Capítulo 1— Descubriendo la verdad
Capítulo 1— Descubriendo la verdad
Narrador
—¿Emma Cosnett? ¿Eres tú?
Escuchando a un costado su nombre, sin poderlo evitar, Emma desvío su vista para ver de quién se trataba, y encontrando a su vieja compañera Katherine Smith, una enorme sonrisa se extendió en sus labios. Hacían más de 15 años que no la veía, que no sabía nada de ella, y volver a encontrarla después de tanto tiempo, era una coincidencia muy grata. Colocándose de pie, Emma se acercó a su vieja compañera para abrazarla de manera afectuosa, y separándose un instante después de mantenerse del mismo modo, preguntó, deseando ponerse al día tras tantos años perdidos.
— Katherine Cuantos años sin saber de ti ¿Qué ha sido de tu vida?— Sonrió ampliamente
Smith también contenta de volverla a ver, tomó su mano antes de empezar a contarle un poco de sus últimos años, pero recordando que su amado Michael la esperaba en la mesa junto a su pequeño, quiso invitarla para presentarle al hombre con el cual se encontraba felizmente casada.
— Tengo tantas cosas que contarte, ha pasado tanto que necesitaríamos horas para ponernos al día— Explicó feliz de verla también— Pero que te parece si me acompañas a mi mesa, y así conoces a mi esposo, Michael, te adorará
Desviando la vista al lugar que recién ocupaba, el mismo que se encontraba vacío en donde esperó a su mejor amiga por minutos, y no llegó, Emma asintió sabiendo que su noche sería solitaria si regresaba a casa, y siendo dirigida a la mesa en donde era esperada, se quedó rígida al ver al hombre que acompañaba a Katherine.
— ¡Apresúrate!— Dijo caminando— Te presento a Michael
Completamente ajena a la descolocación que azotaba a Emma, Katherine se adelantó para acercarse a su esposo, y señalándole que había invitado a una compañera a la mesa, Michael, o Charlie, como se hacía llamar quedo igual de rígido que ella
— Emma, te presento a Michael— Señaló a su gran amor— Mi esposo
Con su boca ligeramente abierta, y el corazón acelerado al descubrir la gran mentira, Emma pasó la vista de Michael, a Katherine, quien evidentemente era una víctima más de la situación, y tragando grueso, el vil desgraciado rogó porque su amante no lo desenmascarara frente a su esposa.
— Michael, ella es Emma— Dijo ajena a lo que había sucedido entre ellos dos— Con quien estuve en el internado en el interior del país.
Michael, un poco temeroso, ya que Emma permanecía en silencio tratando de mantenerse en el papel de esposo amoroso, se colocó de pie para extenderle la mano a Cosnett que aún seguía inmóvil, y respondiendo más por inercia que por ganas, agregó
— Katherine me ha hablado mucho de ti.
Con las palabras atascadas en su garganta, Emma sintió como sus ojos se cristalizaban ¿Todo lo que vivieron era una vil mentira? ¿Por qué se hacía llamar Charlie sin en realidad se llamaba Michael? Y tomando su lugar de nuevo en la mesa, Katherine la invitó a hacer lo mismo.
— Ven Emma...— Apartó la silla a su lado para que tomara asiento.
Quedando de pie frente a Michael, Emma mordió su labio para no hacer un escándalo allí, ya que el lugar se hallaba repleto de personas, y pasando por su lado, solo murmuró
— ¿Charlie? Mal*dito infeliz
Comprendiendo al fin que este solo llevaba una doble vida, engañando a su esposa, Emma tomó asiento junto a Katherine tragándose las lágrimas que clamaban por salir al ver que fue engañada, usada de la peor manera, y señalando al pequeño sentado en la mesa frente a ella, quien se mantenía distraído disfrutando su comida, Katherine lo presentó
— Y él, es mi gran amor— Señaló a su hijo— El pequeño Mateo
Sonriendo de manera forzada cuando en realidad lo que quería era gritar, abofetear, y exponer al infiel, Emma vio como Michael tomo asiento frente a ella junto al niño, y retomando la comida, Katherine trató de seguir la conversación que cada vez se tornaba más asfixiante
— Mejor ordena algo de comer, tenemos mucho de que hablar— Tomó la mano de Emma sobre la mesa.
Ordenando lo primero que vio en el menú, sin nada de apetito, Cosnett no le quitó la mirada de encima a Michael, quien se notaba muy incómodo, y deseando saber más de la verdadera vida del descarado, preguntó
— ¿Y cuántos años llevan casados?— Se refirió a Katherine— ¿Cuántos años tiene el pequeño Mateo?
Observando detalladamente al pequeño, este era la réplica exacta de su padre, su cabello, sus ojos cafés, y no resistiendo más ver la mini versión de Michael, Emma regresó la vista a su vieja amiga, quien enseguida respondió
— Tenemos 7 años de feliz matrimonio, y nuestro Mateo, tiene 4 años.
