Capítulo O1
Empecemos por donde yo llamo LA PRIMERA NOCHE.
Estaba navegando por internet, aburrida. f*******: no era suficiente y Youtube, aunque estaba encendido, no me entretenía. Estaba buscando algo o alguien que me hiciera reír un rato. Decidí entrar a OMEGLE; Una página en donde prendes la cámara y te conectan con alguien aleatoriamente.
Primer intento, Un a******o bastante simpático... Aunque no entendiera nada de lo que me decía. Segundo Intento, una chica casi sin camiseta y los labios extremadamente rojos. ¡Adiós! La tercera es la vencida, ¿no? Pues si. Tercer Intento, Pantalla negra. No entendía mucho pero pocos segundos después apareció un joven de oscuros cabellos y ojos profundos. Estaba concentrado en su música. Hice Click en el chat
Tú: Hola
Él: Hola
Tú: ¿Cómo estas?
Él: :)
Luego se desconectó. Lo maldecí e intenté buscarlo nuevamente. No hubo resultado. Rayos, no me rendiré hasta volverlo a ver.
---------
Desperté al dia siguiente con la imagen de él en mi cabeza. Solo lo vi pocos segundos y la única respuesta que obtuve de él, fue un HOLA y una carita feliz. No habia sido una conversación muy productiva pero... No importa, había algo en él que me atraía.
Me alisté para la escuela y caminé hacia la entrada de mi casa. Mi madre me entregó mi almuerzo y me despedí de ella para irme a estudiar. Al llegar a mi escuela me encontré con mi mejor amigo, Kevin.
– ¡______! ¡Hola! –se me tiró encima, no era un saludo muy delicado pero, era Kevin... no podías pedirle tanto.
– Hola Kevs – Le respondí riendo. Este chico me alegraba el día.
– Te extrañé, ¿Qué hiciste el fin de semana?
– Nada interesante, ¿tú? –Hablábamos mientras caminábamos.
– Salí con Angie.
Angie era su novia desde primero básico más o menos. Él la conoció y supo que iba a ser el amor de su vida y al parecer lo fue. Siempre fieles y casi nunca pelean. Son la pareja perfecta. A diferencia mía que lo único que tengo es un amigo sobre protector. Ahora que lo pienso, nunca he dado un beso y tengo 17 años. Necesito un hombre a mi lado, pero no quería a cualquier hombre... Queria al ESPECIAL. Como Kevin y Angie.
– Tierra llamando a _______ – pasaba su mano frente a mi cara, despertándome de mis pensamientos y devolviendome al mundo.
– Ah si, lo siento. ¿Qué decías?
– Que ya tocaron el timbre y tienes que irte a clases.
– Ah, gracias Kevs.
– Nos vemos en el almuerzo – Me tomó de la nuca y besó mi frente. Un gesto amigable y típico entre los dos. ¿Para qué querer a un novio si lo tengo a él?
A clases me fui y ahí me aburri. Já, rimó. Creo que el aburrimiento de la clase de ciencias despertaba mi lado intelectual e imaginativo. Aaaagh solo unos minutos mas y seré libre. 5,4,3,2... Mensaje en el celular. Disimuládamente lo saqué de mi bolsillo, lo desbloqueé para selecionar esa tarjetita con una carta, mensajes. Era de Mamá:
______, cuando salgas de clases te iras a la casa de Kevin debido a que tengo unas cosas que hacer y no quiero dejarte sola. Pórtate bien.
Con amor,
Mamá
Genial, iba a ser una buena tarde. Luego recordé al chico misterioso de Omegle, quizás lo encuentre nuevamente hoy en la tarde pero quería estar sola, no con el payaso de Kevin ahi. En fin, el timbre sonó y tomé mis cosas para dejarlas en mi casillero. Número 17. Al llegar, abrí la mini puertecita que hay y sentí el peso de la cabeza de alguien en mis hombros.
–¿Te vienes a mi casa? -preguntó en un susurro
– Al parecer ya te avisaron
– Si – Kevin me giró sobre mis talones y comenzo a hablarme. Muchas palabras en menos de 5 segundos, pero no escuché nada de lo que dijo, simplemente me dediqué a observar a mi amigo. No era feo, su castaño cabello combinaba con sus ojos pardos, no era flaco, pero tampoco era obeso. No era bajo, pero tampoco era alto. Era promedio y muy chistoso. –¿Ya?
– Ya – le respondí sin saber la pregunta
– Ni siquiera sabes qué te pregunte. –Oh, ¿tan obvia era? – Apuesto que me mirabas pensando "Oh por Dios, que sexy es mi mejor amigo"
– Eso quisieras – Reí y lo empujé levemente
–¿Tienes algo pensado?
–¿Para qué?
– Para hacer en mi casa
Sí, buscar a un chico en OMEGLE.
– No, la verdad es que no – respondí rápido, antes de decir cualquier estupidez.
– Pues yo si, pero te aviso allá. ¿Almorzamos juntos?
– Claro – Le dedique una sonrisa amplia. Él me respondió de la misma manera
– Genial, adios – nuevamente me besó la frente, se dio la vuelta y se encontró con Angie. Entrelazaron los dedos y se fueron caminando juntos. Ellos felices juntos... y yo aqui. Pero pensándolo bien, al tener a Kevin, no necesitaba a nadie.
En fin, despues de otras 2 torturas llamadas CLASES tocaron para salir a almorzar, caminé por esos largos, pero transitados pasillos hasta llegar a la cafetería. Ahí me preparé mi almuerzo que mi madre me había hecho y me puse a esperar a mi amigo.
– Pensé que partirías sin mi – Kevin apareció algo molesto
– No, ¿pasó algo?
– El estúpido de Nick. – bufo molesto
–¿Qué hizo ahora?
–¡Todo el problema partio cuando él nació! –gritó- El maldito no me deja tranquilo ni en clases, ni en mi relacion con Angie
– Pero...
–¡Pero nada! – me interrumpe – No le demos más vueltas... ¿Podemos comer?
Ese fue uno de los almuerzos más incómodos de mi vida. No hubo ni una palabra, ni una mirada... Ningún sonido. Él termino antes que yo y se fue de la mesa. Me quedé almorzando sola, pero pocos minutos despues sonó el timbre para la última clase.
– Lo siento -sentí unas manos en mi cintura. Kevin
–¿Por?
– Por tratarte asi, _____. -Se pone frente a mi –¿Me perdonas? -Encorvó su labio inferior, formando un puchero
– Si – le hice cariño en el pelo-
– En mi casa te recompenso por soportarme – Me guiñó
–¿Ah? –Me besó la mejilla, se puso la mano en los bolsillos y se fue con una sonrisa a su sala.