CAPITULO 3

1600 Palabras
Puedes usar cualquier baño, en todos hay cepillos extras por si quieres lavarte los dientes. Me di una ducha y me sentí renovada. Me sentí feliz. Salí con unos vaqueros y camisa de tiros negra. Descalza. El me miró y sonrió. -Tengo la novia más hermosa del mundo entero. -Se acercó a mí y me besó. Podría jurar que fue el mejor beso del puto mundo. Desayunamos y hablamos de todo un poco. Con el no me sentía sola. Me sentía muy bien. Después nos despedimos recibí un w******p -Ya te echo de menos, mi preciosa novia. Yo le respondí con un corazón azul. -Te aseguro que yo también. El sábado fui a casa de Kate. Quien me interrogó de inmediato. -Te veo radiante y feliz. Y quiero saberlo todo. -Conoci a alguien hace algún tiempo. -Dije sonriendo. Y me gusta, lo quiero. Y esta mañana nos hemos hecho novios. Kate estaba que no cabía de la felicidad. -Estoy feliz por ti mi amor. Ya quiero conocerlo. -Hey, que no quiero asustarlo presentándole a mi madre tan rápido. Dije riendo. -Asi que vas a tener que esperar. Y que sepas que te conozco y no quiero un encuentro de esos de casualidad -Dije riendo a carcajadas. Ella se rió a carcajadas también. En la tarde Ignacio me llamó para invitarme a una cita. Era nuestra primera salida como novios. El pasó por mí y todo el camino sostuvo mi mano. Fué una hermosa velada. Así pasaron dos meses en los que yo realmente era feliz, el me hacía feliz y yo había dejado de sentirme tan sola. Cuando vas a presentarme a Ignacio Megan, que sepas que he sido paciente y no he llegado de sorpresa a ningun lugar. -Dijo Kate en una de nuestras comidas juntas. -Tienes razón, ya es hora de que lo conozcas, voy arreglar todo para el fin de semana. -Dije sonriendo. -Traelo a comer mañana a casa mi amor. -Dije ella sin mirarme. Y yo sabía que eso era una orden. No había más Kate paciente. -Yo asenti sonriente. -Sus órdenes serán seguidas Señora. Esa noche cuando le dije a Ignacio que mi madre quería conocerlo mañana, lo tomó por sorpresa. Lo vi nervioso. - Y si no le caigo bien Megan? Y si me odia? -Siempre puedes acosarla, como a mi. -Dije riendo para cortar la tensión. -Eso se hacerlo. Respondió riendo y relajando sus hombros. -No seas tonto, ella te adora sin conocerte, cuando te conozca te va adorar más. Y tu a ella te lo aseguro. Kate, se hace querer. -Dije dándole un beso en la frente. A la hora de la comida Ignacio estaba muy nervioso, podía ver el rastro de sudor que dejaba en el volante del auto al conducir. Cuando llegamos a la casa lo tomé del brazo antes que bajara. -Puedes por favor decirme porque estás tan nervioso? El suspiro. -Joder Megan, mira esta casa y mira tu casa, hacen que mi apartamento sea un depósito. Y que hasta la pequeña empresa de mis padres sea nada. Yo sonreí. -Mi amor, hay muchas cosas que no sabes, y es mi culpa por no contartelas, sabes que el dinero no es importante para mí, lo sabes bien, me conoces, y esa mujer que está ahí dentro es la que me crió, eso quiere decir que es peor que yo. Asi que quédate tranquilo. Ella te adorará, lo sé. El me sonrió y me besó. -Tienes razón, lo siento mi amor. El salió del auto y abrió mi puerta, yo me bajé e inmediatamente busqué su mano. Al entrar a la casa, kate nos estaba esperando en el salón. Ella se acercó a mi y me arrullo en sus brazos luego de darme millones de besos. -Ignacio, ella es Kate, mi madre. -Dije acerandolos a los dos. Ella lo recibió al igual que a mi, con un abrazo y besos. -Basta Kate, lo estás haciendo sentir incómodo. -Dije riendo. -No importa, esto siempre va a recibir el muchacho que está haciendo feliz a mi bebé. La cena transcurrió bien, ellos se llevaron de maravilla, y yo encanta con los dos. Me sentía tan feliz. -Es un buen muchacho mi amor, me encanta para ti. -Dijo Kate despidiéndose de mi. La comida había sido un completo éxito. Ignacio y Kate se adoraron. ******************************************* El sonido del teléfono de mi oficina me sacó de mis pensamientos. -Señorita Kunzli. La señorita Winds quiere verla. -Dijo mi secretaria. Joder que hacía lucia aquí. Para que quería verme? Me quedé en silencio no sé por cuánto tiempo. -Señorita Kunzli? La voz de mi secretaria me sacó de mis pensamientos. -Lo siento Jane, hagala pasar por favor. -Respondi cortando la llamada. Lucia entro y se veía mayor. Ya no parecía aquella joven que fue mi mejor amiga. Se veía adulta y cansada. -Gracias por Recibirme Megan. -Dijo ella sonriendo. Y era esa sonrisa que me reconforto por años. Yo solo asentí. No me salían las palabras. No imagine encontrarla, menos imaginé que ella me buscaría. -Que hermosa estás Megan. Te he extrañado tanto. Fueron 5 años sin saber de ti. -Que quieres Lucía?