A continuación mis queridas lectora la historia de Peter y Abigail.
Peter
—¿Qué te parece mi forma, Peter? —Babs sacó los labios pintados de rosa en un puchero mientras empujaba las caderas hacia adelante y activaba su núcleo. A pesar de sus intentos exagerados por captar mi atención, era inofensiva. En su mayoría.
—Excelente como siempre, Babs. —Estaba extremadamente en forma, cuidando muy bien su cuerpo para mantenerlo en óptimas condiciones. Siempre llegaba a nuestras sesiones con su pecho quirúrgicamente mejorado envuelto en licra de diseñador, su cabello rubio perfectamente esponjado y diez kilos de maquillaje en la cara. Y en el cuello. —Cuadra un poco más los hombros y dame diez repeticiones más.
La decepción brilló en sus grandes ojos azules, pero solo por un segundo antes de q
