡Te pregunte algo! ¿No te enseñaron a responder? -Me dijo mientras me tomaba de la camisa. Yo le quite sus manos y simplemente le voltee la mira, sabia que eso le molestaría, se ve que es la chica que está acostumbrada a que todo se haga como ella quiere, pero conmigo eso no va, por mas que me parezca hermosa, no me dejare cautivar por su belleza, estoy aquí por un solo motivo y no me distraeré con nada.
Vi como después de unos minutos se fue hacia su puesto, ya que yo le di la espalda y no le respondí más, esto solo era el comienzo, ella no se imaginaba todo lo que le esperaba, tanto a ella como a su padre, me tomaría mi tiempo para verlos sufrir, quiero verlos llorando tirados en el piso.
-¡Buenos días chicos! Les doy la bienvenida a su primer día de clases y su ultimo año de carrera, ya casi culminan este camino y espero que en este año todos se puedan llevar bien y que aprendan mucho -La profesora entró con una gran sonrisa, comenzó dando palabras de bienvenidas e indicándonos como seria el año universitario.
Las clases comenzaron y todos prestábamos atención, se me había olvidado como era esto, pues ya había tenido un tiempo fuera de las aulas de clases. Después de unas cuantas horas por fin mis clases habían terminado, había quedado con los chicos de ir a comer algo a un centro comercial. Comeríamos algo y luego cada uno se iría para su casa, yo tenia que ponerme a buscar un empleo de medio tiempo, pues el dinero que me había traído no me duraría mucho.
-¿Qué tienes pensado hacer ahora? -Me preguntó Franco mientras le daba una mordida a un sándwich que se estaba comiendo.
-¡No sé! Ahora después de que terminemos de comer, me iré a caminar a ver si consigo letreros donde estén solicitando personal, necesito trabajar ya que el dinero que traje de mi casa solo me durara para unos meses -Le dije mientras yo le daba un sorbo a mi jugo.
-Si quieres le puedo preguntar a mi padre si no necesitan personal en su compañía-Me dijo Guido.
-¿Seguro que puedes hacerlo? ¿No seria una molestia? -Le dije algo emocionado.
-¿Por qué seria una molestia? Si eres amigo de Franco también eres amigo mío ahora, además si eres capaz de enfrentarte a Massimo y sus amigotes, eres alguien genial. -Me dijo con una sonrisa en el rostro, igual de dulce a la que siempre me daba Franco.
-¿Me pueden contar por que molestan tanto a Franco y bueno me imagino que a ti también por ser amigo de él? -Les pregunté algo curioso a Guido.
-Bueno… Massimo D´angelo como ya sabes es el hijo del jefe de las fuerzas armadas el señor Leandro D´angelo, su padre lo trata fatal, siempre lo compara con sus otros hermanos, casi nunca le presta atención, pero cuando se la presta no es para nada bueno, él es amigo de los otros dos… Matías Conte, su padre también es militar, pero es un rango menos que el papá de Massimo y está, este otro chico Luigi Greco, su familia es muy importante en el área de la cultura, todos han sido grandes artistas, tienen una fundación, estos tres chicos son hijos de la clase alta de la ciudad, pero eso de nada les sirve, porque por mas dinero que tengan sus familias nunca les prestan atención, así que buscan esa atención en otro lado… -Niños ricos falta de cariño, esto me recuerda a esas novelas que ve mi hermana.
-Pero ¿Por qué los molestan tanto? -Volví a preguntar.
-No sabemos, me imagino que porque somos los más débiles y fáciles de molestar… -Me dijo Franco con una sonrisa.
-¡Oh! Y ¿Quién fue la chica que detuvo a Massimo? -Les dije, tenía que saber en qué entorno me iba a meter.
-¿Cinnia? Ella es Cinnia Martini, su padre tiene negocios con el padre de Massimo, son enemigos a morir, nunca se han llevado bien, ella es como la ves, la típica chica rebelde que pelea por los derechos de los indefensos… su grupo de amigas han sido becadas desde que ingresaron a la universidad… son tres también, Alessia Kicci y Antonella Romano, siempre andan juntas. -Me dijo Guido mientras terminaba su ultimo trozo de pizza.
-¿Es amiga de Genesis Fiore? -Pregunte…
-¿Qué? ¿Amigas? ¿Bromeas? Ese grupo de chicas no se soportan, tanto Genesis Fiore y su grupo como Cinnia y su grupo son enemigos a morir, son polos opuestos, Genesis es la belleza del campus, la chica más popular de la universidad, no hay chico que no se muera por estar con ella, pero lo que tiene de hermosa lo tiene de superficial, aunque no se puede negar que la chica es una de las mejores estudiantes, pero eso lo empaña con su forma de ser -Me dijo Franco.
