EunJi salió del ascensor, entrecerrando los ojos por las pesadas bolsas que llevaba cargando, había comprado para dos días y muchos dulces para compartir con Taeyang
— ¡Ah, no doy más! —exclamó soltando las tres bolsas al piso
Algo que odiaba de él era ser algo débil, desde pequeño lo fue y odiaba eso, rodando los ojos se dispuso a cargar nuevamente las bolsas, pero unas manos agarraron dos de sus bolsas
— Soy fuerte, básicamente soy el hombre perfecto —y ahí estaba, su egocéntrico vecino de piso
— Ajá, gracias supongo —no se iba a negar porque verdaderamente sus brazos ardían por haber cargado esas bolsas desde el supermercado
Seung sonrió y caminó con las bolsas en las manos y EunJi lo seguía detrás cargando una sola
Una vez llegaron se detuvieron frente a la puerta del pelinegro,
