VIII

1928 Palabras
Susie envuelta en lágrimas llegó a casa de Jeremy, aún no se había acercado cuando desde lejos divisó a un sin número de policías. Una parte de ella esperaba que no fuera cierto, de que Jeremy se había inventado una broma para mortificarla y Laura y Hanna se habían prestado para darle una información errónea. No obstante, no era así, algo había ocurrido. Corrió directo hacia la casa, una donde habia estado un par de veces y sus visitas no fueron tan agradables. El padrastro de Jeremy peleaba mucho, se quejaba por todo, y aveces insinuaba palabras fuera de lugar, como: explotala Jeremy, las mujeres solo sirven para eso. Lo había escuchado en un día cualquiera que había estado en su casa. Ese comentario enfureció tanto a Susie que decidió nunca más regresar a esa maldita casa por más que Jeremy insistía. Ese día salió como alma que se lleva el diablo de esa residencia aunque Jeremy desconcertado trataba de impedir que se fuera y Susie no dudó en reprocharle lo que había oído,además, de aclararle que no estaba lista para tener sexo si esa era su intención A causa de los copos de nieve, las huellas de Susie quedaban marcadas indicando el camino que usó para encontrarse con unas cintas policiales donde le restringía el paso. Frente a la casa estaba la nieve manchada de sangre y a su lado un número que decía: 7. ¿Que habría pasado? ese sangrero significaba una muerte violenta, llena de dolor. Unas cuantas personas curiosas observaba desde lo prudencial el crimen no resuelto, desde señoras mayores hasta algunos jóvenes bien abrigados que a lo mejor se preguntaba ¿cómo habían sido lo ocurrido? y aunque Susie buscaba una cara familiar, no lo halló. Dos policías llevaban en una camilla una bolsa negra, y al verlo supuso la chica que era el cuerpo del antiguo novio. No dudó ni por un segundo cruzar los límites de restricción y correr para abrazar un c*****r. —¡Jeremy! ¡Jeeeremyyy!—se aferró a esa bolsa como una vez ella misma al atrapar para tener como mascota a un felino inofensivo. Su llanto hilerante se hacía escuchar por todos los policías del lugar. Las lágrimas se metían en su boca, en su nariz, inclusive, bajaban hasta su cuello. Sintió manos que quisieron separararla más ella no le permitió. Insistió afianzarse en ese cuerpo inerte que nunca más le reprocharía nada, ni volvería a escuchar su voz. !No Jeremy! ¡Por favor! Tenemos un secreto que nos une. Estamos ligado el uno al otro. Odio a mi padre, los odio a todos. Cada palabra, frase, sonrisa, momentos, citas, se recitaron en la mente de Susie como un poema afable, los recuerdos venían en forma de película y el dolor en el pecho se intensificaba a medida que su viaje de recuerdos le declaraba que nunca más volvería a ver a esa persona. Unas manos grandes y cálidas la separaron del cuerpo, se sintió como una muñeca manipulable cuando el oficial la centró frente a él. Era el hermano de Laura. Seguia llorando sin consuelo alguno, titiritaba del frío tan escabroso que envolvía aún más el ambiente. —¡Entremos a la casa!—indicó. Susie asintió y le siguió. Cuando Susie apenas ingresó percibió que algo muy malo tuvo que haber pasado. El estómago se le removió, tuvo náuseas y unas inmensas ganas de vomitar, a pesar de su mayor esfuerzo creía que en algún momento sus piernas no resistiría y caería en el suelo. Miró las escaleras con desconfianza, visualizando el fastama de Jeremy allí. Las lágrimas seguían bajando súbitamente a medida que veía una visión o quizás una alucinación de un Jeremy con su sonrisa ensanchada al pie de la escalera. —Señorita...—la sacó de su ensimismamiento el hermano de Laura. De inmediato fijo su mirada en él aunque con el rabillo del ojo examinaba las escaleras que con anterioridad había visto el reflejo de un recuerdo. Ya ese fantasma no estaba. El policía resopló. —¿Que puedes decirnos de Jeremy?—inició la conversación. Susie fue consciente en ese instante que Jack la interrogaría. —Era un chico genial... no comprendo quien pudo lastimarlo. Jack la miró desconcertado. —Susie...—hizo una pausa como si eligiera bien sus palabras—. Jeremy asesinó a sus padres y luego él se quitó la vida. Se cortó las muñecas. La chica se tapó la boca. —¿Jeremy alguna vez le comentó sus intenciones? Aveces quiero matarlos, hacerles pagar años de sufrimiento. —Jeremy... no era feliz aquí—dijo. Jack frunció el ceño —¿Osea que sí se lo comentó? —Pensé que no lo decía enserio. Tenia muy mala relación con su padrastro, y con su madre. Y a Tommy... ¿dónde está el niño? Jack bufó buscando la atención nuevamente de la chica. —El niño está bien, a él no le hizo daño. Él nos hizo la llamada. —¿Esta bien? —En perfecto estado. —¿Donde está? —En un lugar seguro. No te preocupes por él. Volviendo a Jeremy... ¿Quería quitarse la vida? —No sé... —Escuche... Es importantísimo lo que usted nos pueda decir, así tendremos más esclarecimiento en resolver este caso y podremos entender a Jeremy. Susie solo se le quedó mirando al oficial sin decir nada más. Él suspiró. —Bien...podría decirnos porque Jeremy antes de morir dejó una hoja con su nombre... —¡¿Que?!