Estoy sentada en uno de los escalones de las gradas, aun sigo llorando escucho pasos
—Nena, sé que es duro, pero tranquila el profesor no quería incomodarte, es la pregunta más normal y.…—
—Y todos aquí tienen padres excepto yo porque están muertos, odio estar aquí, odio mi vida—
—Hey tranquila, sé que no se pueden remplazar a los padres, yo no he podido remplazar a papá, pero son cosas que pasan—
Se acerca y me abraza, yo correspondo derrumbándome más con el llanto
—Tranquila Elena me tienes a mí, cuentas conmigo, serás como la hermana que siempre deseé tener, solo que morena y no pelirroja—
Me separa de ella y me sonríe; es cierto tenemos cosas en común, somos como hermanas y a pesar del corto tiempo nos hemos conocido rápido la una a la otra; ella vive con su madre y sus tres hermanos mayores a dos calles de mi casa, su padre murió cuando ella tenía 10 años, recuerdo cuando me lo platicó, fue duro para su familia, más sin embargo sigue con su radiante sonrisa
—Vamos al salón antes de que el profesor se enfade—
Asentí nos levantamos de las gradas y en el camino nos encontramos al profesor
—Elena, siento mucho la pregunta, no sabía lo de tus padres, no quise incomodarte con eso—
—No se preocupe profesor Simmons, estaré bien—
—Aun así, cualquier cosa que se te ofrezca puedes contar conmigo—
Él sonrío y me provoco un leve sonrojo, estrecho mi mano en una especie de señal de "trato hecho" y los tres nos encaminamos al aula.
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Las clases pasaron con normalidad y como siempre en el descanso Lucy y yo íbamos al gimnasio a ver a los chicos en la práctica de baloncesto
—Oh dios mío si la belleza fuera pecado Jack se iría al infierno—
— ¡Lucy! —
Dije llamándole la atención
— ¿Qué? Solo digo la verdad, Jack es guapísimo, lo que daría por estar con él, sería bueno experimentar como besa, ya me imagino esos besos apasionados en el cuello y.…—
—Lucy ya cállate—
Me sentía sumamente avergonzada, esta chica era tremenda
—No tiene nada de malo Elena, que tú seas virgen no implica que todas lo seamos—
— ¡Cállate! No vuelvas a decirlo en voz alta—
Ella rió y yo la fulminaba con la mirada, de pronto el balón golpea justo a un lado de nosotras
—Lo siento chicas ¿están bien? –
Dijo Jack y Lucy con cara de loca enamorada contestó
—Si Jack—
Me di un golpecito en la frente, Jack se acerca
—Hola Lucy y tu ¿eres? —
Me pregunta yo solo digo
—Elena—
—Oh si la chica nueva ¿cierto? —
—Pues hace meses que estoy aquí—
—Oigan que les parece si salimos a almorzar, puedes traes a un amigo Jack, así Elena estará acompañada—
— ¡Lucy! —
Ahora si lo lamentaría mi loca amiga; Jack suelta la risa y dice
—Muy bien déjame pensar—
Observa hacia la cancha mientras que pasa uno de sus dedos por sus labios como si estuviera tramando algo y grita
— ¡Ian ven! —
El chico resulto ser un jugador del equipo, alto, esbelto, aunque de músculos ligeramente definidos, cabello marrón y ojos grises, > decía mi loca conciencia
— ¿Qué pasa Jack? —
—Estas bellas señoritas quieren almorzar con nosotros ¿qué dices? —
Ian me mira fijamente mientras que yo me remuevo incomoda en mi lugar y después de unos segundos contesta
—Está bien, hoy en la salida en el Greta's —
—Si ahí nos veremos chicos adiós, suerte en la práctica—
Dijo Lucy en forma coqueta, yo ya estaba enfadada con las barbaridades de esta chica y una vez que ellos se fueron le solté todo
— ¿Qué demonios fue eso Lucy? —
—Conseguí salir con un chico guapo y a ti te conseguí a su amiguito también guapo, ¿qué hay de malo? —
—Eres tan...—
—Magnifica, lo sé, pero no me lo agradezcas, aunque veo que le gustas a Ian y a Balthasar y a ese chico extraño Richard—
—Ya basta Lucy—
—El precio de la belleza amiga, eres una rompe corazones, aunque el profesor no está nada mal—
—Ay Lucy que haré contigo—
Reímos y salimos del gimnasio para ir nuevamente a clase.
