Paro de tocárselas por un momento porque quiero dominarla más con ese beso y pongo mis manos sobre su rostro para besarla con más intensidad. Mientras la beso con ese frenesí, siento como sus manos van hacia mis glúteos y comienza a apretujármelos. Me los manosea también así como yo lo hacía con sus tetas. Pongo una de mis manos sobre su nuca para dominarla más y luego siento como una de sus manos van hacia mi pene que está más duro que el concreto de este baño. El agua cae sobre nosotros y me excito mucho más, y dejando que ella me toque me separo un poco de ella estando algo boquiabierto, con el corazón bien acelerado con todo mi cuerpo que está bien caliente. —¡Me encanta lo duro que está señor presidente! —Me dijo mientras me toca. ¡Diosss, como me encanta sentir su mano en mi pen