—la chica abrió sus ojos como plato. —Si... conseguimos en su mano un papel con solo el nombre de: Susie. Y... ¿usted es Susie cierto? —Si pero... —Algún disguto entre ambos, o que se yo... Susie se encontró demasiado desconcertada, tan confundida de el porque Jeremy había hecho todo esto, además, de tener un escrito con su nombre. —No lo sé...Él y yo habíamos terminado... —¿Por que? —Él quería tener sexo y yo no... A Jack la información le hizo clic. —Por eso dijiste que alguien te quería violar la otra vez. Susie se quedó callada, analizando sus dichos. Jack la estaba interrogando y ella le estaba soltando todo tan frenéticamente. Tenia que ser inteligente y controlarse o si no revelaría su gran secreto. —Fue una equivocación. —Si usted así lo llama—murmuró con tranquilidad sin apartar su mirada desafiante de los ojos caídos de Susie—. Entonces ese día discutieron... —Ese día el quería tener sexo y me negué. Quiso forzarme y no le dejé. Esa fue la última vez que lo vi. Jack se acarició el mentón. —¿Que hizo ante ayer y ayer a horas de la noche? como a las 10 aproximadamente. La chica se estremeció.¿ Acaso Jack pensaba que había sido un asesinato? como saberlo... —Me fui a dormir temprano, estaba agotada por lo ocurrido con Jeremy. Y ayer en la noche me enteré de su muerte. No pude dormir en absoluto nada. —¿Alguien puede corroborar la información de anteayer en la noche? —Mi hermana... Sacó una libreta para anotar el nombre. —El nombre de su hermana es... Susie pensó muy bien que nombre dar. Si le decía el real de pronto sabría que es prófuga de la justicia. —Anna... —De pronto veremos a su hermana Anna para ya sabe... corroborar su información. La chica lo fulminó con la mirada. —No es necesario, ella salió ayer de viaje de trabajo a Olerfin. —Aah, claro, convenientemente. Susie miró a Jack un poco molesta por su interrogatorio, no tenía nada que ver con la decisión de Jeremy. —Ese cuerpo... era de... —Si, de Jeremy. Ayer sacamos el de sus padres y a él hoy. —Por que... porque esperaron... Jack bufó —No puedo decirte nada, es confidencial. Si necesitamos algo de usted la buscaremos, y si recuerda algo más, no dude en llamarnos. Asintió. Jack se alejó de ella, y por última vez, Susie le dió un vistazo a las escaleras. Salió de la casa, sacó su celular del bolsillo de su gabardina y tenía un mensaje del número desconocido. –7 Arrugó las cejas y marcó para llamar a Laura. —Estoy en casa de Jeremy—dijo a la chica al contestar el auricular. Vio que tenía varias llamadas perdidas de Holly y un mensaje de voz que le pedia que la llamara. Susie no tenía ganas de llamarla, ni mucho menos preocuparla. Laura la recogió en el auto junto a Hanna. Ambas chicas estaban en completo silencio mientras contemplaba a Susie llorar. —Debes calmarte—acarició Hanna la espalda. Por más que se lo decían, no podía hacerlo. La casa de Hanna era grande, esplendorosa, prácticamente una mansión. Tenia un sin números de cuartos, además, de una amplia sala, cocina, bar, baños, biblioteca, jardín. Sin embargo, en donde siempre se reunían el trío era en la habitación de Hanna. Una alcoba grande, rosa, con una cama lujosa, alfombras peludas, y un clóset envidiable. Susie se sentó en la cama como si estuviera aún hipnotizada. Laura se quedó a su lado mientras que Hanna las miraba. —Comenzarán una investigación por Jeremy y... y... pueden... —¡Cállate Hanna! —Y si nos descubren... —No nos van a descubrir si ninguno de los presentes abrimos la boca. Hanna resopló caminando de un lado a otro. —No puedo creer lo que ocurrió con Jeremy. Hubo silencio. —Yo tampoco puedo creerlo—dijo Susie con un hilo de voz—. Todo comenzó desde que... desde que llegó esa carta. —¿Carta? ¿qué carta?—frunció el ceño Laura. —De anónimo. —¿Anónimo? ... ¿qué es? —No sé me dijo que tenía que buscar su identidad o suicidarme porque no tendría piedad. Y... la otra vez me dejaron un mensaje muy específico que decia: Asesino o víctima... —¿Estas diciendo que alguien te está amenzando?—se aclaró la voz Laura. —No lo sé. Creo que es un mensaje por lo que hicimos. Las dos jóvenes se quedaron mirando con preocupación. —¿Crees que alguien más aparte de lo que estuvimos esa noche lo sabe? Susie se encogió de hombros. —Me dejaron también un libro en el casillero, el mensaje, los textos con números... no sé—dijo Susie. —¿Hablaste con Emily?—consultó Hanna cruzándose de brazos. Por alguna razón, le latía que todo este juego estaba a cargo de esa putita. —La confronté. —¿Que te dijo?—preguntó Laura. —Le dije que porque me había dejado el libro, se excusó, dijo que no habia sido, pero no le creo. —Y no le creas, ya nos chantajeó una vez, ¿lo recuerdan? Laura asintió mirando a Susie. —Lo sé. —Tenemos que hacerle una visita—declaró Hanna —¡Estas loca!—exclamó Laura alarmada. —Hay que dejarle en claro que se calle el hocico o todos iremos a prisión. Laura peló los ojos con exageración. —No podemos amenazarla Hanna. —Claro que podemos, llamaré a Pedro—Hanna tomó el celular. Laura trató de intervenir. —Esto no es necesario—miró a Susie—. ¡Susie! La chica se encogió de hombros. —Ve... Susie me apoya. Solo le daremos una advertencia. Hoy... esta noche. Mantengamos el pacto hasta la muerte. ☆☆☆ Otro capítulo... leo sus comentarios.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR