Destino un viaje al infierno

Capitulo 1

Mi nombre es Elena Williams, tengo diecisiete años; mi vida era normal hasta que la tragedia llegó. Hace tres meses mis padres murieron en un terrible accidente, el avión tuvo una falla y se estrelló, me quede sola con mi abuela Mary.

Después de convencerme para mudarme con ella al condado de Lincoln, Nebraska. Odio vivir aquí, el clima es muy cambiante y las tormentas y tornados están a la orden del día; anteriormente vivía en L.A. Ya saben climas soleados y mucha diversión.

Tuve que dejar mi casa, mis amigos y mi vida, ahora vivo en esta ciudad donde no tengo amigos o eso era hasta ahora.

—Elena llegaron por ti, apresúrate o llegaras tarde a la escuela—

Me llamaba mi abuela, rápidamente tomé mi mochila y salí de mi habitación

 —Ya voy abuela—

—apúrate Elena me harás llegar tarde de nuevo—

Esa era mi nueva amiga Lucy James, una pelirroja de larga melena lacia, blanca como el papel y algunas pecas, físicamente es despampanante, ya saben, muchas curvas, largas piernas y ojos azules; en cambio yo con mi melena rizada de color n***o, flacucha y ojos verde aceituna, nada que llame la atención.

—Ya estoy aquí y llegaremos a tiempo, vámonos, abuela tardaremos un poco por qué haremos el resto del proyecto—

 —Si mi niña, pero, llevas tu celular cualquier cosa te llamo—

 —Si abuela—

 Me despide con un beso en la frente y salimos rápidamente de la casa de fachada antigua o anticuada diría yo, es una casa grande de dos plantas, una combinación de ladrillo con techo de madera, un pórtico, cochera, jardín delantero con un pequeño camino empedrado y una gran extensión de terreno en la parte de atrás, a mi abuela le encantan las plantas, así que es una especie de bosque personal.

Subimos al auto de Lucy, un escarabajo viejo pintado de color rosa Barbie

 —Aunque mires feo a mi auto no cambiaré el color—

 —Lucy en serio ya deja tu infancia—

 —Mi auto es genial, además es un clásico, es como el Volkswagen de Barbie—

Nos reímos y puso el auto en marcha. El cielo nublado daba un aspecto terrorífico al lugar que está rodeado por algunas construcciones antiguas, entre ellas nuestra escuela, el Lincoln Northeast High School, una gran construcción de ladrillo, grandes ventanas y letras relucientes en color plata con un reloj, fue fundada en mil novecientos cuarenta y uno cuando tres escuelas rivales se unificaron en una sola.

—Al fin llegamos, es un poco temprano—

 —Faltan cinco minutos Lucy tenemos que ir al aula—

 —No seas aguafiestas es tiempo suficiente para echar una miradita al gimnasio, Jack está en el equipo—

—Si ya lo sé y te gusta—

Me pone una mano para taparme la boca y su mirada es algo asustada

 —Cállate tonta, las paredes oyen, anda vamos—

Solo asentí, me soltó de su agarre y entramos al edificio, caminamos rápidamente por los pasillos hasta llegar al gimnasio, el equipo de basquetbol está a practicando, Jack un chico alto, rubio de cuerpo bien formado atlético, ojos verde claro y según Lucy con un lindo trasero, estaba calentando, mi amiga no dejaba de mirarlo cuando de pronto

 —Miren quien está aquí, la pecosa y su amiga—

Susan Patterson, chica del equipo de animadoras; una chica de cabello castaño con mechas rubias, piel blanca ultra maquillada, alta, delgada y según Lucy con senos operados al igual que su trasero; además con mucho dinero porque su padre es dueño de algunas gasolineras, algo hueca que no sabe la diferencia entre gimnasia y magnesia

 —Elena, ¿oíste algo? Creo que fue una perra ladrando—

 Las amigas de Susan abrieron los ojos como platos por la expresión de mi explosiva amiga

 —Mira anoréxica, no te metas conmigo o las pagaras muy caro—

dijo ella en tono amenazante, Lucy iba a responder cuando yo la tome por el brazo

—Vámonos tenemos clase—

Me miro con rabia, pero asintió y nos fuimos al salón de clases.