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—Wow este lugar es excelente—
Estamos en el Greta's gourmet, un restaurante que le hace tributo a la hamburguesa, venden de todo tipo, desde la clásica de res hasta vegetarianas, estamos en nuestra mesa para cuatro cerca de la ventana, Ian está a mi lado mientras que Jack está al lado de Lucy, esto parece una cita doble. Las hamburguesas están excelentes de pronto Ian me dice
—Entonces tú eres de Los Ángeles, creí que las californianas eran más extrovertidas—
—Quizás por eso me corrieron de la ciudad—
Dije tratando de poner un poco de humor y evitar que pregunten por mi familia
—Entonces Elena eres católica—
— ¿Cómo lo sa.…? —
Mi pregunta quedo inconclusa cuando el tiro del pequeño crucifijo que colgaba de mi cuello, debió haberse salido de mi blusa
—Solo hay muy pocas personas católicas en este lugar, la mayoría son cristianos, aunque la minoría se divide en otras religiones y ateos, ¿qué se siente creer en un dios que no te ve, ni te escucha? —
— ¿Por qué la pregunta? —
—Porque yo soy ateo, no necesito un dios porque creo lo suficiente en mí—
Este chico es un idiota ¿qué clase de platica es esta?
—Pues yo por lo menos no pierdo la fe y tengo en quien creer y quien crea en mí—
—Un dios es solo para la gente débil—
—Ya basta Ian déjala tranquila, ya sé que defiendes tus ideas, pero esa no es la manera de impresionar a tu chica—
Interviene Jack, cosa que agradezco, la verdad creo que me iré a casa
—Chicos temo que ya es hora de irme mi abuela me espera en casa—
—Elena no seas aguafiestas quédate, en un rato más te llevo a casa—
—No te preocupes Lucy puedo irme caminando tu quédate con los chicos—
— ¿Estás segura? —
—Sí, bueno chicos fue un gusto almorzar con ustedes, las hamburguesas son geniales—
—Igualmente Elena, fue un gusto almorzar con una bella señorita—
Dice Ian poniéndome incomoda, yo solo di una tímida sonrisa, mientras que Lucy y Jack seguían con su conversación; salí del restaurante y caminaba por las calles inquietantemente tranquilas, nubes de tormenta llenaban el cielo, así que apresuré el paso hasta llegar a casa.
Fuera de la cerca blanca que rodeaba la casa, hay un manzano, por la fría estación es escaso su follaje, camine unos cuantos pasos cerca del árbol y vi tirado en el piso a un azulejo , el pequeño e indefenso animal estaba herido, sus alas sangraban, lo tome acunándolo en mis manos; me hizo recordar cuando tenía 7años, cerca de un árbol de nuestra casa encontré a un pequeño azulejo tenía su ala lastimada y no podía volar, lo tome y lo lleve con mamá, ella dijo que se repondría si lo cuidábamos, entonces yo me dedique a cuidarlo, lo alimentaba, le daba de beber y le ayudaba a mover su ala lastimada para que recuperara movilidad y después de un tiempo mi madre y yo lo liberamos el pajarito se fue pero por alguna extraña razón cada primavera llegaba a casa, mi madre decía que era porque yo soy especial. Estreche levemente al azulejo estaba muy lastimado quizás muera, me hizo sentir muy triste y algunas lágrimas se acumularon en mis ojos liberándose y cayendo justo en mis manos que sostenían al lastimado animal, abrí mi agarre para verlo y de pronto este sale volando como si nada
—Debo estar volviéndome loca, estoy segura de que estaba lastimado—
Hable en voz alta, me limpie las lágrimas y entre en la casa.