Los oídos me zumbaban mientras sentía un inmenso dolor de cabeza. Jon con rapidez se desajustó el cinto que llevaba en su pecho y armó un arco con gran rapidez. Luego fijó su vista hacia lo más alto del árbol y lanzó la flecha. Escuché como algo cayó con fuerza desde una gran altura. Pero de pronto volví a sentir que me iba de frente, al sentir el tirón de mis tobillos; al quedar balanceándome de la soga, mi vista se nubló parcialmente mientras el dolor era intenso en mi cabeza. A duras penas observé a varios correr hacia Jon. Nigromante hacía por soltarme. —¡Les cortaría la garganta si no tuvieran ese ímpetu! La voz amenazante sonaba a la de una mujer con mucho carácter. Luché por enfocar a Jon y a Nigromante, ambos estaban de pie con las manos alzadas, por detrás de ellos dos mujeres

