bc

El novio de mi mejor amiga

book_age18+
343
SEGUIR
2.0K
LEER
prohibido
una noche de pasión
HE
bxg
pelea
brillante
pequeña ciudad
secretos
like
intro-logo
Descripción

Gracias a unas palabras suaves de ayuda se había visto envuelto en una gran red de mentiras de las que ahora no podía salir. Eso era exactamente lo que le sucedía a Ezra. Pero, ¿Qué más puedes hacer si tu mejor amiga se encuentra en una situación imposible? Era por esa razón que había aceptado las condiciones de un trato complicado, sin saber que tendría que encontrarse con la mujer que más había deseado alguna vez, sin tener permitido acercarse a ella. Y, ¿Quién sabe si puede cumplir esa condición? La tentación puede ser demasiada.

Nadie, nunca, ha dicho que desear algo prohibido es sencillo. Las voces de aquellos que quieren decirte que lo que estás haciendo está mal, nunca faltarán, pero ¿Qué sucede si no puedes detenerte? Eso era exactamente lo que le sucedía a Nerea. Se sentía casi como un engaño que el hombre que diera vueltas por su mente sin detenerse, luego de una sola noche de pasión, hubiera terminado siendo el novio de su mejor amiga. Ahora, él estaba fuera de los límites y ella no podía mantenerse lejos.

