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Aquí nos encontramos con dos familias los Risso y los Benetton, las cuales son amigas desde hace muchos años, producto del amor de la familia Risso nace Romeo y por parte de los Benetton Julieta.
Ella es una hermosa joven, mide 1,67 m, piel clara, ojos verdes, cabello castaño claro y tiene un cuerpo bien proporcionado. No solo cuenta con su belleza también es inteligente y amable. Una cosa que ella no se explica pensando que no es lo suficiente agraciada como otras jóvenes no tiene experiencia en el amor, cada vez que un muchacho se le acerca tiene ilusiones, pero pasa un día y nota sus indiferencias, lo que ella no sabe es que esto se debe a su eterno enemigo, Romeo.
Él es un joven que mide 1,80 m, piel clara, unos ojos azules que te hipnotizan, su cabello es castaño oscuro y que decir de su cuerpo, iniciando por un rostro perfecto para muchas y ese lunar que le da un toque aún más sensual, su cuerpo es tonificado, pero no en exceso, perfecto para un joven de su edad. Muchas jóvenes van por él, acepta con gusto todos los halagos y propuestas de ellas, pero no toma ninguna relación de más de una noche. Bueno, solo con una tiene una relación, con la odiosa de Julieta, desde hace años se tienen declarada la guerra.
Lo que ambos no saben es que todo puede cambiar en una noche.
Julieta
Me despierto y mi alarma no sonó esta mañana, me levanto rápido y voy a darme una ducha exprés, mientras me seco el cuerpo me miro en al espejo, no encuentro que sea una chica fea, bueno, aunque siempre he pensado que no existen las mujeres feas, pero, en fin, ningún chico se me acerca, quizás Romeo tenga razón en todo lo que me dice. Salgo de casa a la velocidad de la luz, al menos me queda cerca mi lugar de estudio.
Tengo que correr, es uno de los últimos días de clases y estoy llegando retrasada por 15 minutos, de pronto siento como alguien me empuja cayendo al suelo, miro y no era otro más que el imbécil de Romeo.
–Maldito imbécil ¿qué te pasa? –digo poniéndome de pie.
–Jajaja mi Julieta, que gusto verte y a mis pies como siempre – me dice en tono burlón como siempre.
–Sueña estúpido, eso jamás pasará– le doy una mirada con enojo.
–Solo te venía a desear que tengas un horrible cumpleaños, bruja apestosa.
Me puse de pie, le iba a dar una bofetada, pero justo atrapo mi mano con fuerza.
–Sueña con tocar este cuerpo – mientras toca su abdomen y esa camisa ajustada deja ver lo trabajado de su cuerpo.
Puso su típica cara de mujeriego, uff, sacudo la cabeza sacando esta última idea de mi rostro, tenía rabia siempre es lo mismo, no puedo entender como mis padres aman tanto a este estúpido.
–Únicamente te quería dar mi regalo de cumpleaños– me solté de su agarre y seguí caminando.
Pasa un segundo y él me agarra y me da un beso, bueno no diría que fue un beso, fue un simple choque de labios. Le quería pegar, pero se aparta con cara burlona y camina a nuestro salón. Lo último que me dice antes de ingresar a la sala de clases es –Espero que te pongas algo decente esta noche y puedas arreglar un poco tu cara, aunque sea imposible con lo fea que eres.
Estaba a punto de golpearlo, pero justo nos interrumpió el profesor.
–Ingresen antes que los lleve a dirección-dijo con cara de pocos amigos.
Veo a mi amiga haciendo señas y me dirijo rápidamente a su lado. – ¿Qué te paso? ¿Por qué llegas tan tarde y junto con tu dulce Romeo? –Me mira riendo.
–sjsjsjs estúpida ya sabes, lo de siempre nos encontramos afuera y tuvimos un lindo encuentro, como todos los días.
Sofia me mira y luego veo que saca algo de su mochila y me lo da –Amiga de mi corazón, feliz cumpleaños–Me da un fuerte abrazo entregándome su regalo, era un hermoso collar con un dije de una flor de loto, me encanto.
–Orden señoritas o se van de la sala –dice el amargado que tenemos por profesor.
Solo un día más y esto se acaba, Sofía es mi amiga hace ya 5 años, sabe todo de mí al igual que yo de ella, solo ella sabía mis planes luego de terminar nuestros estudios.
Al llegar a casa me recibió mi nana Sole, ella es mi nana desde bebe la quiero mucho, me estaba esperando con un regalo en su mano.
–Hola mi niña hermosa, feliz cumpleaños.
Me dio un gran abrazo y me entrego el regalo, eran unos aros muy preciosos.
–Me encantaron Sole, están hermosos, te quiero desde aquí al infinito– le di un abrazo en muestra de agradecimiento.
Ella es mi cómplice en todas mis locuras, siempre me excusa con mis padres. Subí a mi cuarto y me fui directo a la ducha, ya me quedaba poco tiempo para prepararme para la celebración familiar de nuestros cumpleaños y si digo nuestros porque desde que tengo uso de razón celebramos nuestros cumpleaños juntos, es una especie de tradición entre nuestros padres. Me puse el vestido que me trajo mamá de regalo, es un hermoso vestido rosa, se ajusta perfecto a mi figura, resalta un poco mis senos y mi cintura, termino poniéndome los aros que me dio mi nana y me maquillo solo un poco.
Romeo
Esta mañana iba llegando un poco tarde a clases y vi a mi querida Julieta, me acerqué para molestarla, no entiendo como siempre lo hace para fastidiarme la vida, aunque yo no me quedo atrás, luego de nuestras felicitaciones de cumpleaños ingresamos a clases y me fui a sentar con mi mejor amigo, Luciano, -Hola socio de nuevo llegando con tu eterno amor.
–Deja de molestar, ya sabes que nuestro amor lo expresamos de otra forma.
Y nos ponemos a reír, y no pudimos hablar más, ya que el profe nos dio una mirada, de esas que te dicen silencio o los saco.
Al llegar a casa estaban mis padres esperándome, me felicitaron por mis 18 años y me dieron un sermón, lo de siempre, tengo que ser responsable y seguir estudiando para hacerme cargo de la empresa de la familia, la cual era una de las más grandes textilerías del país, bueno esto no lo haría solo, ya que el socio de mi padre era don Pablo, el papá de esa odiosa. Yo aprecio mucho a su familia a excepción de ella obviamente, aún no recuerdo la razón por la cual inicio todo nuestro odio, pero eso no importa en estos momentos.
Me fui a mi cuarto y me di una ducha rápida y luego me vestí de forma formal, puesto que como todos mis cumpleaños la pasamos junto a la familia de ella, me fastidia mucho que sigamos haciendo esto nuestros padres saben que no nos llevamos bien, pero siguen insistiendo en que hagamos estas cosas juntos, que acaso planean que me case con ella.
Llegamos al restaurante y ellos aún no llegaban, nos fuimos nuestra mesa, la misma mesa desde hace años, es tradición sentarnos en esa mesa, nos sentamos, comenzamos a hablar un poco de la empresa y de pronto veo a los señores Benetton y detrás de ellos estaba Julieta y mi mirada quedo perdida en ella se veía realmente hermosa.