PDV Ariel
Despues de la primera copa que me bebi, empece a tomar un poco mas, al inicio, quise ser moderada un poco, pero conforme la noche avanzo, me fue mas difícil tener que estar allí sobria y escuchar todo lo que murmuraban cuando pasaba cerca de ellos.
Intente buscar el hombre que me encontré la semana pasada, pero habían pasado mas de 1 hora y no hubo rastros de el,
Ya me habia tomado varias copas para cuando la noche avanzo, debido al incidente de antes, habia llamado la atención de los que estaban cerca, y el sujeto que confundi, tambien se puso a hablar de mas.
Empezó a decir que habia tratado de venderme por un precio, y este ultimo me rechazo o algo asi, aunque según él, quizas me daría la oportunidad si fuera mas “sumisa”, otros hombres fueron acercándose a mi, ofreciéndome dinero creyendo que eso era real.
Los rechace, aunque se volvió un poco frustrante conforme siguieron mas y mas, algunos llegaron a ofrecerme 10.000 dolares, ya que según ellos, eso valia la mujer de Arturo y con gusto lo pagarían por mi.
―Quizas ya no vaya a venir ―pense mientras bebia otra copa de vino.
Me habia arreglado especialmente para él, quizas no vendría hoy, pero si mañana, eso podría ser.
Mire a mis alrededores, y algunas personas me miraron mientras estaba en la cantina del club, otro hombre se me acerco de nuevo, y me ofrecio dinero para que me fuera con él a una de las camas del club para poder “divertirnos” y que yo obtuviera lo que quería.
Lo ignore, creo que se molesto por no darle respuesta, no me importo, ya habia tomado lo suficiente como para que dejara de importarme lo que ellos sintieran.
―Gracias ―le dije al cantinero antes de levantarme del asiento.
Me iba a ir, el hombre de antes, no habia venido, y no tenia caso seguir aquí, camine con algo de dificultad hacia la salida, pero apenas pude dar un par de pasos hacia adelante, pude notar que alguien me sostuve con fuerza.
Era el tipo de antes que trataba de pagare por irme con él.
―No me has respondido ―solto.
No le dije nada, solo me gire y quise irme, pero este ultimo me dio un jalon con su mano que me envio hacia atrás, y por impulso intente resistirme, pero eso acabo por hacer que la mascara que llevaba, se me saliera y cayera al suelo.
Apenas sentí mi rostro sin nada que lo cubriera, de inmediato fui al suelo para tratar de recoger la mascara que se me cayo, pero estaba un poco ebria, y acabe por tropezar un poco antes de poder por fin tomarla.
―¡Miren! ¡Es la señorita Ariel! ¡De verdad es ella!
―¿Entonces si venia aquí todos los fines de semana para encontrar hombres?
―¡Ariel! ¡Mira para aca! Sonrie ―dijo alguien mientras note algunos “flash” que me llegaron al rostro.
Trate de taparme la cara con la mano, mientras intente ponerme la mascara de nuevo, pero parece que la cinta se habia estropeado.
―Maldición, ahora no tendré excusas para cuando alguien hable de mi aquí ―pense.
Me converti en el centro de atención dentro de poco tiempo, el hombre detrás de mi, solto su agarre en mi mano después de que la gente empezara a mirarnos con atención y se aparto un poco.
En medio de la sala, algunas personas me hablaban, pensé en irme, pero si lo hacia, seguro que solo empeoraría aun mas lo que decían de mi.
Quizas fue el alcohol que tenia en el cuerpo, pero al final decidi mandar todo el carajo, y entonces di unos pasos, mire a la multitud, y luego eso hable.
―Si, soy yo Ariel Smith, o como deben conocerme ustedes, Ariel Ruiz.
Ruiz, fue mi apellido de casada mientras estuve con Arturo, y ese era el nombre con el cual este ultimo me introdujo en sus círculos sociales… hacia tiempo que no usaba ese nombre.
―Saben, muchos aquí, no han parado de ofrecerme dinero por mi “compañía”, ¿Alguien tiene algo que decir sobre eso? ―pregunte.
La gente se quedo callada… era mas fácil murmurar a escondidas o en grupo que enfrentar a las personas de frente.
―Vamos, ¿No me estaban ofreciendo dinero antes por irme con alguno de ustedes? ¿Por qué se volvieron tan timidos?
Ninguno respondio, me dieron ganas de reir por un momento, y decidi seguir con mi juego aun mas.
―Si ninguno ofrece algo, entonces yo lo hare, ¿Quién ofrece 20.000 dolares? Vamos, estoy en subasta, empiecen a ofertar ―solte.
Camine un poco hacia atrás, y tome una copa que creo que era vino que tenia una pareja en la cantina del club, se las quite de las manos, y luego mire al publico de nuevo.
Para mi sorpresa, hubo un hombre que llego a ofertar la cifra que dije antes, y luego de eso, otro hombre ofrecio aun mas por mi, me empece a reir un poco al ver la escena.
En cuestión de minutos, habían varios hombres ofertando, incluso los que estaban acompañados de mujeres, no sabia si eran sus novias o esposas o solo eran conocidos, por el bien de ellas, esperaba que solo fueran amigos nada mas.
Sino, la que saldría mas humillada de aquí, no seria yo… pensar en eso, me diviertio mientras, mientras seguía bebiendo y los hombres competían entre ellos con tal de ganar mi “compañía” e irme con ellos.
Le pedi al cantinero otra copa para que me sirviera, y antes de darme cuenta, llegue a escuchar que hubo alguien que ofrecio 500.000 dólares por mi hace poco.
Hasta a mi me sorprendio eso, lo señale.
―Vamos ¿Van a dejar que él gane? Tienen que esforzarse mas ―le dije al publico riéndome mientras bebia.
Le di en el orgullo quizas a varios aquí, y eso hizo que la competencia fuera peor que antes.
Por primera vez en bastante tiempo, me sentí en control de la situación, y que era yo la que ponía las condiciones.
Habia mendigado durante meses en este club, con tal de conseguir un inversor, se sintio bien el que la situación se invirtiera y fueran ellos los migajeros.
Camina hacia la multitud mientras bebia, y seguía instigando a los hombres a dar dinero por mi, creo que llegue a escuchar la cifra de 1 millon de dolares, y fue rebasado dentro de poco.
Estaba por acercarme a él hombre que ofrecio 1 millon para provocar mas el publico, haciéndole algunos gestos a este, pero antes de eso, el mareo me empezó a pegar y tropecé con mis piez.
Sentí que iba a caer al suelo, pero antes de eso, sentí como alguien me estaba sosteniendo y evito mi caída.
Gire la mirada para poder ver que paso, y allí lo vi.
Era el hombre que habia visto la semana pasada, y que habia estado buscando toda la noche, finalmente habia aparecido.
Por la expresión que vi mientras cruzábamos miradas, no estaba feliz...