No era un especialista, pero estaba plenamente seguro de que lo que sufría Ángela no era un simple estrés postraumático, lo que ella experimentaba era otra cosa; por desgracia un poco más complicado. Si no hubiera sido por la mujer que tenía en frente, no sabría que hubiera sido de su hija. Por lo que le estaban contando de Ángela, era seguro que ese embarazo no hubiese terminado bien. —Ahora entiendes porque no puedes alejarme de Ada, ella es mi hija, aunque no la haya traído a este mundo. Fabián se mantuvo en silencio, buscando la solución más apropiada para todos. Debía entender que Jade no era la tía de su hija, era su madre. El italiano observa a la castaña de pies a cabeza, físicamente, era igualita a Ángela. Pero… —Estoy muy cansada para seguir con esta conversación, me gustarí

