Capitulo 04

2189 Palabras
Fernanda Acaricio mi vientre de tres meses y sonreí nostálgica,aún siento como si su muerte hubiera sucedido ayer,solo somos tu y yo mi bebé.. -Papi te cuidara mi cielo, no sabes lo mucho que deseo tenerte en mis brazos - hablo sin dejar de acariciar mi vientre. Suspiro profundamente mientras estoy sentada en una silla tejida en el jardín. Él cielo está opaco y parece que va a llover, no me gusta la lluvia, es muy triste. -Te voy a proteger - aseguro sonriendo un poco. -No pudiste protegerte a ti misma, no creo que lo vayas hacer con ese bebé - dice alguien a mis espaldas y se quien es. -No es asunto tuyo - gruño enojada y lo enfrento. -Tu misma sabes que no eres confiable para nadie, es una lastima que ese bebé te vaya a tener como madre, mujeres como tú son las peores - asegura con tanta frialdad y dureza que mi enojo crece. Su mirada parece veneno,¿Porque me trata así? -¡Cállate, tu no me conoces, aquí el único que tiene derecho de juzgarme es Dylan, es él quien me esta ayudando no tu entrometido de mierda, deja de decir lo que no sabes! - grito furiosa y él sonríe con tanta arrogancia que sí tendría un arma en mis manos juro que seria capaz de dispararle,pero no soy así no lo soy. -Sabes, quizás tu supuesto esposo hasta fingió su muerte solo para quitarte de encima, de simple vista se nota que eres una mujer……. - pero estampó mi puño en su rostro respirando con pesadez.. -No tienes derecho a - pero no sé en qué momento sus labios hacen presión sobre los míos. Ante ello mi reacción es morderlo. Abro los ojos sobresaltada y miro la hora. -Estúpidos recuerdos - murmuro molesta y me levanto de la cama aún con el corazón acelerado. Camino hacia el baño y me miró en el espejo. Dimitri tiene que salir de mi mente, quizás el saber que está cerca me altera saber que pueda entrometerse y arruinar todo lo que estamos planeando. Dimitri es un patán al que no le importa nada más que él. Tengo que estar concentrada esta noche, o será explosiva o será una más. Después de un mes más tratando de dar con el mocoso lo tenemos. Tomó un baño para relajarme y al salir veo a chula sentada en mi cama y levanta la mirada. -Buenos días - saludo pero ella parece tener una mirada perdida y eso me preocupa. -Nina- llamo y ella me miró. -La mataron - dice con la voz ronca reteniendo las lágrimas. -¿Que, a quien mataron? - pregunto sentándome a su lado y ella me mira. -Hace años logré por así decirlo contactarme con mi única hermana, era lo único que tenía, me hize pasar como su mejor amiga, estaba estudiando arquitectura y me la mataron, me la mataron - habla con rencor y se desploma a llorar. Mi corazón al escucharla se estruje de tal manera que me llena de culpabilidad. La abrazo dejando que llore todo lo que quiera. -Quiero picar en pedazos, ese bastardo lo hizo - habla con odio en su voz y su mirada es oscura. -Nina, hoy - y suspiro por que se que se va a enojar. -Se que duele, he perdido más de lo que en mi vida imaginé, y por eso hoy te dejo fuera de todo esto, tie - pero me interrumpen. -¡No, no me puedes dejar por fuera, hoy es mi noche, yo tengo que estar ahí! - grita furiosa y me levanto. -Mírame - ordeno y ella no me miró. -Mírame caramba - alzó la voz con autoridad y ella me miró furiosa. -Estás aquí porque tu misma así lo has querido, si, lo siento pero ya no hay vuelta atrás, sabes lo que pasa si tenemos familia, si me lo hubieras dicho quizás no la hubieran matado, aquí tu sola lo has asumido, así que tu misma decides o haces caso o te largas - hablo con voz demandante y ella me mira aún furiosa. -Tienes que ser fuerte, él quiere derribarte, no lo dejes - hablo más tranquila y ella baja la mirada y suspira. Da media vuelta y sale de la habitación dando un portazo. Niego con la cabeza y suspiro con pesadez. Otra