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1293 Palabras
¡Mirá lo que fue esta tarde llena de creatividad y transformación comunitaria, che! El sol se mandó con unos colores cálidos que pintaban toda la mansión, y nosotros, Isabella, Alexander, David, Emilia, y la banda que seguía a full, nos juntamos en la sala de estar para tirarnos de cabeza en una tarde de puro arte y cambio. La sala de estar, con esa luz copada de la tarde, estaba repleta de energía. Nos sentamos en sillones cómodos, rodeados de cosas para hacernos los artistas. Isabella, con una sonrisa de anticipación, largó, "Cada tarde es una chance de tirarnos a explorar nuestra creatividad y de hacer que la mansión sea aún más copada. Este día es una invitación a descubrir la belleza en nuestras creaciones y en la comunidad que estamos armando, ¿me seguís?". Alexander, todo entusiasmado, tiró, "La mansión es como un lienzo esperando a que le metamos capas de color y significado en esta tarde re especial de nuestra historia comunitaria." Decidimos que la tarde iba a ser para proyectos artísticos que mostraran la diversidad y creatividad que teníamos. Desde murales colectivos hasta esculturas, nos metimos de lleno en un mundo de expresión artística. Emilia propuso la idea de armar un rincón literario en la mansión, donde los residentes pudieran tirar sus escritos y poemas. "La literatura es otra manera de expresarnos y puede unirnos de otra forma, ¿qué opinás?". David, re entusiasmado, tiró la idea de hacer un proyecto de arte público en los jardines que refleje la identidad y valores de la comunidad. "Podemos llamar a artistas locales para que metan mano en este proyecto y hagan un espacio al aire libre que refleje la diversidad de nuestra comunidad, ¿te copa?". La tarde fue puro arte mientras los residentes se metían de lleno en sus proyectos. La sala de estar se convirtió en un taller lleno de risas y charlas creativas, y los jardines se transformaron en un escenario para la creación de arte público, con artistas locales y residentes trabajando juntos en un proyecto que iba tomando forma. Mientras laburábamos, salió la idea de armar un festival anual de arte comunitario, donde los residentes y los artistas locales pudieran mostrar todo lo que se mandaban. Isabella, emocionada, tiró, "Queremos que este festival sea una fiesta de la creatividad que nos rodea, ¿vamos?". La tarde avanzó con la mansión y la comunidad en pleno proceso creativo y transformador. La sala de estar se llenó con las exposiciones literarias de los residentes, y los jardines empezaron a tomar forma como un espacio de arte público único. Decidimos cerrar la tarde con una ceremonia de apertura del rincón literario y la presentación de las primeras obras del proyecto de arte público. Todos nos juntamos en los jardines, mirando las creaciones y compartiendo historias sobre lo que estábamos haciendo. Isabella, viendo todas las expresiones artísticas, comentó, "Cada obra es una voz única en nuestra comunidad. Este rincón literario y proyecto de arte público son la posta de nuestra riqueza creativa." Después de la ceremonia, nos fuimos a la terraza a disfrutar del atardecer. Alexander, mirando la mansión iluminada por las luces de la noche, tiró, "Cada tarde como esta nos recuerda que estamos armando algo re lindo juntos. Cada obra de arte es un recordatorio de la individualidad y colectividad de nuestra comunidad, ¿me entendés?". Emilia, disfrutando del tranquilo atardecer, sumó, "La mansión es más que un lugar; es un espacio donde nuestras creaciones y conexiones se mezclan. Que esta noche sea un testimonio de la belleza que agregamos a nuestra historia comunitaria." ¡Che, mirá lo que fue esta noche re copada de reflexión y celebración estelar en la mansión! La casa estaba más tranqui que nunca, pero el cielo estrellado y la luna le daban un toque re especial. Nosotros, Isabella, Alexander, David, Emilia, y toda la banda que seguía con la pila a full, nos juntamos en la terraza para pasarla bien y pensar un toque. La terraza, toda decorada con luces que parpadeaban y almohadones suaves, estaba re piola para la juntada nocturna. Nos sentamos en sillas cómodas, mirando el cielo lleno de estrellas arriba de nosotros. Isabella, con una cara de tranquilidad, tiró, "Cada noche es una oportunidad para repasar el día que pasó y para festejar nuestras conexiones y logros. Este momento es como un break para agradecer y disfrutar de la onda de nuestra comunidad." Alexander, mirando las estrellas, agregó, "La mansión es como una constelación que está en constante crecimiento, y cada uno de nosotros es una estrella que le suma al brillo. Sigamos brillando juntos." Decidimos pasar la noche compartiendo experiencias y reflexionando sobre todo lo que vivimos como comunidad. Con la terraza como escenario, arrancamos a contar historias, recuerdos, y momentos que nos pegaron. Emilia contó cómo fue armar el rincón literario y cómo las palabras de todos crearon un lugar donde las voces se mezclaban en armonía. "Cada palabra escrita es un pedacito de nuestra historia. Este rincón literario es un reflejo de nuestras vidas y sueños compartidos, ¿entendés?". David habló sobre lo copado que fue trabajar en el proyecto de arte público y cómo la colaboración entre artistas locales y residentes hizo que los jardines de la mansión fueran re vibrantes. "Cada pincelada es como una declaración de nuestra identidad y la creatividad que fluye en nuestra comunidad. Estamos cambiando nuestro entorno con arte y significado, ¿qué te parece?". Mientras las historias seguían, salió la idea de armar una noche de talentos una vez por mes, donde todos podríamos mostrar nuestras habilidades y pasiones en un ambiente relajado. Isabella, re entusiasmada, tiró, "Queremos que cada persona sienta que sus habilidades y contribuciones son re valiosas, ¿vamos?". La noche estaba re movida con planes para la noche de talentos y otros proyectos emocionantes. Decidimos meterle música, demostraciones de habilidades y presentaciones artísticas en este evento mensual, para seguir fortaleciendo la conexión y apreciación en la comunidad. Mientras pensábamos en el día y compartíamos ideas para el futuro, la charla cambió a la importancia de cuidar el ambiente en la mansión y la comunidad. Surgió la idea de implementar prácticas más amigables con la tierra, como reducir el desperdicio y usar más energía renovable. Emilia, que estaba comprometida con cuidar el planeta, propuso armar un comité de sostenibilidad comunitaria. La noche avanzó con la mansión y la comunidad re metidas en la reflexión y la planificación para lo que viene. Nos comprometimos a seguir construyendo sobre la base de la creatividad, la conexión, y la sostenibilidad. Decidimos cerrar la noche con una ceremonia de agradecimiento, donde expresamos gracias por las experiencias compartidas y las visiones que estaban dando forma a la mansión. La terraza se puso en modo celebración estelar, con todos disfrutando de la noche tranqui y la buena onda de los que estaban compartiendo este viaje único. Isabella, mirando las estrellas arriba, tiró, "Cada noche como esta nos conecta con el universo y con la belleza de nuestras conexiones humanas. Que esta noche sea un recordatorio de la maravilla que encontramos en nuestra comunidad." Alexander, mirando el cielo lleno de estrellas, agregó, "La mansión es como un faro en la oscuridad, y cada uno de nosotros le suma luz a este lugar tan especial. Que esta noche sea un testimonio de nuestra resplandeciente historia comunitaria." Nos fuimos a descansar, llevando con nosotros la buena onda de la noche y la promesa de más momentos compartidos en los días que vienen. La mansión, ahora llena de la energía de la reflexión y la celebración, estaba esperando el próximo día con la certeza de más capítulos emocionantes que agregar a su historia que siempre está cambiando. ¡La noche fue una bomba, jajaja!
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