Mis queridas lectoras a continuación la historia de Millie y Clayton Millie —Te ves bien hoy —dijo Andreina al pasar apresurada frente a mi oficina y luego retroceder, con las cejas casi hasta la línea del cabello—. ¿Qué ocasión es? Una sonrisa iluminó mi rostro con la pregunta, porque esa mañana me había tomado mi tiempo para arreglarme, escogiendo el vestido rojo oscuro perfecto que abrazaba mis curvas generosas y los tacones adecuados para no terminar de bruces durante mi sesión de etiqueta de la tarde. —Wyatt y yo vamos a almorzar en Pepino’s. Las cejas de Andreina se elevaron con sorpresa, porque las cosas entre Wyatt y yo habían estado tensas el último mes o dos. —¿Buenas noticias? —Eso espero —le respondí con ligereza—. Ha estado trabajando tanto y no hemos pasado suficiente