Emma solo sonrió sintiendo como el aire se le escapaba de los pulmones, pero reponiéndose enseguida al ver que él no valía la pena como para echarse a morir, siguió averiguando un poco más
— Tienes la vida que siempre soñaste Katherine— Emma sinceramente se alegraría por ella, si ese hombre fuera bueno— Eres exitosa, tienes un hijo hermoso, y un esposo que te ama con el alma ¿Cierto, Michael?
El sorbo de bebida que este mantenía en su boca, lo tragó enseguida pensando que justo en ese instante Emma lo expondría frente a su esposa, pero tras unos segundos en los que todos se mantuvieron esperando una respuesta, este solo asintió
— Con cada fibra de mi ser... — Dijo de tal forma que quien no conoce de su doble vida, le cree— Daría mi vida por ella.
Emma apretó su mano deseando colocarse de pie, y terminar de una buena vez con la farsa, pero sabiendo que esto no sería justo para el pequeño, y Katherine, prefirió callar
— Si me disculpan, me ausentaré unos segundos, tengo que ir al baño.
Colocándose de pie, Katherine se disculpó para ausentarse unos segundos, y viendo como ella se alejaba, una vez a solas ellos tres, Emma murmuró al ver al niño distraído con un pequeño juguete que sostenía en sus manos.
— ¡Eres un desgra*ciado! — Siseó — Eres un hombre casado
Michael empezó a observar a los lados asegurándose de que nadie más se acercara, e inclinándose un poco al frente, murmuró, esperando que el pequeño no comprendiera lo que hablaban
— Yo te lo puedo explicar, pero aquí no Emma.— Se notaba asustado— Ahora vete a casa, mañana iré y te explicaré todo.
Exhalando un poco de aire, Emma sintió como las ganas de llorar habían regresado. Seis meses tenían saliendo, y el muy descarado en ningún momento demostró un indicio de tener otra vida. Era el hombre perfecto, soltero, apuesto, exitoso, detallista, cariñoso, ahora todo tenía sentido, no era más que una vil mentira. Ahora los viajes de trabajo, las llamadas sin responder, las largas juntas tenían una explicación, ella era la amante, y todo el tiempo de ausencia se encontraba con su esposa, su familia.
— ¿Explicación, Michael, o Charlie? Como sea que te llames ¿Qué me vas a explicar?— Emma mantenía su mano hecha un puño con ganas de estamparlo en su rostro — Que tienes una vida, una familia feliz, que yo solo soy... Tu amante
Con sus ojos llorosos, y un vacío gigante en su corazón, Emma terminó la frase que desgarró su corazón, y desviando la vista al pequeño notó que él la observaba. Ese ser inocente no merecía cargar con las consecuencias de su estupidez, quedar atrapado en una guerra entre sus padres solo por que ese infeliz no podía mantener la po*lla dentro de sus pantalones, por lo que murmuró con impotencia.
— Ella no se merece esto— Tomó un poco de aire antes de seguir— Ellos no lo merecen
Michael liberó un poco de aire al sentir como una soga imaginaria se apretaba alrededor de su cuello si se sabía esta verdad, y acercándose un poco más por sobre la mesa, trató de explicar
— Lo sé Emma, soy un vil desgraciado— Apretó sus encías sabiendo que si esta verdad salía a la luz lo perdería todo— Pero por favor, sal de aquí. Mañana te prometo que te cuento toda la verdad.
Emma, renuente al marcharse así nada más, a ser burlada de manera descarada, negó removiéndose en su lugar, y viendo desde lejos como Katherine se acercaba, los dos regresaron a sus puestos.
— Emma ¿Qué te parece si intercambiamos números de teléfono? En dos dias será mi cumpleaños, y me encantaría que asistieras a mi fiesta... Es que no me siento bien, el tratamiento creo que está haciendo efecto
Mencionando eso último, observó a su esposo, quien se colocó de pie para tomarla de la cintura enseguida, y pensando que Katherine estaba enferma, Emma se apresuró a preguntar
— ¿Estás bien, Katherine?
Sonriendo ampliamente, Katherine negó al ver que su vieja amiga pensó lo peor, y observando a su esposo una vez más, explicó acariciando su brazo.
— Sí, es solo que Michael, y yo estamos planificando tener otro bebé. Estoy en tratamiento para quedar en estado, es solo eso.
Emma recibió la bofetada de realidad que tanto necesitaba para saber que este hombre era un vil mentiroso, y sonriendo de manera forzada, se limitó a decir
— ¡Qué bueno! Espero lo logren pronto— Las lagrimas querían salir de sus ojos pero se las tragó— Ahora mejor los dejo para que descanses.
Colocándose de pie, Emma se apresuró a salir de allí, y dando un par de pasos, escuchó como Katherine, la llamaba de nuevo.
— ¡Emma! —Llamó — ¿A dónde crees que vas? Necesito tu número
Alcanzándola enseguida, esta le pidió intercambiar de teléfonos para así no volver a perder la comunicación, y cediendo, ya que Katherine no tenía culpa de lo que estaba pasando, accedió antes de marcharse.
— Para mí fue maravilloso volver a verte. Espero nos podamos reunir pronto
Asintiendo, Emma le dio un último abrazo a Katherine, y saliendo del lugar dejó las lágrimas salir con la esperanza de que estas aliviaran el dolor que sentía