Bruno guiaba la marcha, mientras Nigromante nos seguía. Me parecía asombroso haber hallado por obra del destino a alguien tan cercano a Jon. Echaba la vista atrás de vez en cuando, encontrándome con un gesto amigable y una tierna sonrisa de Nigromante. Nunca había visto a un ser humano convertirse en algo tan discordante con un simple parpadeo. Me pareció un poco descabellado aseverar que ese misterioso caballero podía ser un hechicero, aunque no supiera muy bien que significaba eso realmente. —¿Jon en verdad le conoce? —Dije tan quedito como pude. —Sí y muy bien —Respondió amablemente. —¿Cómo es eso posible? Parece un hechicero. En sus labios se dibujó una sonrisa satisfactoria. —Muchos le dirían brujo, mago o adivino. De todas las maneras posibles de definirlo, me gusta la suya

