ZAYN
Estoy en la arena, con la espalda recostada contra la tabla, viendo cómo el sol comienza a esconderse tras el horizonte. El agua salada todavía se siente en mi piel, y la brisa es como un susurro que no puedo descifrar. Pero nada apaga esta jodida tormenta en mi pecho.
Siento los pasos antes de escucharlos. Ethan. El cabrón siempre aparece cuando más lo necesito y cuando menos quiero verlo.
—¿Se puede? —pregunta, tendiéndome una cerveza.
La tomo sin decir nada. Le doy un trago largo. Él se sienta a mi lado, y por unos segundos, ninguno de los dos dice nada. Solo las olas, el viento, y esa jodida tensión que no se ha ido desde que lo vi con Amaya.
—Me la encontré ahí —dice al fin—. En el restaurante. Estaba comiendo con su madre. Ella... me presentó como su novio para que Juliette
