Mi Cahuin

Raymi. Voy al establo a buscar mi caballo y el de mi abuelo, vamos a salir a recorrer los limites y ver que todo este correcto, no me gusta pero llevo un arma, tengo la licencia aun para tener veinte años y mi papa es uno de los que firmo como responsable de lo que haga con el arma que no es nada, pero nunca sabemos con que o con quien nos vamos a encontrar, puede ser un animal salvaje como unos cuatreros, entonces la vida de mi abuelo es mas importante para mi que la mía, yo me voy a poner adelante de quien sea. Ensillo mi caballo subiéndome enseguida y salgo con el de mi abuelo ensillado y preparado con alambres y herramientas como llevo en mi caballo, si hace fala hacemos un arreglo enseguida. —ABUELOOO. —me acerco porque me alza la mano que me acerque y camina hacia al costado de la casa—. ¿Qué pasa?. —Vinieron las niñas a dejar alimentos que la mami encargo. —Ah, bien. —me bajo de un salto asi ayudo con lo que sea que traen, hato las riendas en un palo del corral que tiene la casa y corro atrás de mi abuelo que habla con las chicas—. Buenas. —Hola. —Fua, un monton de cosas traen. —la miro a Maiten con unas ganas tremendas—. ¿Cómo estas?. —Bien, —sin decir nada ni hacer nada rodeo el caballo soltando los lazos y bajar las fajas. —¿Que hay ahi hijo?. —Huevos... —bajo el canasto lleno de huevos asi los ve. —¡Ay nooo, mira que buenos estos huevos amor!. —Si, voy a ir a ver como las están cuidando, nuestras gallinas no están poniendo y si ponen son unos huevitos pequeños. —En realidad ponen, solo que en esa casa se cocina demasiado. —bajo un saco con maíz, otro canasto lleno de huevos, un canasto con panes caseros y un saco con unas verduras. —El jefe dijo que cuando necesiten mas que pidan. —Si, ahora enviamos la carne. —Vengan chicas, pasemos a tomar unos mates mientras preparan las cosas. —Si, gracias Blanca. —con mi abuelo vamos al frigorífico que tenemos donde esta todo ahi, lo que exportamos, consumimos y cambiamos con el pueblo, es enorme donde mi abuelo importa y exporta, los trabajadores están a full envasando y cortando. —Buenas buenas... —alzo la mano saludando a todos mientras vamos al frizzer de la familia. —Vamos a tener que llevar en los tres caballos hijo. —Tu caballo lo cargamos, el mío y el de las chicas no tanto, entonces van dos en el caballo que trajeron y yo llevo a una. —¿Te gusta de verdad Maitén?. —abro una puerta del frizzer riendo. —Si abuelo, me gusta mucho. —Bien, ¿Qué vas a hacer con eso?. —Nada, ¿Qué voy a hacer?. —trabo la puerta asi no tenemos que luchar con abrirla mientras cargamos la carne—. Jamas saldría conmigo, ella es del pueblo y yo de aquí. —No tiene nada que ver Raymi. —Si tiene, respetan su forma de vivir, yo allá no me voy ni ella viene para aca. —¿Porque dices que no te vas allá?. —voy viendo los nombres de las carnes y voy bajando al carro donde acomodo las bolsas. —Porque mi vida esta aca, puedo ir a pasar el rato, quedarme unos días, pero mi vida es en estas tierras, no podría ir allá y dejarlos sin ayuda, y hablo pavadas papi, no vamos a tener nada con Maitén y hablo como si ya fuéramos a vivir. —Como dice Blanca, llama las cosas que no son como si fueran. —No es eso, allá la gente no nos quiere abuelo, solo los tíos. —Como vas a decir eso hijo. —Pues mírame. —lo miro sonriendo aunque siempre le decimos esto entre mis primos porque mi papa piensa como yo, pero mis tíos no—. Soy blanco, blanco rosado y mas rubio no puedo ser, —me mira fijo pero yo sonrío—. No somos bienvenidos allá abuelo, el tio Ahoni no se da cuenta del desprecio que nos hacen. —¿Quien nos desprecia?. —Todos desde los lideres para abajo abuelo, no te digo que voy a dejar de ir o que tu no vayas