Preámbulo:
Preámbulo:
“Recordar es fácil para quien tiene memoria; olvidar es difícil para quien tiene corazón”.
—Gabriel García Márquez—
MINERVA:
A medida que pasa el tiempo, me pregunto, ¿Qué hubiese sido no enamorarme de él? Yo tuve miedo, miedo de ceder, de sentir y de expresar cuanto amor tenía guardado en mí.
Cuando me enteré que León venía en camino, todo mi mundo dio un giro de 180°, ya no volví a ser la misma, mis ilusiones fueron pisoteadas, robadas y asesinadas por el ser al que más ame. Fui la deshonra de mi padre, un abogado de prestigio en aquellos años hasta que su propia amante ventilo los fraudes y evasiones de la justicia que había adquirido corruptamente para sus defendidos. Él se había convertido en un ogro insensible luego que retiraran su cartilla y licencia para ejercer nuevamente. Mi madre, ella una mujer abnegada ante su esposo, una mujer de carácter fuerte y a la vez vulnerable; por cuanto eso nos afectaba a ambas, yo me refugie en los brazos del que juro protegerme y al primer suceso que cambiaría nuestras vidas, huyó.
Mi padre no se tomó bien la noticia, dijo que me apoyaría económicamente pero que debía estudiar, terminar la carrera en la carísima escuela de diseño de modas en Florencia, Italia.
Accademia Italiana – Arte Moda y Design Florencia.
Una de las escuelas de alto prestigio en Florencia, dedicada a pulir talentos innatos. Mi padre jamás estuvo de acuerdo pero le rogué y le dije que trabajaría muchísimo para terminar la carrera y encargarme de los gastos de mi hijo y así fue, él me apoyaba el 50% de la carrera y yo el otro 50%.
Trabaje como dependiente de una tienda de prendas y me quedé laborando en plaza fija con ellos, Prada no pagaba mal pero en cuanto a mi panza, ella si me hacía ponerme mal.
León decidió llegar a este mundo cuando estaba recibiendo mi título en la academia y para todos fue alegría, incluso mi padre rejuveneció unos 20 años, adoraba a su nieto aunque me advirtió que no quería más niños ni más conquistas. Así fue como empecé a solamente depender del permiso de mi padre para poder salir de vez en nunca con mis dos mejores amigos, Romeo y Giselle.
—Deberíamos de decirle que iremos al cine, vamos a bailar y regresamos a las once, no pasará nada. Es más, no vamos a beber alcohol, anímate—Dijo Romeo, acostado en mi cama como si fuese rey y jugando con León.
Habían pasado ya 7 años de aquel suceso y León era un niño adorable, educado pero con cierto toque machista gracias a mi padre, odiaba ese aspecto y trataba de enmendar a mi hijo por el camino correcto y no denigrar a la mujer, así como su abuelo nos hacía sentir con mi madre…
—¡Vamos, flaca! Nos pasaremos la mejor noche de la historia, imagínate, solo visualízate ahora que te dieron el trabajo en la máxima empresa de textiles en España, ya no te veremos por un tiempo—Bufa Giselle, mi loca amiga que siempre me ha apoyado.
Me voy a España sola ya que mi padre se negó a darme al niño y estaba muerta del miedo ya que nos separaban cinco horas y catorce minutos, un avión y el dinero. Prometo llegar un fin de semana cada mes y llamar constantemente a León para arroparlo aunque sea virtualmente. Llegue a un acuerdo con papá, en cuanto me estabilizara en Madrid, rentaría un apartamento y me traería a León a vivir conmigo, el se opuso por la excusa “No tendrás suficiente tiempo para cuidar del niño” y “Por andar de suripanta me lo va a descuidar”. No obstante le recordé que yo era la mamá de León y aceptó, era un trato justo que llegaría a término en 9 meses. Firmamos un acuerdo con el abogado de instancia familiar y ya más tranquila y con el corazón arrugadito, acepte la oferta en Madrid.
(…)
BERNARDO:
—Eres un jodido idiota—dice mi padre eufórico al saber que me lie a golpes con su socio Marc Gallardo. Me acosté con su prometida en la fiesta de su cumpleaños, no soy tan culpable ya que si él, la complaciera como es debido, la muy zorrita no se hubiera enredado con la primer polla que hubiese visto erecta.
—Padre, cálmate. Encontraré otro proveedor de telas finas y empezaremos con la producción y nueva colección—acoto, confiado de mi instinto de arrogancia.
—Más te vale que empieces a moverte ya, Bernardo. Madura de una puta vez—rojo a más no poder de la rabia al enterarse qué, su lindo e idiota hijo se acostó con la mujer del socio más importante de la compañía.
Soy Bernardo Santander, alias “Don Perfecto” muchos me odian, otros me aman y las mujeres se derriten cuando me ven en entrevistas. No hay mujer que no me haya follado exceptuando a señoras maduras (35 años a más), y madres solteras. ¿Quién carajos se mete con madres solteras?.
En fin, soy el prototipo de hombre perfecto, guapo, altura de 191cm, ojos grises, cabello castaño y tez blancuzca, la cajita feliz para cualquier mujer. Soy el juguete inalcanzable.
Revisando las solicitudes de empleo ya que lance oferta en busca de una diseñadora de modas, entre las mil que enviaron, encontramos una que nos llama la atención con mi amigo Sebastián Jiménez, el vicepresidente de la compañía.
Minerva D’Angelo
26 años
Accademia Italiana – Arte Moda y Design Florencia.
9 años para Prada
Experiencia en el ámbito del diseño de ropa en mujeres y hombres
((Bocetos de su línea para hombre))
Y esa hoja de vida con los bocetos únicos, queda contratada. Se le pagará la estadía en Madrid ya que es de Florencia, Italia. Supongo que las mujeres allá no son tan candentes como aquí y no me interesa ella, su trabajo y desempeño es lo que importa.
La mujer que contratamos llegará en dos días y estoy en vilo porque, de ella depende mi empresa…
Me encuentro en un momento difícil en mi vida, desde crio mis padres me habían manejado a su antojo y aunque, lo siguieran haciendo ahora a mis 36 años, yo trataba de salirme con la mía en todo y definitivamente en todo menos en desligarme de la responsabilidad de la empresa familiar ya qué, yo por ser el primogénito, debía encargarme de todo en cuanto a negocios se tratara.
Tengo un par de hermanas, ellas son gemelas y tienen 20 años, son unas berrinchudas y caprichosas en cuanto a gustos y temas varios, la última de sus pataletas fue cuando se enteraron que me había liado con Mackenzie Charls, la profesora de música de la universidad de artes a las que ellas asistían. ¿Qué puedo hacer si soy irresistible?.
Aunque ahora debería de reivindicarme por ser tan hijo de puta, machista y promiscuo, no hay poder que me aplaque, es más, no ha nacido mujer que me haga asentarme.