Pase una noche fatal, me revolvía entre la pasión crecida y mis sentimientos. Cuando amaneció, fui a darme una ducha con agua muy fría, necesitaba despejar mis pensamientos. Me vestí y casi a las siete, alguien llamó a la puerta con insistencia, estaba comiendo un tazón de cereal. Me asomé al umbral y vi a Michelle —Hola, Matt. —Michelle por favor pase. Muy apenada ingresó. —Matt estoy aquí porque ayer por la noche me enteré de que Robert Lake tuvo un accidente de tránsito, según lo que supimos es que estaba en estado de ebriedad y conducía a alta velocidad. Me senté sobre el sillón, con deseos de desaparecer. —Le dije a mi padre que había sido mi culpa, que él había llegado a la oficina y que le había dado autorización de volver a casa porque estaba ebrio. Abrí los ojos a más