vez la misma pesadilla, otra vez perdemos a nuestros seres queridos por el odio ajeno. Decido prepararme y al bajar me encuentro con un hombre a quien no reconozco ya que está de espalda. Al acercarme veo que caimán está frente a él y al mirarme sonríe. -Jefa, le presento a nuestro socio de cargamento, fue una casualidad encontrarlo en la ciudad - habla caimán y no sé por qué siento una mala espina. En ese instante el hombre gira y siento que todo mi cuerpo se tensa y mi mente colapsa por un momento, hasta que la rabia toma lugar. -¿Socio? - pregunto furiosa entre dientes y caimán cambia esa sonrisa por una línea recta en sus labios. -Rubia - sonríe el hombre que tengo frente de mí. -Jefe ustedes nos dio el perfil del próximo socio - dice caimán mirándome angustiado y exploto. -Yo no di, ni he elegido a ningún socio aun - hablo con voz demandante. -Y tu vete de mi casa, lárgate - ordenó furiosa y este no se mueve. -Jefa, yo - pero lo miro fulminante. -Deje hablar a solas con su jefa - se dirige hacia caimán. Este me mira a los ojos y asiento para que se largue. -¿Qué haces aquí? - pregunto enojada y este se sienta en el sofá tranquilamente. -Siéntate hablaremos - dice serio y me quedo de pie. -Te sientas o te siento - demanda aun serio y buffo para sentarme en el sofá individual. -Solo quiero ayudarte - dice ahora más tranquilo y río sin ganas. -Deja de hablar estupideces, que buscas y se breve que tengo algo que hacer - hablo inquieta y aún molesta por su presencia. -Te vengo a ayudar, se que el hijo del viejo está ahora al mando, sé que está detrás de ti, se todo - asegura mirándome a los ojos y me coloco de pie. -Tu no sabes nada, tu no sabes nada de lo que pasa, vete - ordenó molesta y mi respiración se agita. -Si lo se, se muchas cosas que tu nunca le has dicho a nadie, voy ayudar - habla mirándome y no noto ninguna emoción en esos preciosos ojos. -Mientes, además que te importa, usted nunca le ha importado nada de lo que me pase, para ti solo soy una traidora, una cualquier, ¿porque ahora me debe de interesar lo que pienses o sepas de mí? - pregunto alzando la voz molesta y me levanto del sofá como si se quemara. -Fernanda, se que te dije cosas sin sentido, creeme que estoy arrepentido, yo nunca debí juzgarte, y - pero se calla mientras lo miro muy confundida. -¿Acaso te has drogado?,dime que clase de juego es este para saber jugarlo, por que la verdad no entiendo nada - pregunto mirándolo y este me mira serio. -No es un juego, solo entérate que de ahora en adelante seré yo tu sombra y no pretendo dejarte sola en nada, si no quieres que me enteré de todo lo que haces no uses el mismo método que Dylan - habla con seriedad y suspiro sin poder creer lo que ha dicho. -Quien demonios te da el derecho de venir a mi casa y hablar de esa manera, no eres nada para mi - alzó la voz alterada. Sus manos sujetan mis brazos de tal manera que no puedo moverme y eso me pone nerviosa, se acerca quedando muy cerca a mi rostro y de los nervios necesito respirar por la boca para tomar más aire. -Soy más de lo que tu misma aceptas, nada de lo que digas o hagas me hará cambiar de opinión, todo lo que digo lo cumplo - asegura con tanta firmeza. -Su,suélta me, que te pasa estas falta de cuantos tornillos ahora - pregunto sintiendo muchas cosas juntas mientras trato de safarme de su agarre. Su risa hace que me detenga y él niega con la cabeza mientras sonríe. -Sabes que si dejaras que conociera a tu verdadero ser, y no a esta máscara que cargas siempre todo seria tan distinto - asegura mirándome a los ojos logrando que mi estúpida mente piense que no puedo respirar bien y abro la boca como un pez ahogado. Antes de poder decir media palabra sus labios presionaron los míos y esta vez solo me quedo quieta como una tonta. ¿Por qué no lo golpeó? ¿Debería alejarlo? ¿Por qué no quiero? No me entiendo, no lo sé. -No invitan - preguntan logrando que reaccione y me separo de Dimitri. Al ver quien es, carraspeo mi garganta. -Mira nada más quién está aquí - dice Nena de manera dramática y la miro seria. -Tu debes ser Nina - dice mirándola y ella alza una ceja. -Vea pues, adivino no es, aún que divino, mmm papasito, así que me imagino que me investigo - habla mirándolo con perversión y ruedo los ojos. No puedo con ella. La risa de Dimtri hace que lo mire. -Me gusta el humor de tus amigos - dice Dimtri y lo miro enojada. -Chula, es él nuevo socio, muestra de los planes para los siguientes cargos - ordenó sería y pasó por un lado de Dimitri sin importar nada. -Como ordene mi mona - dice divertida y la miro de reojo. Ella me guiña un ojo y niego con la cabeza. Por lo menos ya parece estar mejor, se que se está muriendo por dentro, pero ella es fuerte. Ahora que hago con Dimitri, esto no me puede estar pasando. Acaso soy estúpida. -Me tengo que calmar - susurro caminando de un lado a otro y decido salir a caminar un poco. Tengo que pensar cómo deshacerme de él lo más rápido posible. Dimitir Me encanta poder besarla, y se que esos labios serán míos, obtendré todo de ella para mi, eso lo prometo. -Antes que nada, si buscas hacerle daño a Fernanda puedes olvidarte de ella - habla la mujer llamada Nena, tiene una actitud única, viste con colores oscuros, y sus cabellos son poco normales. Los investiga a todos y se que ella es la que cuida la espalda de Fer cuando salen. Ella es su francotiradora, y por lo que vi es muy buena. -Eso es lo que pretendo evitar de otros yo no la lastimara - asegura con firmeza y ella se cruza de brazos. -Mira italiano, ni tu cara bonita, ni nada de lo que hagas por las malas hará que ella deje ese supuesto odio por ti, amo a Fernanda y si llego a ver o enterar que se te ocurre la mínima idea de herirá la, estás muerto - asegura con total confianza y rudeza haciendo que ría. -Me alegra que tenga a tan buenas personas cuidando de ella - digo y caminamos hacia un lugar más apartado. -No te equivoques, ella es quien nos cuida - asegura con firmeza y la miro pensativo. -Fernanda ha dado más por nosotros que cualquier otra persona, ella no es todo esto, la vida, o el destino, como quieras decirle fue lo que la llevó a esto, pienso que injustamente - asegura mientras busca unos papeles. -Si Esteban hubiese estado vivo aún, todos aquí estamos seguros que ella aunque ya supiera manejar un arma jamás él dejaría que ella la utilizara, para resumir, ella fue su reina y si tu no tienes las mismas o aún mejores intenciones con ella mejor apártate - ordena mirándome con frialdad sin ningún miedo al saber quien soy. Me da unas carpetas y da media vuelta. Estas personas aprecian a Fer como si fuera familia, es algo increíble. -Dices que me aparte cuando tu misma me has traído aquí - hablo mirándola sin lógica alguna. Ella ríe y alza una ceja. -Nos vemos - dice para irse,no antes de mirarme con una mirada llena de amenaza. Parece una leona cuidando a sus cachorros. Vaya que está loca, pero me gusta que cuiden tanto de fer. Ahora ese tal Esteban, nunca lo pude conocer, sé varias cosas de él y aún que no me guste la idea de que ella aún lo recuerde se que lo hace. Por las palabras de Dylan se cuanto ese hombre amo a fer, pero también le voy a demostrar a todos que yo la puedo amar aún más. No tiene sentido decir me a mi mismo que no sé lo que siento cuando es evidente lo que me pasa. Me estoy metiendo en una guerra que no me pertenece solo por una mujer, por una mujer perfecta, porque eso es ella. Él amor nos hace hacer locuras, y esta es la primera vez que no me arrepiento de ello. Por mi rubia estoy dispuesto a todo.
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