chap-preview
Vista previa gratis
Petición imposible
EZRA Se encontraba en el campus universitario en ese momento, las responsabilidades no lo dejaban respirar ni un segundo. Sus profesores parecían empeñados en darles el máximo de asignaciones ahora que terminaban la carrera, y aunque en general no se quejaba de estar ocupado, en ese instante necesitaba un respiro con desesperación. En ese momento se encontraba escribiendo su tesis al mismo tiempo que asistía a las prácticas en una vieja estación de radio, estudiar comunicaciones nunca se había sentido tan pesado. Su celular repicó con el tono intenso que había configurado exclusivamente para su amiga Gema y eso lo hizo reír. “-Ahora qué será lo que quieres, señorita desesperación- contestó él viendo la vieja cabina en la que se encontraba”. “-Ja ja- se burló su amiga con aburrimiento -ni siquiera entiendo de donde salió ese estúpido apodo, pero déjame decirte que no es acertado”. “-Estoy muy seguro de que sí- argumentó él con una sonrisa”. “-Como sea, no te estoy llamando para que te burles de mí- dijo Gema y él escuchó el tono aburrido de su voz antes de reírse -necesito que vengas a mi departamento pronto, lo más pronto posible”. “-¿Qué hiciste ahora?- preguntó él volviendo a su tesis -y no me digas que quemaste el hornito de nuevo, porque no iré a arreglar lo insalvable”. “-¡No he quemado nada!- exclamó Gema en el mismo tono -solo necesito que vengas. Ya deja de hacerte el de rogar, Ezra. Sabes bien que vas a venir, así que te espero en unos minutos”. “-Estoy en mis prácticas, Gema- afirmó él con obviedad -si me hubieras escuchado esta mañana, sabrías que no puedo irme de aquí por al menos otra hora”. Un gran suspiro se escuchó al otro lado de la línea. “-Bien, bien- comentó su amiga unos segundos más tarde -solo ven cuando estés libre, por favor”. “-Lo haré, de acuerdo- aceptó él con exasperación -ahora regresaré a hacer lo que tengo que hacer”. Gema ni siquiera respondió, solo colgó la llamada. Él negó un poco divertido antes de seguir escribiendo en su laptop, las palabras eran sencillas de crear mientras reproducía las peticiones de los oyentes de la radio. Habían pasado casi cinco años desde que había conocido a Gema en una de las clases generales al inicio de su carrera, se habían caído bien desde el segundo cero y aunque había intentado coquetear con ella, rápidamente había entendido que nunca lograría nada más allá de una amistad, así que había sabido apreciarlo. Ser amigo de una persona como Gema Cuñat, le había enseñado algunas lecciones valiosas. Una de ellas era, a no juzgar a la gente por su imagen, porque a pesar de verse inocente, su amiga no tenía nada que ver con esa descripción. A lo largo de los años, se habían conocido muy bien y habían compartido ciertas historias traviesas que no compartían con nadie más, por respeto y por decencia. Se alegraba mucho de haber coincidido con una persona tan increíble como ella y, sobre todo, se alegraba de haber podido crear una amistad que sabía dudaría mucho tiempo. Terminó su turno en la radio, justo cuando escribía las últimas palabras del segundo capítulo de su tesis. Se despidió de todos los oyentes con palabras precisas y luego de apagar todo, cerró el lugar para dirigirse al edificio en el que había vivido los últimos cuatro años de su vida. Se tardó los mismos diez minutos de caminata que hacía todas las tardes, para llegar al edificio azul que albergaba al menos ochenta departamentos, tipo estudio, para los estudiantes de la universidad. Él había preferido tener un espacio propio y algo de privacidad, para poder disfrutar de las noches de los fines de semana en los que tuviera suerte con alguna dama. Un ejemplo que Gema había seguido de inmediato, luego de conocer su departamento y las ventajas que le aportaban, era así como habían terminado viviendo en el mismo edificio. Subió las escaleras hasta el piso cinco sin dificultad porque detestaba usar el ascensor, y tocó la puerta de Gema con bastante insistencia solo para molestarla un poco. -Detesto cuando haces eso- dijo su amiga con una mueca al abrir -pero al menos sé que eres tú y no un pervertido cualquiera. -Oh, pero yo soy un pervertido- se burló él adentrándose en el departamento para dejar sus cosas en el mueble de la sala y buscar una bebida en la cocina -me ofende que no me consideres como lo que soy. -Sé que lo eres- afirmó Gema con simpleza haciéndolo reír -pero no eres un cualquiera. Al menos contigo me siento segura. Él sonrió por esas palabras que eran más tiernas de lo que querían mostrar. -Me amas tanto- afirmó Ezra haciendo que su amiga torciera los ojos con fastidio, aunque la vio intentar ocultar una sonrisa. Gema caminó en dirección a la habitación y él la siguió solo para detenerse impresionado en la puerta del lugar. Había ropa por todos lados, zapatos en cada esquina, la lencería que jamás le había llegado a ver puesta a su amiga, se mostraba en la cama con claridad y las prendas de ropa estaban mezcladas sin congruencia. El lugar parecía el escenario de una guerra o del amanecer de una muy buena noche de sexo, no sabía si decantarse por una o por otra. -¿Qué es lo que sucedió aquí?- preguntó él acercándose a la cama con cuidado y apartando la ropa para poder sentarse. Fue en ese instante que pudo ver la imagen de su amiga. Gema lo miraba con una extraña desesperación en sus ojos color miel, la tensión se mostraba en los movimientos erráticos de sus manos y en sus pasos repetitivos. Su pelo castaño estaba amarrado en un moño desordenado y todavía llevaba el pijama, lo que quería decir que no había ido a sus clases ese día. -Gema, vamos dímelo- insistió él cuando ella no contestó. Su amiga se tiró sobre la ropa encima de la cama con un suspiro y lo miró con dulzura. Ezra conocía muy bien esa mirada, sabía que significaba problemas. -Estoy en problemas- le dijo ella en ese mismo tono. -Eso es obvio- comentó él señalando la habitación -pero necesito que me expliques un poco más, dame más información. -Hice algo malo, Michi- musitó su amiga cerrando los ojos como si fuera dolor lo que experimentara. Él suspiró al escuchar el sobrenombre que Gema le daba únicamente cuando realmente había hecho que no podía arreglar con bonitas palabras. -¿Qué fue lo que hiciste?- preguntó él con simpleza. Su amiga se levantó para poder mirarlo directamente. -Dije algo que no era verdad por demasiado tiempo- explicó Gema con vaguedad -y ahora no puedo negarlo todo. Tengo que cargar con la responsabilidad de mis engaños. -Estás siendo demasiado dramática- argumentó él con estrés. -No lo soy, lo prometo-negó su amiga -sobre todo porque sé que te molestarás conmigo cuando sepas lo que hice. -Será mejor que me digas lo que hiciste ahora mismo, Gema- ordenó él con firmeza. -Está bien, calma- le dijo ella levantándose de la cama -puede ser que les haya dicho a mis padres que no iré sola a las visitas familiares… -No veo nada malo allí…- ella lo interrumpió, sin embargo. -Y… puede que les haya dicho que iría con mi novio- soltó Gema con prisa -también puede ser que haya insinuado que ese novio eras tú, porque no hay nadie más a quien conozca lo suficiente para mentir sobre eso. El silencio cubrió la habitación mientras él procesaba las palabras. -¿Tu novio?- casi gritó él levantándose como un vendaval -no hay nada parecido a una relación amorosa entre nosotros, Gema. ¿Cómo es que se te ocurrió decirle eso a tus padres? -Estaba bajo presión y se me acababan las opciones, ¿de acuerdo?- respondió su amiga en el mismo tono antes de acercarse a él -era la única posibilidad para que me dejaran en paz. -¿En paz?- preguntó él a pesar de sus deseos de hacer lo contrario -no lo comprendo. Gema volvió a sentarse con una suave respiración. -Sabes que mis padres siguen el ejemplo de mi abuelo desde hace años y trabajan juntos en la empresa que mi bisabuelo fundó para nuestra familia, hace décadas- le dijo ella -eso ha hecho que mi abuelo se inmiscuya en mi vida y sienta la necesidad de controlar muchas de las cosas que hago, desde que cumplí cierta edad. Es por eso que, desde hace un año, más o menos, tuve una conversación con él en la cena de navidad, donde me dijo que esperaba conseguirme un buen partido para casarme al salir de la universidad. -¿Y tus padres no tienen nada que decir sobre eso?- inquirió él sorprendido de escuchar aquello por primera vez. -Mis padres no lo saben- negó ella -y tampoco quiero que lo sepan. Decírselos solo crearía problemas internos, que afectaría todo por lo que mis padres han trabajado a lo largo de los años. No puedo hacerles eso, sobre todo cuando están pagando por mi educación. -Pero no se trata del trabajo, ni es un tema superficial- argumentó él -es tu vida Gema y sé muy bien que nunca has tolerado que nadie te controle. -Y es por eso que tuve que mentirles- regresó ella con una pequeña sonrisa -si les decía a mis padres que estaba comprometida con alguien, entonces el abuelo no puede obligarme a ver a nadie cuando esté de visita. Es importante mantener la mentira hasta que el viejo entienda que nunca me casaré por órdenes de nadie, nunca haré algo que no desee. -No voy a mentirles a tus padres, Gema- negó Ezra de inmediato -y por mucho que nos conozcamos, sabes bien que nos hace falta algo que todas las parejas tienen. -¿Qué cosa?- preguntó su amiga con la esperanza en sus ojos. -Deseo, química, esa complicidad que comparten las parejas- afirmó él con sinceridad -es por una razón que nunca hemos terminado en la cama, aunque las oportunidades siempre se presenten. -Nunca hemos terminado en la cama porque estamos mejores como amigos, Ezra- afirmó ella con enojo -la química entre nosotros existió alguna vez, hasta que nos dimos cuenta de que somos más parecidos de lo que pensamos. Ninguno de los dos dura más de un encuentro casual y eso es algo que nos hace desentonar, además, el resto puede fingirse, no es como si ninguno hubiera dicho una mentira jamás. -Nunca he mentido a esa escala- se defendió él. -Ay, por favor- se quejó ella con burla -estoy segura de que puedo conseguir a una de tus chicas nocturnas en menos de cinco minutos y preguntarle hace cuanto fue que prometiste llamar, pero nunca lo hiciste. -Eso no es una promesa- argumentó Ezra con fastidio -y yo nunca dije que las llamaría, ni siquiera ebrio les doy falsas esperanzas. Va en contra de todas mis políticas de sinceridad. -Que honesto de tu parte- se burló ella -como sea, espero que puedas ayudarme un poco aquí. -No quiero ser tu novio de mentira, Gema- negó él con intensidad -será incómodo y tu abuelo me perseguirá hasta el final de la tierra solo para alejarme de ti. -Y eso es lo mejor de todo- insistió ella -que no te irás asustado porque sabes la verdad. -No lo haré- afirmó él finalmente y Gema suspiró. -Por favor, Ezra- pidió su amiga con desesperación -sabes que no te estaría pidiendo esto si realmente no lo necesitara. Cumple tu papel de mejor amigo, ambos sabemos que lo eres, y finge ser mi estúpido novio por unos días hasta que volvamos a la universidad, a la normalidad. Te deberé el mayor de los favores si haces esto por mí.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.5K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
53.3K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.8K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook