Días después… —¿De verdad tienes que volver? La pregunta salió de la boca de Minerva con un toque de tristeza, mientras una de las chicas de le acomodaba la almohada en su gran cama. Apenas el día anterior había salido del hospital, aunque estaba de muy buen humor, todavía estaba convaleciente. —Sí, mamá —dijo Bastiaan con un suspiro—. Tengo que regresar a América, hay asuntos pendientes muy importantes para la empresa que he dejado a un lado por estar aquí contigo. Lo miró con un deje dolor, puesto que sus palabras se escucharon como si ella fuera un estorbo. Pero su hijo sabía que solo era la manipulación obrando en ella, ya que siempre le recordaba que la empresa era prioritaria. —Bash, solo han pasado tres semanas desde el accidente —hizo una pausa y continuó mirándolo de mane

