La adrenalina lo emocionaba, agarró el cuchillo, no podía usarlo, sabía que no podía salir lastimando a todos los que se le acercaban, pero había estado cerca. Si pudiese la tomaría allí, con ella sentada en el mostrador y las piernas alrededor de su cintura, pero no podía, primero porque tenía el código del club, luego porque la lastimaría. Estaba nervioso e incapaz de usar la delicadeza que Kiel había luchado por construir. Pero necesitaba de algún alivio para poder conducir, los demás iban a cenar, tenían unos minutos. Ella lo miraba fijamente, él quería su atención de ella de otra manera, se desabrochó el cinturón que llevaba puesto. Belinda sintió temblar su cuerpo al ver por primera vez el pene de Ben, en la piscina se negaba a mirar, pero ahora era imposible. No se había dado

