El espiritu de la montaña

Ahí se encuentra escondido Diego entre los árboles, una chica misteriosa camina en el bosque, parece perdida, pero se él se pregunta cómo es posible que un humano allá llegado en el bosque, no suele ver muchos turista, no sabe cómo reaccionar > Ella mira a su alrededor, toca las plantas en eso que toca todo lo que ve, se topa con una flor muy llamativa, dorada y no dejaba de brillar— Se agacha para observar mejor la flor, a tocarla esta desprende una luz muy fuerte haciendo que caiga y desmaye— El a mirar esto se asusta> Piensa. Esta por irse pero el remordimiento de que algo puede pasarle cruza por su cabeza—La mira con unos ojos de compresión y decidí ir a verla— Le resulta que es una chica muy linda, con cabello largo y castaño, pestañas largas, vestimenta algo extraña para él, short y una camisa muy corta, nunca había visto algo así—Toca su cabello y es muy suave— Mira a su alrededor y no hay más nadie con ella— mueve un dedo y ella empieza a elevar en el aire y el comienza a caminar haciendo que ella dormida lo siga. Llega a su guarida, una casa en un árbol, con muchas flores a su alrededor— hace un señal con el dedo para que la chica deje de elevar y la deje en suelo— Sube a su casa y revisa que puede darle para que despierte, elije unas flores especiales de color morado con dorado— Tritura las flores para sacar su jugo  ponerlo en un vaso— Baja de su casa y ve aquel chica que sigue dormida> Se queda unos minutos mirando aquella chica, pensando si es seguro sálvala o no… —Debería salvarte— dice mirando el vaso y a la chica misteriosa Se levanta para irse y dejarla, pero el remordimiento llega otra vez— Muerde sus labios y voltea a verla. —Te salvare, igual sin intentas algo no puedes hacer nada, eres una simple humana— diciendo estas palabras le da aquel jugo que había preparado para ella, y en segundo abre los ojos. Abre los ojos lentamente y lo primero que ve es aquel chico de piel muy pálida y de cabello muy largo con una vestidura blanca y larga— Se levanta y toca su cabeza —Donde estoy…— dice asustada mirando a su alrededor —Bienvenida a mi casa humana— Aquel chico dice con un tono muy frio y estaba por irse para dejarla sola pero ella lo detiene agarrado su mano — ¿Me salvaste?— El mira fríamente y asiente —Donde estoy y…. ¿Quién eres? — ¿Es importante eso ahora? Deberías preocuparte por tu vida— Quiere irse pero ella no lo deja —Yo sé que a este lugar no viene nadie, todos dicen que esta embrujado, por eso me parece extraño que haya una persona aquí— Lo mira a los ojos —Que te hace creer que soy una persona como tú— Se agacha para mirar sus ojos, haciendo que ella retroceda —Eres parecido igual que yo, excepto por tu vestimenta que parece de hace dos mil años, así con bata largas y tu cabello largo —Supongo que eres muy inocente— se acerca cada vez más haciendo que ella retroceda y quede pegada al árbol sin poder retroceder mas —Te mostrare algo que nunca has visto— se levanta Aquel chico empieza a elevar entre el aire, y con tan solo mover un dedo en círculos como si estuviera haciendo un hechizo señala una flor y esta se hace gigante— ella mira y se tapa la boca— Señala un árbol grande y este se encoge del tamaño de una flor y como si no fuera suficiente demostración se cambia así mismo y se convierte  en un zorro de nueve colas —Como… Es posible— Se levanta pero sus piernas están temblando y se agarrar del árbol— ¿La leyenda es verdad? Eres el espíritu de la montaña— El vuelve a todo a la normalidad después de escuchar esas palabras —Interesante, hay una leyenda de mí… Cuéntame más —Si te cuento me dejarías ir…— dice ella con una voz débil, no puede hablar de lo asustada que esta —Tranquila, tampoco te quiero aquí, si quieres irte puedes hacerlo— Hace un gesto con la mano que puede irse A decir eso él se sienta y empieza a tocar las flores, y ella solo huye de aquel lugar sin mirar atrás, empieza a correr sin parar pero siente que corre en círculo no llega ninguna parte> Busca en su cartera y tiene un lazo, decide amarrarla