-¡Ya veo! En conclusión, será un duro año -Les dije mientras me rascaba la cabeza.
Después de un rato decidimos cada uno ir hacer los deberes que teníamos, me despedí de ellos y comencé a caminar las calles de Paris, eran realmente hermosas, el ruido de los carros, las luces de todos los establecimientos, tantas personas caminando por ahí, le daban un toque genial.
Me hubiera gustado venir con mi padre a la capital, pasear con él, contarle todo lo que me estaba pasando y todo lo que sentía. La noche se hace dolorosamente fría, mientras caminaba, debido al solitario viento, los recuerdos familiares se han guardado aquí dentro de mí, aquí en mi corazón, la noche está otra vez llena de ti padre, puedo decir que ahora solo me quedan recuerdos agradecidos cuando tú y yo solíamos reír juntos, otra vez estoy aquí, temiendo que te conviertas en una estrella y desaparezcas, temo que al pasar del tiempo vaya olvidando tu rostro, tu sonrisa, tu voz. Por eso mantendré este sentimiento en un lugar vacío, cuando cierro los ojos puedo verte claramente incluso eres más brillante y eso me hace extrañarte cada vez más…
Mientras caminaba pensaba mas en mi padre, sentía como mis ojos se iban llenando de lágrimas, como mi corazón se comenzaba a achicar, quería decirle tantas cosas, quería decirle que si en el lugar donde ha estado se siente tranquilo, quiero decirle que me gustaría tomar un descanso y quedarme a su lado, me gustaría que estas palabras llegaran al cielo, quiero que venga a mi como un sueño eterno, quiero que se convierta en una estrella, de esas que no desaparecen y se quede a mi lado.
Ojalá pudiera sentir que sus sentimientos llegan a mí, así como la luz de las estrellas que ahora brillan sobre mí, sería como la respuesta que envuelve con calidez mi corazón.
Iba caminando sumido en mis tristes pensamientos, abatido por cuanto extrañaba a mi padre, cuando de repente.
-¡Se te ha vuelto costumbre chocar conmigo! ¿No? -Estaba algo aturdido por el golpe, pero esa dulce voz ya la podía reconocer, era ella… esa rubia de ojos azules que odiaba y me cautivaba a la vez.
-¡Lo siento! -Le dije, mientras arreglaba mi ropa…
-¿No te enseñaron a que debes estar atento cuando caminas por las calles? -Todo lo que tenia de hermosa, lo tenia de altanera.
-Ya te dije que lo siento… -Le dije intentado dejar las cosas hasta ahí…
-¿Eso te enseñó tu padre? Me imagino que debe ser así como tú, un animal que va por la vida distraído y golpeando a la gente, sabes que de tal padre tal hijo, así que me imagino que si ingresante como becado a nuestra universidad es porque tú padre es un fracaso muerto de hambre que no pudo seguir pagándote los estudios… -Me detuve en seco ¿Cómo se atreve a nombrar a mi padre? ¿Cómo se atreve a referirse de él así? Sentía como la sangre comenzaba a hervir y como iba perdiendo la calma, así que me giré, pues ya había avanzado un poco y la iba dejando atrás, pero al escuchar eso, no pude resistirlo, caminé hacia ella, dejándola contra la pared, tenia mucha rabia.
-¿A ti no te enseñaron a respetar? Te voy a decir una cosa niña… he tratado de tenerte paciencia, pero si vuelves a nombrar a mi padre con tu sucia boca no sé de lo que seré capaz… -Le dije mientras la miraba a los ojos.
-¿Me vas a pegar a mi también o que animal? -Me dijo, vi que tenia un poco de miedo en sus ojos, pero no dejaba de retarme.
-Solo te estoy advirtiendo… -Le dije, mientras acortaba la distancia que había entre nosotros, dejando mis labios a unos cuantos centímetros de los suyos…
-¿Me vas a besar? ¿Acaso te gusto? -Me dijo con esa arrogancia.
-Me temo desilusionarte, pero no me gustas las chicas huecas y superficiales como tú… ¡Me dan asco! -Le dije separándome de ella, me giré y la deje hablando sola, intenté actuar lo mejor que pude, pero mi corazón sentía que se me quería salir.
-¡Eres un imbécil animal! ¿Lo sabes? -Me gritaba cuando le di la espalda y la deje ahí sola, yo solo pude sonreír.