Desesperación Killian corrió hacia la pared que dividía las propiedades con el corazón apretado seguido de Harris y los sirvientes. Era una distancia grande, pero la adrenalina de la situación lo ayudó a llegar a la antigua reja que conectaba ambas fincas. La atravesó y continuó corriendo hacia la mansión del conde. La edificación no era tan grande como la del ducado y aunque el jardín había sido cuidado con esmero, probablemente a manos del sirviente y la propia Viktoria, se notaba como se estaba deteriorando sin el debido cuidado. Cuando el grupo llegó a la entrada, una mujer de mediana edad, que caminaba ansiosa de un lado a otro los observó con sorpresa. - ¡Su Gracia! - exclamó inclinándose con torpeza. - Llévame donde están tus señoras. - ordenó entrando al vestíbulo sin mucho dec