en un árbol para darse cuenta si en verdad camina en círculos o son ideas de ella. Algo que si es cierto, es que esta por oscurecer y ella no sabe dónde quedarse, mira a su alrededor pero todo parece igual— Se agacha y tapa su cara con las manos— Se siente frustrada, con miedo, está sola en aquel bosque—Revisa su linterna pero no tiene mucha batería, empieza a buscar ramas para hacer una fogata— En eso que termina en recoger las ramas el sol empieza a esconderse, busca en su bolso y tiene fosforo— Junta las ramas y prende el fosforo y lo lanza y empieza hacer fuego. —Al menos esto puede ser suficiente, supongo que las clases que me dio mi padre para sobrevivir están funcionando— Mira a su alrededor y no tiene más opción que sentarse frente al fuego y quedarse ahí Mira el cielo y ve miles de estrella y se enamora de aquella vista, se acuerda que tiene la radio— Busca la radio e intenta comunicarse con alguien, pero no se escucha— Parece que la radio está dañada pero le parece raro como se puede dañar tan repentinamente — ¡Mierda! Ahora como regresare si no puedo comunicarme…— Mira al cielo para gritar— ¡Carajos, no quiero morir aquí, cielo mándame a alguien, quien sea! Su estómago ruge, no había comido nada y solo le quedaba un pedazo de pan— Come un mordisco y guarda el resto— Lo hace para al menos calmar el hambre está muy oscuro para conseguir algo para comer Le está dando sueño pero teme que algo pueda pasar si se queda dormida— Su cabeza da vueltas tratando de no dormir— No ve más opción y coloca su bolso como almohada y se acuesta a dormir. Pasaron horas y se escucha pasos, ella abre los ojos y se pone alerta pero se da cuenta que aún es de noche y no ve a nadie. Se levanta y agarra un palo y mira a su alrededor— Aparece una rana y suspira— Hay un brisa que hace que el fuego quiera apagarse, se levanta para intentar que esto no ocurra pero es como si hubiera alguien con ella —Si eres el espíritu de antes ¡Aparece!— Solo hay silencio— Puedes dejarme en paz tengo sueño… Después de varios minutos no pasó nada, y ella se tranquiliza y vuelve a dormir. —Ya es de día— El sol alumbra su rostro haciendo que ella se despierte, se levanta y todo sigue igual pero empieza hacer calor, toma sus cosas y empieza a caminar hacia el mar para al menos lavarse la cara, llega a lugar y definitivamente no hay nadie— Se agacha y se lava su rostro— Empieza a tener sed pero el agua del mar es muy salada no puede arriesgarse a tomar algo tan salado así que decide caminar para ver si lograr conseguir un rio—Empieza a sudar por el calor— Camina y camina hasta que encontró un rio, a su alrededor había flores— Corre hacia el rio— Mira a su alrededor y no hay nadie y empieza a tomar agua— Suspira a sentirse mejor después de tomar agua. — ¿Ya estas mejor?— dice alguien y ella se alarma y ve un chico de piel pálida, pelirrojo con cabello corto y bata blanca larga — No te asustes no te hare nada — ¿Eres un espíritu también?— Pregunta dudosamente y el asombra por su pregunta — ¿Cómo lo sabes?— Ella no sabe que decir— Ahh… Seguro ya te encontraste con uno— Ella abre los ojos — ¿Estás diciendo que hay más espíritus en esta montaña?— Se ríe —No somos tanto la verdad…— Ella lo mira— Somos 3 tranquila —Definitivamente estoy loca— Golpea su cabeza pero  la detiene —No lo hagas puedes lastimarte > Piensa ella. —Está bien ¿Este rio te pertenece?— El asiente— Lo siento por tomar agua —No te preocupes, eso es lo de menos— Sonríe— ¿De casualidad a quien más conociste? —No sé su nombre, solo sé que es de piel pálida y tiene el cabello muy largo y tiene la vestimenta como tú, larga y blanca— El piensa — ¿Podría ser Diego? —Toca su cabeza— ¿De qué color era su cabello? — ¡Blanco! —Definitivamente es el, al menos no te encontraste con el otro— Empieza a caminar y ella lo sigue — ¿Cuál otro?— lo mira —Es un chico un poco amargado, y muy poco impaciente pero lo bueno que es guapo — Le sonríe y ella solo lo mira extraño— ¿Por qué me miras así? —Nada… Por nada— Dice nerviosa y su estómago empieza a rugir del hambre