- Pregunté en seco. Ella se puso nerviosa, y titubeó. -Quiero volver a tener a mi mejor amiga. -Respondió mirando al piso. -Imposible... Tu mejor amiga. -Dije haciendo comillas con los dedos -Murio hace mucho tiempo. -Megan por favor. Se que es imposible que me perdones por lo que hice, pero yo solo quería verte. Te extraño Megan. -Dijo a acercándose a mi y abrazándome. Yo me quedé helada por unos segundos y después me derrumbe, mis lágrimas empezaron a salir. Y lloré desconsoladamente hasta que me separé de ella y salí corriendo. Tome el primer taxi que encontré. Le di una dirección y seguí llorando. Solo caí en cuenta que dirección le había dado cuando estábamos en la puerta del edificio de Ignacio. Pague el taxi con algo de efectivo que tenía en mi bolsillo, no se ni como llegó ahí. -Señorita el Sr. Ignacio no está. -Dijo el portero cuando me vio. -Puedo abrirle si gusta.- Y Creo que dijo eso porque le di un poco de lastima. Puesto que yo seguía llorando. Entre en el apto de Ignacio y pensé en llamarlo pero no me sabia su número así que me acosté en su cama, me arrope con sus cobijas y me quedé dormida. -Megan donde estás?- Me despertó la voz de Ignacio -Estoy muy preocupado, no apareciste a la hora del almuerzo. Y ya es de noche y no apareces. Por favor. Llámame, me estoy volviendo loco. Me levanté y salí de la cama. Lo encontré en la sala caminando de un lado a otro con el teléfono en la mano. -Hola, le saludé. -Megan, joder. Estaba preocupadisimo. -Dijo el corriendo abrazarme. -Lo siento me quedé dormida. El me solto y me miro -Estuviste llorando mi amor? -Tan mal estoy? -Tu siempre estás hermosa, pero hoy pareces una chinita -Dijo riendo. Me acerqué al espejo -Joder, soy un jodido monstruo -Dije riendo y el se unión a mi risa. El sonido de su teléfono interrumpió nuestras risas. -Es tu mamá Megan, también está preocupada. -La llamaste? Pregunté ricriminandolo. El se encogió de hombros antes de contestar. -Kate, no te preocupes, ella está en bien, está en mi casa, siempre estuvo aquí. Si. Ya te la paso. -Dijo tendiendome tu teléfono. Me disculpe con el y me alejé para hablar con Kate. Estuvimos cerca de 30 minutos hablando. -Lo siento. Dije abrazandolo por la espalda. -Salí rápido y dejé mis cosas en la oficina. No quise preocuparte. El se volteó y me miró -Que está pasando Megan? habla conmigo. Por favor no me alejes. Yo negué con la cabeza -Solo necesitaba escapar. Lo escuche suspirar. -Sabes que siempre puedes venir aquí, lo sabes no? Pero quiero que me avises. Hoy estuve muy preocupado. -Lo intenté, pero dejé mis cosas en la oficina y no me se tu número. Dije encogiéndome de hombros. El sonrío. Y vi un hermoso brillo en sus ojos. querías escapar y vienes a mi? -Si. -Respondí mirándolo a los ojos. Vi sus ojos aguados inmediatamente. -Gracias Megan. Yo puse un dedo en sus labios. -Shiii. Gracias a ti mi amor, por aparecer en mi vida y acosarme. Los dos reimos a carcajadas. Me di una larga ducha y me vestí con su ropa. -No me enoja para nada que uses mi ropa. De hecho mis calzoncillos te quedan mejor a ti. Pero creo que deberías dejar algo de ropa aquí. Ya sabes por si quieres quedarte alguna que otra vez. Yo asentí y le di un beso. Su alarma nos despertó. Teníamos que trabajar. Me di una ducha y me puse mi ropa. El me llevaría a mi casa para que me cambiara. -Estas hermosa Megan. -Dijo cuando salí de mi habitación recién vestida para ir a trabajar. -Gracias dije dándole un corto beso que el quería prolongar. -Hey, mi labial. -Dije riendo. Me llevó a mi oficina y nos despedimos. Mi secretaria entró conmigo diciéndome mis pendientes para hoy. -Señorita Kunzli hoy el día estará ajetreado. Me tomé el atrevimiento de pasar todo lo de ayer para hoy. -Gracias Elizabeth. -Te pido por favor si la Señora Lucia Winds viene a verme dile que no estoy. No quiero recibirla más. Ella se sorprendió un poco pero asintió. Mi día estuvo más que ocupado. Apenas si tuve tiempo de comer. Estaba pagando las consecuencias de haberme ido así. Cuando llegue a casa me di una ducha, le envié un w******p a Ignacio e inmediatamente me quedé dormida.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR