Kagome Los labios de Inuyasha me roban el aliento cuando comienzan a pelear con los míos, mis manos toman vida propia amarrándose en su cuello. Es agradable volver a sentir ese sabor tan embriagante de Inuyasha. Sonrío en medio del beso y él aprieta mi cintura contra él, jadeo de sorpresa porque me gusta la sensación que ya se está haciendo muy reconocida para mí. Caminamos con los ojos cerrados escuchando como caen cosas a nuestro alrededor, pero ninguno es capaz de parar, simplemente nos necesitamos de manera urgente. Las manos de Inuyasha buscan el cierre de mi vestido hasta que lo encuentra y lo baja, el largo vestido cae a mis pies. Sus ojos mandan ráfagas de fuego a todo mi cuerpo cuando curiosean de arriba abajo, mi lencería negra es muy visible. Conociste en un pequeño sujetador

