Vuelve a pelar la botella. «No sé. Supongo que es porque no sé qué hacer contigo. Alguien que ve a través de mis mentiras. Que me ve comportarme como una loca y aun así no sale corriendo». Su voz baja. «No sé... Supongo que cuando estoy con gente a la que puedo intimidar, me siento en control. Contigo, me siento como esa niña de trece años a la que le han desaparecido los padres». —¿Y es entonces cuando sale la loca de remate? —pregunta Randall, ligeramente divertido. —Sí —dice ella con una risa amarga—. Es casi como si cuanto más me gusta alguien, peor lo trato. —Él lo mira y dice con sorna, como si citara un libro—: Porque no se puede perder lo que nunca se tuvo, ¿verdad? "Sigo aquí, Lily." Su expresión cambia, y vuelve a levantarse la coraza. "¿Y qué? ¿Se supone que ahora te 'tengo'

