Al salir de clases guardé mis libros en mi mochila y me dirigí a la puerta para esperar a mi mejor amigo. 10 minutos... y Nada. 15, nada. ¡25! ¿¡Donde está?! Lo llamé, pero no contestó. Lo fui a buscar a su sala y me dijeron que habia ido a buscarme, que extraño. Caminé un poco más y me encontré con Angie
– ¡____! – exclamó ella– ¿Has visto a Kevin?
– Eso mismo te iba a preguntar
–¿Y si le pasó algo malo? –sonaba extremadamente preocupada. Era como si se lo hubiera tragado la tierra, simplemente desapareció. – Bueno, seguiré buscando. Cualquier cosa me avisas. Adiós.
Se despidió y se fue. Comencé a correr por los pasillos, las canchas y las salas. Nada. Fui a los baños, a la biblioteca y por último fui a la enfermería. Bingo. Ahí estaba, con el labio roto y con un ojo un poco morado.
–¡DIOS, KEVIN! – Ahora estaba igual de preocupada que Angie
– Ho...la –apenas podía hablar por el labio herido.
– ¿¡Que te sucedió!?
– 2 palabras. Nick. Parker.
–¿Qué te hizo?
– Me molestó, me insultó y lo golpeé. Pero él llamó a sus amigos y me hicieron pure. –Sonrió un poco, riéndose de sí mismo. Eso es lo que amo de este chico. Yo reí con el, pero se puso el hielo en el ojo y se quejó de dolor.
–Angie y yo estábamos muy preocupadas. – Recordé que debía llamarla cuando lo encontrara, así que lo hice y le avisé, en menos de 30 segundos ella entró por la puerta y besó a mi mejor amigo en sus labios. Él se quejó de dolor, pero no se separó.
– Kevin, no me vuelvas a asustar así –dijo Angie. – Despues me cuentas qué sucedió, ahora me tengo que ir. Estas en buenas manos –me guiñó el ojo y le correspondí con una sonrisa – Adiós, príncipe – lo besó en la mejilla y se fue.
Espere a que se recuperara, eso nos tomo unos 30 minutos, luego nos fuimos a su casa.
– Kevs, tú me dijiste que me ibas a recompensar por haberte soportado – le recordé
– Lo se, quédate con el computador.
– Y la Play Station
–¡No! Todo menos eso – Exageraba su sufrimiento, pero se lo merecia.
– Kevin, La Play Station
– ____, por favor.
– ¡La consola! –cada vez era más firme. Él puso sus ojos en blanco, bufó molesto y aceptó. Parecía un niño de 5 años –Muy bien, ahora ve a buscarme algo para comer. –Me senté en el suelo, tomé los controles y le ordené.- Rápido.
– Si, mamá
Salió de la habitacion con las manos vacias y volvió con una bandeja llena de cosas para comer, desde dulce a salado, líquido y sólido, duro y blando. Le agradecí y le di un beso en la cien. Nos quedamos jugando un rato hasta que me aburrí. Prendí el computador, puse GOOGLE y escribi: "Omegle". Presione Enter. Posicioné el mouse sobre el link azul que decia: "OMEGLE, talk to strangers" y le hice click. Encendí la camara, crucé los dedos para encontrármelo, el mouse estaba sobre el botón START. Los nervios me estaban matando.
–¡¿QUÉ HACES?! – su fuerte voz chillona casi me mata de un infarto y por instinto cerré la ventana del computador.
– ¡Kevin, no me asustes así!
– Solo queria saber qué hacías...
– Nada...
–¿Nada? – Me miró con una cara de NO TE CREO NADA –Estabas con una cara de concentrada increíble, ni siquiera en clases te ves así. – Bufé ante su comentario –¿Esperabas ver a alguien?