La Esclava del Mafioso

Capítulo 4

Tres meses después...

¡Mierda! Estoy pensando en el de nuevo. Si, desde este día no he podido sacarlo de mi cabeza. Pongo el freno de mano a mis pensamientos desembocado. Daminao es un criminal de sangre fría, un idiota total y estoy segura que un misógino teñido en lana. Me recuerdo con firmeza, ‹‹no puedes estar pensando en el Ava, te vergonzosamente como un trozo de carne›› Cualquier persona inteligente vería ese día como la experiencia mas horrible de su vida y rápidamente lo dejaría atrás.

No voy a mentir, durante las primeras semanas, saltaba como una rana enloquecida cada vez que sonaba el teléfono. Me la pasaba como animal enjaulado caminando de un lado a otro cada que Sydney salir para ir a sus citas con el. Tan pronto como escuchaba el sonido de las llaves en la puerta, me subía al sofá y fingir que estaba viendo la televisión. Después patéticamente intentaba hacer conversaciones diseñadas para que Sydney lo mencionara. El resultado final de todos mis esfuerzos fue; ninguna llamada, ningún mensaje de texto y aparentemente ningún cambio en su actitud hacia Sydney. No había otra conclusión que sacar. El era un idiota y yo lo era aun mas por seguir pensando en el.

Para mi entera repugnancia, algunas veces soñaba con el, algunos de mis sueños se podrían calificar como pesadillas. La peor fue cuando soñé que estaba en mi cama y el entro a mi habitación, se puso de pie junto a mi cama y con calma comenzó a quitarse el tatuaje de cobra, el que comenzaba en su hombro y se enroscaba por todo el brazo hasta la muñeca. La piel de la cobra de pronto se convirtió en una cobra real en su mano y el muy idiota me la arrojo. Para ser mas rápida que la serpiente, patee la pared como un ninja y me lance farera de la cama. El plan era aterrizar con precisión y ligereza como lo hacia un gato en el suelo. Deserté boca arriba con dolores punzantes en los hombros y caderas. Mientras gemía de dolor y trataba de levantarme, Sydney abrió la puerta y encendió la luz.

-¡Demonios! ¿Qué fue ese maldito ruido? pregunta adormilada

-¡Me caí!-

-Bueno, entonces debes de ser mucho mas gorda de lo que pareces- gruño antes de apagar la luz y volver a su habitación.

Inexplicablemente, meses después no puedo parar de pensar en el señor mafioso, es como un dolor en el culo, un picor que no ha sido atendido y simplemente no se que hacer al respecto.

-Te vez hermosa esta noche- Dice Brandon.

Brandon Jones es magnifico, y a la luz de las velas parece inquietante y misterioso, como un personaje romántico de uno de los libros de poemas que tanto me gustan. Entonces ¿Por qué demonios no hay ni siquiera una pequeña astilla del hirviente deseo que sentí cuando me pare frente al italiano? me pregunto en mi cabeza.‹‹ Tal vez porque el italiano estaba mas caliente que la polla del diablo›› me respondo a mi misma. Sigo perdida en mis pensamientos, cuando escucho.

-¿Más Vino?- pregunta Brandon.

Estoy apunto de negar con mi cabeza y me detengo a pensar ¿Por qué diablos no? ¿Qué estoy esperando? ¿a que mi enfermiza obsesión por el italiano desaparezca mágicamente? ¿por qué no ser proactiva? ¿por qué no emborracharme por completo y dormir con Brandon esta noche? Es una maldita picazón, deja que Brandon la rasque, ya es hora de seguir adelante.

Brandon es el tipo de hombre que a cualquier madre le gustaría tener como yerno. Es educado, bien parecido, fuerte, estable y me trata como una princesa. Salgo de mis pensamientos y respondo.

-Claro- lo veo llenar mi copa y lo hace con una elegancia innata. Cojo mi copa dandole una sonrisa lenta y sexy y le digo levantando mi copa.

-Por esta noche- mi insinuación no pasa desapercibida por el y sus cejas se dispararon hasta la linea de su cabello. Un mes lo he tenido aguantando, pobre hombre apenas y puede creer que esta noche si tendrá suerte. Brandon extiende su mano y toma la mía. Siento sus ojos sobre mi cuerpo, mirando, acariciando. Miro hacia nuestros dedos entrelazados y vuelvo a mirar sus ojos, compartimos una mirada y de repente me sorprende mi acertada decisión, sonrió de nuevo y el me devuelve la sonrisa lentamente.

¡Mierda!, el esta enamorado de mi, su agarre en mi mano se aprieta, sus expresiones cambia y la determinación de acero brilla en sus ojos. Aparentemente hay mucho mas de Brandon de lo que parece.

- Soy un hombre paciente Ava, se lo que quiero y estoy preparado para esperar una eternidad sie es necesario. Asi que tomalo a tu propio ritmo ¿de acuerdo?- lo miro fijamente. La mitad de mi lo compadesco y la otra mitad admira su tranquila determinación. Me encantaría ser asi de inquebrantable. Brando enfoca su mirada en mi y mis ojos se deslizan hacia otro lado, alcanzo. mi copa y rapidamente tomo un trago de vino. El vino baja por el lado equivocado y termino con un ataque de tos. Brando deja su silla y se acerca a mi, se pone en cuclillas a mi lado, mis ojos estan llorosos y no paro de toser, gracias a dios por el rimel a prueba de agua.

-¿Estás bien?- pregunta suavemente.