mas, toda la familia nos trata de maravilla, pero la familia de cualquier chica del pueblo no aceptaría que tenga una relacion con sus mujeres. —agarro pollo, chorizos y salgo del galpón a los caballos. —¿Te ayudo Raymi?. —No Maitén, ve con las chicas a comer algo rico. —¿Eres de los hombres que no cree que las mujeres podemos con todo?. —Soy culpable de todo ese mal. —intento de no verla porque me pongo torpe—. Ninguna de las mujeres de la familia hacen ningún trabajo pesado. —¿Solo crear bebes?. —la miro sonriendo. —¿Quieres que te haga un bebe?. —se pone roja enseguida y yo sonrío—. ¿Eh?, ¿quieres?, por ahi sabrías el fuego que cargamos los Melillan y te quedas contenta como todas las mujeres de mi familia. —¿Ya esta todo Mai?. —Si chicas, Raymi ya acomodo todo. —Bien, toqui nos dijo que una tiene que ir con Raymi. —Si, con mi abuelo dijimos asi para no agotar a los caballos, ya le había dicho a Maiten y le dije que venga conmigo. —Bien, mejor asi no caminamos. —mi abuelo riendo le da un beso a mi abuela. —¿Nos ayudas?. —Si. —las ayudo a las dos a subir y voy a mi caballo. —¿Porque dijiste que había aceptado?. —Porque no quería llevar a una de ellas. —me subo de un salto y estiro la mano—. Vamos, vas a ver que tengo entrenado a mi potro. —me agarra del brazo, pega un salto y la subo—. ¿Comoda?. —Si, gracias por no tener una silla y estas mantas. —En realidad me gusta montar a pelo, —Sansón escarba la tierra donde Maitén no se acomoda mas—. Cárgate en mi nena, te vas a caer y no me hago cargo de lo que mi caballo te haga. —Ay bueno, buen hombre que protege a las mujeres. —No confundamos los tantos, —cuando pone las manos en mi cintura se las agarro haciendo que me envuelva—. Los caballos y las mujeres no se comparan, es muy fina la linea, y acerca esa pelvis a mi mujer, quieres caer parece. —Listo. —hago que Sansón camine lento, ya mi abuelo y las chicas nos sacaron una buena distancia—. No sabia que era un potro. —Si, lo estoy domando aun, lo traigo a los recorridos asi va ganando fuerza. —¿Cuanto tiene?. —Un año y dos meses, ya casi es un hombre que pisa a las damas. —le suelto las riendas asi veo como se controla. —¿Como se llama?. —Sansón. —¿Que es eso?. —Sansón era un hombre con muchísima fuerza y uno de sus rasgos era su pelo, por eso le puse asi a mi muchacho, porque lo cruce con mi Galán y con mi Ágata y salio esta preciosura. —¿El caballo blanco que sueles andar es Galán?. —Si, y como Ágata es marrón esta salio pintado. —veo como mi abuelo va a las risas y la hermana de Maitén estira el brazo explicando algo—. ¿Quiénes las espera?. —Mi hermano y unos chicos. —Ah. —miro al frente pensando en quienes serán—. Te vas a tener que bajar antes y un buen tramo sino voy a tener que golpear a tu hermano. —Ya quisiera ver eso. —¿Quieres ver como golpean a tu hermano?, que sinvergüenza que eres. —Noooo. —se rie pellizcándome—. Lo tienes a mi hermano como un débil y no es asi. —Me guardo mi derecho a la palabra, aaggg Maiteeeen, que duele loca. —se baja del caballo de un salto dejándome sorprendido—. ¿Qué haces?. —No voy a permitir que te burles de mi hermano por la tontera de apuestas ni menos que digas que mi hermano es un cobarde. —Nunca dije eso. —Lo dijiste, no te hagas el que no porque no soy tonta. —camina rapido y mueve los brazos dramáticamente. —Maitén vamos, sube mujer. —acerco a Sansón a su lado, estiro el brazo para agarrarla pero se aleja. —Déjame. —Queda como una hora a pie, a caballo llegamos mas rapido. —se aleja mas y yo me acerco riendo—. Maitén vamos, no dije que sea un cobarde. —¿Sabes algo?. —para de caminar y yo sonrio porque enojada se ve mas hermosa—. Puedes creer que mi hermano es un cobarde por no ganarte