Capítulo 6

1394 Palabras
—Además—, continuó y respiró hondo. —Además de estar en este viaje contigo y verte crecer, también quiero pasar el resto de mi vida contigo—. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho cuando él se arrodilló frente a mí. —Neitan—, susurré. —Te quiero mucho, Vanesa. Antes de conocerte, establecerme pronto no estaba en mi agenda, pero no me veo estando con nadie más que contigo. No quiero nada más que tenerte como mi esposa—. A pesar de que todos vitoreaban alrededor de la mesa, apenas podía escucharlos por encima de los latidos de mi corazón. Neitan me miró mientras sacaba una caja de anillos, revelando el anillo de diamantes más hermoso que jamás había visto. —Vanessa Taylor, ¿te casarías conmigo?— murmuró. —¡Sí!— Chillé, rebotando en mi asiento mientras él deslizaba el anillo en mi dedo. Me levanté y lo abracé fuerte, las lágrimas corrían por mi rostro mientras tantas emociones diferentes me estrangulaban. Debajo de todo el amor, la emoción y la felicidad que me invadió, había una pizca de temor molestando en los rincones de mi mente. Con todas las cosas buenas que han sucedido últimamente, algo iba a salir mal. Estás siendo paranoica como papá, me recordé, obligándome a permanecer en el momento. Estaba bien y todo lo demás estaría bien. Nadie me perseguía, a pesar de lo que pensaba mi padre. Estaba segura, comprometida y viviendo mi mejor vida posible. Todo estaría bien. — ¡ Dios mío!— exclamé, secándome los ojos. —Esta ha sido literalmente la mejor semana de mi vida—. —¡Discurso! ¡Discurso! ¡Discurso!— Todos alrededor de la mesa corearon. Me reí y cogí mi copa de vino. —Bien bien. Así que primero quiero agradecerles a todos por venir—, comencé, secándome algunas lágrimas perdidas. —Ustedes han sido mi familia durante los últimos años y estoy muy agradecido de tenerlos aquí. No habría podido hacer todo esto sin su apoyo. Muchas gracias chicos —. —¡Oh, es mi turno! ¡Mi turno!— Dijo Savannah y se levantó con su vaso. —Sólo quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti, Vanessa, y te amo como a una hermana. Felicitaciones por sus logros comerciales y su compromiso. Tienes mucha suerte de estar con un tipo tan genial como Neitan y no con un tipo que ni siquiera puede usar condón cuando hace trampa—. La mesa quedó tan silenciosa que se podía oír caer un alfiler mientras todos la miraban. Kyle se llevó la cara a la mano y sacudió la cabeza mientras Savannah se encogía de hombros. —Saludos a ustedes—, dijo y bebió el resto de su vino. Todos nos sentamos allí con un poco de incredulidad mientras ella se alejaba de la mesa y salía por la puerta corrediza a la terraza. —¿Qué demonios acaba de pasar? —preguntó Neitan. Kandice empujó su silla fuera de la mesa. —Iré a ver cómo está—, murmuró. —Sí, yo también—, dije y miré a Neitan. —Lo lamento. Ya vuelvo—. Kandice y yo salimos por la puerta corrediza de cristal y salimos al aire fresco del verano. La vista desde mi terraza me brindó la vista perfecta del horizonte de Greenville, SC, recordándome constantemente lo afortunada que era. A pesar de haber sido prácticamente abandonado por mi familia sin ningún tipo de explicación, había hecho de mi vida algo de lo que valía la pena estar orgullosa. Tal vez enviarme al otro lado del país fue lo mejor que mis padres pudieron haber hecho por mí, después de todo. —Kyle hizo trampa y está embarazada—, dijo Savannah sin volverse hacia nosotros. Kandice y yo intercambiamos miradas antes de volver a centrarnos en ella. —¿Cómo te enteraste?