“Skillfull 2”
Me volteé en la cama al momento que mi móvil comenzó a sonar. Nicholas gruñó y se volteó.
- Apaga eso Elaine. – pidió. Yo abrí los ojos y me incorporé medio atontada para coger mi móvil, con un bostezo respondí.
- ¿Diga?
- Elaine, ¿Ya estás lista? Tú vuelo despega en dos horas. – La voz del Sr. Moon logró hacerme despertar del todo. Y no, no estaba lista, estaba recién despertando.
- Claro – mentí. Él gruñó tras la línea al tiempo que yo miraba el reloj del buró. Seis con ocho minutos. ¡Apenas había dormido tres horas! – Lo veré en Londres.
- ¿Has dormido bien? Esta noche hay ensayo, es el último antes del primer show.
- Por su puesto – intenté poner algo más de entusiasmo en mi voz, pero era algo difícil.
- Ah, y Elaine, ayer hablé con los productores de la película. ¿Adivina qué? ¡La segunda parte de Skillfull la comenzamos a grabar luego de la gira! ¿No te parece genial?
- Oh… claro, estupendo.
- No suenas contenta – musitó con un suspiro. – Entiende por favor que oportunidades como esta no aparecen todos los días, Elaine cariño, deberías estar feliz.
- Lo estoy – respondí mirando a un costado, a Nick. Estaba boca abajo, las sábanas le llegaban al final de la espalda, y su piel bronceada relucía bajo la luz del amanecer que se filtraba por la ventana del cuarto de hotel. Suspiré. Él odiaba que estuviéramos tan distanciados, e igual yo. Por ello la película me parecía un desperdicio de tiempo. – Estoy algo ocupada ahora. Le llamaré más tarde adiós – No dejé que respondiera, simplemente corté. Miré a Nicholas otro minuto y me decidí por dejarlo dormir, porque se lo merecía. Me puse de pie y caminé hasta al baño, pero me detuvo agarrándome de la mano justo cuando estaba por abrir la puerta.
- ¿Te irás sin despedirte? – me sonrió aún medio aturdido. Yo negué con la cabeza.
- Solo iba a tomar una ducha, debo correr a Hollywood a tomar ese vuelo.
- Te acompaño – dijo él sin despegar sus ojos de los míos, provocando una sensación realmente exquisita en mí.
- Creí que pasarías el día con tus padres y tus hermanos.
- No a Hollywood – hizo una mueca. – A la ducha.
- Oh, de acuerdo – guiñé un ojo y lo arrastré conmigo dentro del cuarto de baño. Tenía que aprovecharlo al máximo antes de irme.
Media hora más tarde, ambos estábamos listos para dejar el hotel. Nicholas se quedaría en casa de sus padres y yo iría a tomar ese vuelo, para empezar una parte de mi sueño.
- ¿Has empacado todo? – preguntó él revisando con la vista el cuarto, antes de partir.
- Me faltas tú, pero creo que sí.
- Jamás podría caber en esa maleta tan pequeña. – él soltó una risa y besé sus labios por enésima vez en lo que llevaba de mañana. – Te noto rara. ¿Qué te ha dicho el Sr. Moon?
Hice una mueca, porque realmente no me esperaba esa pregunta. Y no es que quisiera mentirle a Nick, pero no planeaba darle aún la noticia sobre la película, porque sabía que reaccionaría mal, por dos sencillas razones: Menos tiempo juntos, y Dereck.
- Skillfull Dos – intenté sonreír – él ha firmado ya el contrato, por lo que creo que co-protagonizaré la secuela.
- Por favor dime que el personaje que interpreta Dereck ha muerto.
- No te preocupes por Dereck. Lo mantendré al margen para que no se pase de listo. Yo te quiero a ti, ¿De acuerdo? No le daré la pasada. Confía en mí.
- Confío en ti, Elaine. – besó mi frente y soltó un suspiro contra mi cabeza, haciéndome estremecer.
- No me provoques, debo tomar un vuelo.
—o—
Habría dado lo que fuera por haber ido a esa aventura con alguno de mis amigos, pero adivinen qué. ¡Estaban todos ocupados! Si no era la universidad, era la familia. Poco a poco me iba sintiendo fuera de lugar, porque mi vida interfería en la de todos de alguna manera. En Nicholas porque mi trabajo le hacía sentir menos. En mis amigas, porque cada invitación mía debían rechazarla, por el simple hecho de que los estudios eran pesados, y los viajes caros y largos. Yo estaba dispuesta a pagar por esos viajes, pero no me dejaban hacerlos, según todos, no querían “aprovecharse de mí y mi dinero”
¡Ni siquiera tenía tanto! ¡Y menos me llovía del cielo!
Todo lo que tenía era producto de mi muy apretada agenda, de cientos de sacrificios, y horas de ensayos, entrevistas, firmas, y otras miles de cosas que tenía que hacer. Así el dinero no llovía, simplemente era mi paga por sacarme la mierda trabajando. Y ni siquiera sabía si todo ese dinero valía la pena.