en una lucha, puedes creerlo, es valido, te lo tomo... Pero en realidad el cobarde eres tu Raymi, porque andas con esos juegos conmigo y no eres claro... —dejo de reir enseguida—. Mi hermano fue a pedir a su esposa, dio la cara a penas supo que ella le atraía y actúo como el hombre que es, ¿y tu?, tu lo único que haces es decir cosas... —me bajo del caballo y ella se va para atrás sin dejar de hablar—. Eres un re cobarde Raymi, no te da la cara para decirme la verdad, no te da la cara para enfrentar a mi padre y hermano, y un cobarde porque no quieres perder la comodidad de los blancos que tantos reniegas que no eres. —¿A que voy a ir a tu pueblo? y enfrentaría a tu padre y hermanos si realmente tuviera interés de pedirte, cosa que no lo tengo. —Entonces deja esos juegos conmigo. —paro de caminar al verla llorar—. Me lastimas, me haces daño haciendo eso. —Nunca tuve la intención de lastimarte, tampoco quería que confundas las cosas. —mira a otro lado apretando los labios—. Vamos te llevo, solo es llevarte asi no caminan, piensa en las otras. —Prefiero caminar. —camino atrás de ella con mi caballo a mi lado y viéndola como intenta caminar mas rapido, mi abuelo con las chicas ya no se ven, y cuando me canso me subo al caballo, me acerco y la alzo subiéndola adelante mío—. NOOOOO, SUELTAMEEE. —Ya basta, mira a tu alrededor, estamos solos, se adelantaron mucho. —no dice nada por mucho rato, va de lado pero cruzada porque apoya la espalda en mi pecho haciendo fuerza para que tenga mas peso y haga mas fuerza con los muslos para mantenerme en el lugar. —Ahi están, me bajo. —Espera. —Déjame Raymi. —la aprieto a mi rodeando sus brazos, me mira sin luchar—. Déjame. —Me gustas Maiten. —Ya no me importa, déjame. —la suelto asi baja y corre con los demás, me bajo sintiéndome un imbécil por no decir nada de lo que siento o al menos decirle que yo siento lo mismo por ella. —Dime que tienen una relacion. —¿Eh?. —lo miro a mi abuelo con mala cara—. ¿De que hablas?. —Que quedaron atrás, con las chicas seguimos asi les dábamos tiempo. —No paso nada abuelo. —¿Pero hablaron?. —No, veníamos en silencio. —saco los bolsos del caballo yendo con las chicas que quedan de pie esperando la carroza donde viene mi tio Mellono tambien. —Toqui, hermano... —se dan un abrazo mi abuelo y mi tio, para ellos mi abuelo es el líder y todos lo nombran asi—. Que bueno es verte hermano. —Lo mismo digo... ¿Cómo estas?. —Bien, feliz hermano, feliz de verte. —Espero sigas mejor porque vamos para las festividades, prepara tu casa que me quedo contigo. —le agarra la mano a mi abuelo dándole un beso. —Gracias toqui, un honor que te quedes en mi hogar. —Tienes que devolverme el favor hermano, tienes que ir a mi casa a bendecir mi familia. —Por supuesto que si, espero la invitación. —Tio. —lo saludo con un abrazo. —¿Como estas mi niño?. —Bien tio, feliz de verte, te trajimos mucha carne. —No tenias que mandarme nada toqui. —Obvio que si hermano, vamos a pasarlo asi no se pone fea, las bolsas sirven como heladera solo que hace calor. —No se preocupen, muchachos vengan. —cuando se van vamos a hacer lo que venimos a hacer, que es recorrer los limites. —Vamos primero por el lago hacia la casa. —Bien, vamos. —Ya deja de pensar Raymi... —muevo las riendas de Sansón mas cerca de los alambres—. No reniegues por lo que no paso, mas bien si quieres que suceda hazlo suceder, la relacion con Blanca no fue ni es color de rosa, fue duro, un tipo indio y una dama blanca, ¿Cómo crees que fue?. —veo al frente no mas—. Y aca estamos, casados hace cincuenta años, con hermosos hijos y maravillosos nietos, lo que digan los demás mientras halla amor no importa. —Cambiemos de tema por favor. . .