-Si, estoy bien- respondo

-Bien, porque tengo muchas ganas de que llegue el resto de la noche- dice dandome una sonrisa seductora. Sonrio temblorosamente y me doy cuenta que nisiquiera necesito emborracharme para dormir con el. El me ayudara a olvidarme del idiota italiano.

-Puedes pedir la cuenta si quieres, estoy lista para irme- el sonríe y no puedo evitar ver la victoriosa mirada en sus ojos.

-Me encanta la forma en que ustedes los estadounidenses llaman cheque a la cuenta- bromean

- Ami me encanta como los italianos piden la cuenta- le respondo y le doy una mirada seductora. Brandon echa su cabeza hacia atrás y se ríe, lo miro y me quedo pensando si algún día pueda llegar a amar a este hombre. Brandon se levanta y va a su lado de la mesa, paga la cuenta y nos vamos.

Es una hermosa tarde de otoño, el cielo se llena de toques naranjas y rojo, mientras caminamos hacia su BMW verde oscuro. Me abre la puerta del pasajero, le doy las gracias y me deslizo hacia adentro. ya dentro del auto enciende musica a un volumen muy bajo, comienzo a tararear la canción, mientras el pone el auto en marcha. Esto se siente cálido y cómodo, me siento cómoda, si esa es la palabra correcta, será cómodo y con el tiempo me iré olvidando de esos ojos azul plateado que parecían atravesar mi alma.

El departamento de Brandon tiene una buena ubicación, es tranquilo y civilizado. Subimos a su departamento, sin decir una sola palabra entro y el cierra la puerta.

-Tengo una excelente botella de Sancerra 2009 ¿Te apetece una copa?

-Claro- le digo con una sonrisa

-Por qué no te pones cómoda? sugiere señalando hacia la sala de estar.

-Esta bien- mientras me dirijo hacia aya.

Tiene un bonito piso, la decoración es un poco aburrida, con madera oscura y pinturas de la caza de zorros en las paredes, pero nada que no se pueda arreglar eventualmente. Una puerta corrediza que conduce hacia un balcón que tiene una gran vista del parque, he estado aquí mas de una vez. La puerta del dormitorio principal esta abierta y miro hacia la cama gigante cubierta con un cubre cama blanco y esponjoso. Mi primera e instintiva reacción es desvira la mirada, esta reacción me molesta ‹‹vamos Ava, este es el siguiente paso en su relación›› me dice mi conciencia, una relación que ha lleva algún tiempo.

Lo escucho abrir el refrigerador, el estallido del corcho y el tintineo de las copas. Estoy parada en la puerta de vidrio mirando hacia el parque, cuando las luces de la habitación se atenuándolos. Me doy la vuelta y el avanza sosteniendo la botella de vidrio por el cuello con una mano y con la otra las dos copas.

-Hermosa vista- ¡Mierda! esto fue lo mismo que dije la ultima vez que estuve aquí.

-Si me gusta bastante- dice Brandon, mientras se mueva a un largo sofaldos e piel color chocolate. Lo sigo y me siento a su lado bastante cerca, pero sin tocarlo. Me pasa mi bebida, tomo un sorbo y lo dejo sobre la mesa de cristal. Toma uno de los controles que están sobre la mesa, presiona uno de los botones y musica suave e irreconocible llena el ambiente. Me aclaro la garganta y volteo hacia un lado mirando a mi alrededor.

-Relájate, no hay presión para hacer nada- dice Brandon suavemente. En realidad no estoy nerviosa, simplemente no estoy excitada. Tomo otro sorbo de vino, Brando pasa su dedo por mi muñeca, dentro de mi no pasa nada, no hay ningún deseo de hacer nada a el o con el. Esto no es una buena señal, así que dejo el vaso sobre la mesa, me inclino hacia adelante y pongo su mano sobre mi muslo.

-Oh Ava- murmura, mientras me toma con bastante maestría y se abalanza sobre mi boca. ‹‹Buen comienzo Brandon››. Resulta que Brandon es un buen besado, un poco de todo, tampoco fuerza su lengua en mi boca, sus manos se deslizan por debajo de mi top y recorren mi espalda buscando el broche de mi sostén. Al no encontrar ninguno regresa al frente con un movimiento eficiente. Rompe el beso y mirándome profundamente a los ojos comienza a desabrocharme la blusa. Tira del material hacia un lado para exponer mis tetas.

-¡Dios Ava! tienes unas tetas fabulosas- dice con una voz gruesa.

-Espera a que me veas el culo- bromeo, per el no esta de humor para bromas. Inclina su cabeza y toma un pezon con su boca, se siete bastante bien, doy un pequeño gemido alentador. El comienza a chupar mas fuerte, pero no lo suficiente como para provocar dolor. Tiene técnica, tengo que darle crédito por eso. Mi cerebro no se siente como siempre estuviera explotando en mi cabeza o algo por el estilo, pero comienzo a disfrutar la sensación, tal vez la gente no debería de criticar tanto el sexo básico.

Mi teléfono suena de repente, el sonido es discordante y me congelo. Brandon levanta su cabeza, sus cálidos ojos marrones están oscuros de pasión.

-Mmm.. no contestes- ordena con una voz ronca.

-Umm... podría ser una emergencia, solo tardare unos segundos- digo disculpándome.

-Esta bien adelante- suspira pesadamente.

Junto los bordes de mi blusa y rasco dentro de mi bolso, no puedo imaginar quien podría ser a esta hora de la noche. Miro la pantalla y es mi madre. Mamá nunca me llama a mi celular, ella piensa que es una perdida de tiempo y dinero, nos comunicamos exclusivamente través de video llamadas. Con el ceño fruncido acepto la llamada.