El bosque estaba sumido en la penumbra del atardecer, las sombras de los árboles se alargaban mientras Jaden avanzaba con sigilo por los caminos que había aprendido a conocer de memoria. Había pasado años patrullando esos senderos, buscando a los sobrevivientes que aún resistían el dominio de la Luna Negra. La misión de Jaden era clara: encontrar a aquellos que se negaban a someterse a Kai y Sky, y llevarlos al refugio de su manada, Luna de Oro. El joven alfa se movía con la gracia y la fuerza que le había otorgado su entrenamiento, pero también con una urgencia constante. Sabía que cada vida salvada era un pequeño golpe a la tiranía de la Luna Negra, y aunque la tarea era agotadora, Jaden no se permitía descansar. Su mente estaba siempre enfocada en dos cosas: encontrar a su madre y prot

