Mi cabeza dolía muchísimo, intentaba abrir los ojos, pero me pesaban demasiado, a la vez mi cuerpo me pedía que durmiera un poco más, pero no sabía que había ocurrido, ¿dónde estaba Nicolas?
Intenté mover mis manos, pero nada pasó, intenté gritar, pero tampoco funcionó, así que decidí volver a dormir.
No sabía cuántas horas habían pasado, pero estaba segura que muchas, no veía nada, no sentía nada, era como si flotara, estaba a punto de darme por vencida, cuando apareció mi padre, hacía años sin verlos, desde su muerte, ¡Espera! Si papá está muerta y lo tengo a metros de mi, ¿eso quiere decir que estoy muerta? ¿Pero porque? ¿Que había ocurrido?
Me acerco a mi padre y este sonríe abiertamente, estaba tan guapo como lo recordaba.
—Hija, estas preciosa, cuanto quería verte, se que tienes muchas preguntas.
—Pues si papa, te extraño muchísimo, no imaginas lo que fue casarme sin estar a tu lado, al fin que regrese con Nicolas, sufrimi muchísimo.
—Lo sé hija, aunque no me viste, siempre estuve allí acompañándote, te veías hermosa con ese vestido mi amor, te amo hija, también te extraño.
—¿Que me ha ocurrido? ¿He muerto?
—Hija tuviste un accidente, pero ya estás mejor, por eso estoy aquí, no estás muerta, debes despertar aún no es tu momento, te amo y quisiera quedarme contigo, pero aun eres joven y mereces una vida, quiero muchos nietos.
—¡Papa!
—Despierta cariño, quiero que aguantes y luches por todo lo que quieres, cuando uan persona esta destinada a permanecer a tu lado,, simplemente debes los votos matrimoniales, vale la pena vivir con intensidad, eres lo mejor que me paso en la vida, volvería hacer las mismas cosas, nada más para estar a tu lado, y por supuesto con tu madre.
—¿De que estas hablando?
—Hija ten paciencia por favor, imagina que eres un pez en el mar.
—¿Un pez? ¿A que viene todo eso?
—¿Recuerdas a Doris el pez azul que se le olvidaba todo?
—Si siempre te hacia ver esa película, era Nemo.
—Sigue el ejemplo de Doris, en ella encontrarás lo que estás buscando, un a dejes de luchar, siempre debes seguir nadando hacia delante, yo siempre estaré a tu lado, te amo hija.
—Papa no te vayas—grito desesperada.
—Despierta cariño.
Luego de decirme eso lo veo marcharse, intento correr a su lado, pero ni siquiera sabía si tenía piernas, parecía que solo fuera mi alma la que estuviera aquí.
Lo vi desaparecer y me sentí morir, grite, lloré, tenía miedo, no sbia donde me encontraba, estaba realmente sola ¿donde estaba Nicolas?
En medio de mi llanto me quedo dormida, nuevamente me dejó llevar por una fuerte corriente de energía.
Vuelco hacer el intento de despertarme, pero aún me cuesta muchísimo, así que solo me limito a dormir.
Cuando despierto nuevamente decido poner empeño en mi, escuchaba muchas voces, pero no podía ver a nadie, pongo mi empeño y comienzo abrir mis ojos, una luz ciega Li vista, por lo que me toca volver a cerrarlos, los abro nuevamente y allí está la luz.
Por fin me adapto al brillo de la luz, lo primero que puedo ver son, varios hombres y dos mujeres que no reconozco, así que me limito a mirarlos con una interrogante, intento hablar, pero tengo algo en la boca, cuando lo toco para. Sacarlo uno de los chicos me toma de la mano.
—Te lo retiraremos sin maltratarte tranquila bienvenida al mundo Monica
Pero no entendía de qué me estaban hablando, hasta que otro médico un poco más mayor hablo conmigo.
—Bienvenida Monica, eres un milagro.
Hablo a duras penas ¿que hago aquí?
—tuviste un accidente de tránsito, el carro quedó inservible, tendrás algún familiar que podamos llamar?
—Mi esposo Nicolas, ambos veníamos en el mismo auto ¿que paso con el?
—Tu esposo esta siendo atendido desde que llegaron aquí, preocúpate por recuperarte.
—Quiero saber como esta mi esposo.
—Monica por favor.
—Por favor nada doctor, dígame la verdad, quiero ver a mi esposo.
—Por favor coloquenle un cedante.
—No. No por favor, díganme que pasa con Nicolas.
Intento levantarme pero los médicos y las enfermeras me sujetan para que no me levante, algo raro estaba pasando con mi esposo, quería saber la verdad, justo cuando estoy lanzando una patada, siento mis ojos muy pesados y me quedo profundamente dormida.
Esta vez vuelvo a soñar con mi padre, donde me acompaña por un cendero de rosas, como las que me regalaba Nicolas, todos los días, me siento tan triste y perdida, no querían darme información sobre mi esposo, no quería imaginarme lo peor, pero y ¿si estaba muerto? ¿Que iba hacer con mi vida?
Me despierto nuevamente algo desorientada, no sabía que pensar o sentir, pero esta vez no estaba sola, la madre de Nicolas dormia en el sillón, mis lágrimas comienzan a caer, si ella estaba aquí, algo malo debió de ocurrir, puesto que ellos me odian lo suficiente como para mantenerse alejado de nosotros.
La dejo dormir un poco más y aprovecho ese tiempo, para llorar en silencio, cuanto extrañaba a papa y a mama, incluso a mi tío, quien se convirtió en un padre para mí, cuando quede huérfana, ahora no contaba con nadie más que mi esposo, y resulta que no tengo información de su paradero, o estado de salud.
Luego de unas cuantas horas pensando y ahogandome en esta incertidumbre, me quedo dormida. Para cuando me despierto, ya mi suegra esta despierta.
—Señora...—Digo mirándola fijamente, sus ojos están tan tristes, lo que me hace pensar que la cosa no pinta como quisiera.
—Hola, me da gusto que estés despierta, pensé que no te salvarías—dice sonriendo tristemente—Solo falta que mi Nico despierte.
—¿Que pasa con mi esposo? Nadie me dice nada, dígame la verdad, se que no soy santo de su devoción, pero amo a su hijo.
—Lo sé, por eso es que estoy aquí, apoyándote, no te odio, es solo que a veces los padres tomamos malas decisiones, no venimos con manual, Nicolas está en coma Monica