PRESENTACIÓN
Carolina Hilton, una joven de 28 años, exitosa, ambiciosa y muy inteligente, tenía todo lo que quería en la vida. Fundadora de Licores Hilton, creó su imperio tras heredar un terreno de su abuela que murió cuando ella tenía 20 años, siendo esta la única familia que le quedaba pues sus padres murieron cuando era niña y ni siquiera los recordaba. En el sur de California, Carolina era admirada, envidiada y hasta temida por algunos. Poseía poder, belleza y juventud. Tenía todo, excepto lo que deseaba profundamente: amor. Ese tipo de amor que no puede comprarse ni planearse, ese que te quita el aliento con solo un beso.
Todo cambió cuando conoció a Jorge Benítez durante una degustación de vinos en Italia. Con su cautivadora sonrisa y ojos como esmeraldas, él la atrapó en un juego arriesgado de seducción y mentiras. En solo un mes, Carolina se enamoró de él, se casó y abandonó su mundo para seguirlo a México. Dejó su empresa, cambió de vida y se entregó por completo a él.
Pero todo era una ilusión.
En su primer aniversario, Carolina regresó a casa antes de lo previsto para sorprenderlo. Sin embargo, ella fue la que se llevó la sorpresa. La mansión estaba vacía. No había muebles, ropa ni documentos. Solo un inquietante silencio que presagiaba traición. Su "esposo" había desaparecido. Lo peor de todo: nunca fue quien decía ser. No era dueño de ninguna empresa ni empresario. Solo un timador con bastante astucia.
Desconcertada, herida y sola, Carolina fue secuestrada esa misma noche. Despertó atada, con los ojos vendados y su espíritu roto.
Una voz se acercó a su oído y le dijo:
—Bienvenida, querida. Pague mucho por ti… ahora serás mi prostituta.
Así comenzó su calvario. Vendida a una red de tráfico de personas y despojada de su libertad, Carolina tuvo que aprovechar la única arma que le quedaba: su inteligencia y su cuerpo.
Logra seducir a un poderoso mafioso. Él paga por su libertad, pero ella deja claro que no es una mujer derrotada, sino una con deseos de venganza. Promete nunca volver a amar… hasta que él empieza a curar sus heridas con gestos inesperados.
Carolina deberá elegir entre perderse en la oscuridad de la venganza o renacer junto al hombre que la liberó… y que, sin darse cuenta, también la ama.