—Sí —confirmó Zadok. —¿Porque le dices la tontita? ¿Ya te la follaste?—comentó Hamsa. —Nah. Una vez la vi hablando y tiene un tono de voz fastidioso, así como agudo —admitió Ezra—. No es mi tipo, no me llamó la atención lo suficiente como para conquistarla. Mis estándares son altos. Y efectivamente, Ezra mantenía estándares extremadamente altos cuando se trataba de mujeres. Le atraían exclusivamente las modelos altas, sofisticadas y de clase alta, mujeres que fueran trofeos dignos de su estatus social. Esto contrastaba completamente con Hamsa, quien en secreto se sentía atraído hacia rostros dulces y tiernos, aunque jamás lo admitiría públicamente. —Tus estándares son putas caras con las tetas operadas —gruñó con una sonrisa burlona. —Por lo menos a mí me hacen caso sin que tenga qu

