Millie Suspiré profundamente y busqué la paciencia que se me escapaba ese día mientras hablaba con otro cliente nervioso para tranquilizarlo antes de su cita. —Nuestro algoritmo te emparejó con ella, Paul. ¿Por qué no le gustaría estar contigo? —No lo sé, Millie. Las mujeres tienden a tener ese problema conmigo. Sus palabras sinceras me hicieron reír. —Quizá solo estás proyectando. Lee su perfil otra vez para que veas que a ambos les gusta Star Trek y que ella fue campeona del Cubo Rubik en el Medio Oeste cuando estaba en la universidad. —¿En serio? ¡No vi eso! —sus dedos se movieron rápido y supe que estaba a unas pocas calles, en la oficina contable que compartía con su socio de negocios—. Está bien, Millie. Gracias. Y perdón por molestarte. —No es molestia, pero puedes compensárm