Pero era lo que yo quería ¿No? Era mi sueño ¿No? Por esa razón me metí en Juilliard a estudiar. Por esa razón di la audición para la película. Entonces ahora no tenía por qué quejarme. Pero seguía sintiéndome incompleta, incómoda y molesta todo el tiempo, y sabía que eso no terminaría en nada bueno.
- ¡Espléndida! – el Sr. Moon me hizo voltear para admirar el traje que usaría el primer día de la gira. Eran un pantalón n***o ajustado, hasta la cintura, unos tacones azules enormes, una blusa semitransparente negra, con una brasier de brillantina plateada abajo. ¡Era exagerado!
- ¿Usted cree? – hice una mueca. – Digo, se ve el brasier.
- ¿Y qué? – me miró extrañado. El diseñador también lo hizo, y las maquillistas que estaban dentro del camerino también lo hicieron.
- Es lo de hoy, Elaine – dijo el diseñador de vestuario, George. Yo asentí rendida y me obligaron a probarme los veintiocho trajes de la gira.
Más tarde fue fueron los ensayos. Era la primera vez que ensayaba sobre un escenario propio. Pero era divertido, mis bailarines conocieron el espacio, la banda se instaló quedando perfectamente posicionada tras de mí y yo junto al coreógrafo practicamos las entradas y salidas.
- Tómense diez – el coreógrafo ordenó la salida del escenario, pero yo estaba muy ocupada como para distraerme de mi ensayo. – Tú también Elaine.
- No estoy cansada – repliqué. Aunque estaba sudada, agitada y me temblaban las piernas. Simplemente quería estar lista para el día siguiente, saber cada paso de memoria, como si fuese natural, como si fuese parte de mí.
- Das demasiado. Podría ser perjudicial.
- Es solo bailar, y cantar un poco. Eso no daña a nadie.
- Una vez me rompí la pierna bailando y cantando – una voz familiar me hizo voltear y mi coreógrafo sonrió en grande.
- ¡Dereck O’Connor! – se abrazaron mientras yo los miraba ceñuda. ¿Quién había dejado entrar a Dereck?
- Paul, qué gusto verte – dijo Dereck con es súper encantadora sonrisa suya. Yo rodé los ojos y él me abrazó a mí. – Elaine, te vez increíble.
- Estoy sudada – solté, simplemente quería espantarlo, pero no funcionaba con él. Solo rió y le hizo una seña a Paul para que nos dejara solos. Me volteé otra vez intentado ignorarlo, agarré mi botella de agua y bebí mientras él hablaba.
- He oído que la gira ha tenido un éxito de ventas. Felicidades, Elaine. – asentí sin despegar mi boca de la botella. Él siguió hablando sin dejar de sonreír. – Estoy muy orgulloso de ti. ¿Cómo te ha ido con tu… esposo?
- Genial – respondí tragando saliva. – Estamos genial.
- ¿Está aquí?
- De hecho está en California, con su familia.
- ¿Por qué no te ha acompañado? – preguntó poniendo ambas manos en sus bolsillos.
- ¿Quién te dejó entrar? – ladeé la cabeza y él soltó una carcajada.
- El Sr. Moon es mi amigo. Y solo venía a pedirte entradas, me dijo que hablara contigo.
- ¿Para qué quieres entradas?
- Porque me gustan tus canciones y quiero presenciar el primer día del tour. – se encogió de hombros con esa mirada inocente bien ensayada en el rostro – Di que sí, Elaine Tolley…
- Weyler – corregí. – Soy Elaine, Weyler. – apunté arriba de la pantalla gigante, mi nombre.
- Solo dame entradas – rodó los ojos. – Los chicos también quieren verte, Scott y Peter. No te causaré problemas si es lo que crees.
- De acuerdo – solté un suspiro. – ¿Qué te parece la galería? – sonreí. – Tendrás una visión perfecta de todo el público.
- ¿Podrías por favor ser amable? – alzó una ceja, desentendido. Yo resoplé. “Él no es mal chico. Es solo Dereck.” – He comprado tu álbum, te he promocionado en twitter, y he hablado de lo maravillosas que son tus canciones hoy por la mañana en una entrevista radial. Y todo sin cobrar ni un centavo, porque te respeto y creo que eres talentosa, a pesar de todo lo que pasó entre nosotros… me agradas. ¿Quisieras empezar de cero conmigo?
- De acuerdo – sonreí de verdad finalmente. – Primera fila. Dile al Sr. Moon que te de tres.
- ¿Y pases Backstage? – me dio un abrazo que extrañamente correspondí soltando una risa.
- No te pases, Dereck. – mi miró con un puchero al que no pude negarme. – ¡Bien! Pases Backstage. Solo por tu publicidad gratis. Y por apoyarme, gracias.
- No agradezcas – hizo un gesto con la mano. – Es lo que hacen los amigos.