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Nos acomodamos en nuestros lugares, saque mis apuntes para la clase de historia

—Oh demonios no hice la tarea—

 —Siempre tan despistada, espero y la profesora Murray no la revise, si no estarás en problemas Lucy—

—Improvisaré un poco, jamás lee lo que uno escribe—

Dijo con voz entusiasmada y se puso manos a la obra a escribir en su libreta mientras yo solo estaba sentada mientras veía por la ventana, de pronto una bola de papel me pega en la cabeza, volteo rápidamente y es la odiosa de Susan riéndose junto con su clan de amiguitas, yo frunzo el ceño y la fulmino con la mirada, me señala para que recoja el papel, lo hago, lo desdoblo y veo una caricatura mía y de Lucy con miles de insultos escritos en él, mi enojo es grande pero destrozo el papel y me levanto para tirarlo al cesto de basura y es ahí que algo me incita a voltear, al fondo del salón se encuentra un chico, alto cabello castaño y unos llamativos ojos color azul aguamarina, complexión atlética, es bastante atractivo, tanto que debería ser ilegal.

 Dejo mis pensamientos a un lado cuando él me da una sonrisa provocándome un sonrojo, tiro el papel y me dirijo a mi lugar junto a Lucy

 —Qué raro, la profesora no llega aun, ¿se habrá muerto? –

—No seas exagerada Lucy, esta vieja pero no creo que haya muerto—

—Oye, te vi—

— ¿Qué? —

 —Noté que mirabas al chico de la última fila, es guapo—

—No lo miraba—

—No mientas sé que lo mirabas, se llama Richard Spencer, acaba de volver de Georgia, lo transfirieron haya cuando su padre cambio de trabajo, pero volvió para terminar el curso aquí—

Dentro de mi pensé > pero mostré desinterés, cuando se trata de chicos Lucy es un arma letal.

—Entonces es conocido—

—Podría decirse que sí, solo que siempre ha sido algo serio, incluso misterioso, ninguna novia y solo unos tres amigos que son de otra escuela, quizás gay—

No creo que sea gay, pero sería interesante averiguarlo, me mordí el labio y eche un vistazo hacia atrás en dirección a Richard, su mirada atrapó la mía y un escalofrío me recorrió toda la columna vertebral, me dio una leve sonrisa de medio lado y nuevamente sentí las mejillas arder, de pronto la puerta del salón se abre

—Muchachos lamento la tardanza, apenas me informaron que la Señora Murray esta incapacitada, así que seré su profesor suplente, ya me han visto recorrer las instalaciones y esta es la primera vez que les impartiré clase, soy el profesor Balthasar Simmons—

Raro nombre para el profesor, era un hombre de entre veintiocho a treinta años, cabello obscuro y ojos negros piel morena, ¡hasta los profesores eran guapos en esta escuela! Creo que esto me empieza a gustar, todas las chicas babeaban mientras él seguía con su presentación. Otro escalofrío me envolvió y esa sensación que me incitaba a voltear atrás se hacía más fuerte, lo hice y vi a Richard con el ceño fruncido mientras el profesor hablaba

—Bueno chicos me gustaría conocerlos un poco mas así que empezamos con usted señorita, la de la melena rizada—

dijo señalándome, volteé y algo nerviosa dije

—Soy Elena Williams, me transfirieron hace unos meses, vengo de Los Ángeles California—

—Wow todo un exabrupto cambio de clima señorita Williams—

dijo el profesor en tono interesado, yo asentí y él toma la palabra

—Tus padres ¿trabajan aquí?  Digo, es una de las razones más usuales para que los alumnos sean transferidos desde tan lejos y.…—

Sentí como si hubiera chocado con un auto a toda velocidad, esa pregunta no me la esperaba, unas lágrimas se fugaron escurriendo por mis mejillas, el profesor puso cara de asombro, me levanté de mi lugar y salí corriendo del aula mientras Lucy iba tras de mí; salí hasta la cancha de fútbol, necesitaba aire; hace apenas tres meses de la muerte de mis padres, aún hay cosas que no logro asimilar, odio ser nueva, si me hubiera quedado en mi casa por lo menos no harían preguntas sobre mis padres.