— Pregunté, mirando por la ventana a los chicos que todavía estaban sentados torpemente en la mesa. —La mujer llamó mientras él estaba en la ducha hace unos días. Contesté su teléfono, lo cual no es nada nuevo. Quiero decir, a veces me pide que conteste, así que respondí su llamada y ella se puso muy a la defensiva y me preguntó por qué otra mujer estaba contestando el teléfono de su novio—. —Ay—, dijo Kandice y tomó un trago de su vino. —Simplemente fingí ser su hermana y le dije que la llamaría cuando terminara de arreglar mi ducha—. Savannah suspiró. —Revisé sus mensajes de texto después de eso. Habían estado teniendo una aventura durante los últimos meses. Las noches en las que dice que tiene que trabajar durante la noche en el hospital, suele estar con ella. Y las noches que está conmigo es cuando le dice que trabajará durante la noche—. —Lo siento mucho—, dije, acercándome para abrazarla. —Ella le envió fotos de su ultrasonido y él le dijo lo emocionado que estaba de convertirse en padre. No sé por qué estoy realmente más molesta, si por el hecho de que hizo trampa o por el hecho de que anda actuando como si nada hubiera pasado cuando tiene toda una vida secreta que está viviendo—. —Te mereces algo mucho mejor que él, Savannah—, dijo Kandice, acariciando su cabello. —Además, Kyle no es todo eso de todos modos. Dijiste que su polla era rara. Savannah se rió y se secó las lágrimas. —Es realmente extraño—, dijo. —Y pequeño también—. —¿Ver? Ahora puedes estar disponible para chicos que no tienen p***s pequeños y raros —, agregué con una sonrisa. Ella nos miró y sonrió. —Gracias chicas. Yo simplemente… a veces siento que algo anda mal en mí porque todas mis relaciones apestan—. —Tal vez tómate un descanso de las citas y descubre lo que quieres. Cuando sea el momento adecuado, el indicado acudirá a usted—, dijo Kandice. Savannah asintió. —Tienes razón. Creo que eso es lo que voy a hacer por ahora—. Ella me miró. —Lamento haber arrojado esa bomba en la mesa. Probablemente arruiné esta noche—. —No, esta bien. Supuse que algo andaba mal en el momento en que llegaron aquí. Pero Kandice y yo estamos aquí para ayudarte si nos necesitas—, le aseguré, dándole un fuerte apretón. Cuando miramos a través de la puerta de cristal, Kyle ya no estaba en la mesa. Savannah se burló. —Espero que se haya ido—, murmuró y luego suspiró. —Volvamos adentro antes de que la cena se enfríe—. ******* —Noche loca, ¿eh?— Dijo Neitan mientras terminábamos de limpiar. Suspiré y me apoyé contra el mostrador. —Ni siquiera sé cómo describirlo. Me siento mal por Savannah, ¿sabes? —Sí, eso es bastante jodido . Tan pronto como ustedes salieron, él comenzó a balbucear acerca de tener que irse y casi se teletransportó fuera de aquí. Espero que ella esté bien—. —Yo también lo espero—, dije. Neitan dejó el paño de cocina y se acercó a mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura. —Pero la mejor parte de esta noche fue que te convertiste en mi prometida—, murmuró. —No puedo esperar para convertirte en mi esposa—. Sonreí. —Yo tampoco puedo esperar—, dije. —Vanessa Grady suena muy bien, ¿no?— —Señora. Vanessa Grady. No te olvides de la señora —, me corrigió y me besó. —Nos vamos a casar—, susurré mientras miraba mi anillo. Tomó mi mano entre las suyas y la besó. —Somos. Ahora sobre lo que empezamos antes…— Chillé de sorpresa cuando me levantó y me puso sobre su hombro. Salió de la cocina y entró en la sala de estar, poniéndome en el sofá. La luz de la luna que entraba a través de las ventanas del piso al techo lo envolvió, proyectando sombras sobre sus anchos hombros y su rostro. Lo vi mientras lentamente se quitaba la camisa y la arrojaba a un lado.
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