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1727 Palabras
4 años antes... Iba en segundo de secundaria, siempre he sido muy distinta a mi hermana, me gustaba jugar con mis hermanos más que con mi ella, mi personalidad es totalmente distinta a Valentina. Somos como el sol y la luna, el cielo y el infierno, el yin y el yang, ya van entendiendo la idea. Valentina es muy cercana a Pablo y yo a Tomás, somos el dúo loco, ellos (Pablo y Valentina) son los responsables, correctos y todo lo que sea bueno. Con Tomás somos las ovejas negras de la familia, a mis 15 años ya he ido a fiestas y he bebido alcohol, aunque mi hermano cree que no, bobo ingenuo, no he fumado ni probado drogas, aún, me gusta salir a disfrutar de la vida, de mi juventud, por suerte Tomás tiene muchos amigos, los cuales ya me conocen desde que comencé a salir con mi hermano, soy como la pequeña intocable del grupo, eso me encanta, tengo la fortuna de que mi hermano no es como los demás chicos de su edad que se avergüenzan de andar con chiquillas, él me lleva a todos lados, me protege y me cuida de todo. En el colegio no tengo malas notas, ahora tampoco soy excelente, pero no repito los cursos, que para mi es lo importante, ni siquiera me esfuerzo por estudiar, lo que aprendo de clases es lo que respondo en las evaluaciones. Tengo buena memoria, excelente diría yo, recuerdo cada cosa que he vivido y cada persona que ha pasado por mi vida, eso me ayuda a no caer con el mismo chico en alguna fiesta, ya saben se deben probar todos los sabores de los helados para poder escoger el favorito, ¿me entienden lo que quiero decir? En las clases siempre estaba sola, no es porque no tenga amigos, me gusta mi espacio personal, me gusta escuchar música, no me gusta hablar de mi vida con cualquier persona, por eso paso leyendo o escuchando música en los descansos. Mi hermana me ha invitado muchas veces con su grupo de amigas durante el almuerzo, pero con un día quedé en shock, no vuelvo a repetir eso, se la pasaron hablando, mi cabeza iba a explotar, para que se hagan una idea, Valentina es bombón, Sofía (su amiga inseparable) es burbuja y yo soy bellota, de las chicas súper poderosas. No hay mejor manera de describirnos, somos algo así, sobre todo yo, soy muy impulsiva, enojona, gruñona y capaz de golpear a quien que se lo merezca. Mi hermano Pablo y mi padre se han empecinado en darnos clases de lucha personal, según ellos por ser hijas del ceo de la empresa MAC, es necesario, así que después de clases comenzaremos la lucha, reconozco que estoy súper emocionada por comenzar, me encanta la lucha, mas si estoy yo golpeando. Valentina no quiere aprender, pero como dijo papá, "no es una invitación, es obligación" no refutó nada, ya que ella siempre hace lo que papá le pide, no puedo decir lo mismo, solo que esta vez me gusta lo que vamos a hacer por eso no le reclame nada. Cuando llevamos ya algunas clases de defensa nos sorprende mi hermano Pablo organizando un supuesto secuestro, bufé al tener que seguir la corriente en esta show, pero lo hago, me dejo amarrar en la silla y todo lo que viene después, las amarras fueron muy suaves así que me las saque fácilmente, cuando logre derribar a mi supuesto secuestrador mi padre me felicito — Sabía que serías capaz de librarte — me dice abrazándome — Gracias, papá — le respondo No soy cariñosa, no me gusta mucho que me abracen y esas cosas cursis, pero con papá si lo soy, me encanta estar entre sus brazos, siento que nada puede dañarme si lo tengo a él. Después de esas clases aprendí a sentirme más segura, me sirvieron bastante. Valentina vivía en su mundo rosa, como le digo a diario, mientras yo vivía en el mundo gris. Mi vida en sie ra tranquila, muy perfecta para mi gusto, en clases era la que pasa desapercibida y en las fiestas era otra alocada chica que disfrutaba la vida. Tomás siempre me apoya en todo, mi vida gracias a él es la mejor, cuando papá no quería darme permiso, Tomás se hacía responsable de mi, siempre hemos sido únicos en extremo y me encanta eso. Un día cuando faltaba poco más de un mes y medio, para las vacaciones de verano, llegó un chico nuevo, ese día mi vida cambió totalmente. No es que fuera precoz en el tema de pareja, la verdad a mis 15 años ya había tenido sus besos locos, pero nada más, no había sentido el deseo de entregar mi virginidad a nadie. Hasta que lo vi, caí rendida a sus pies, alto, rubio, ojos azules, parecía modelo a su corta edad, creo que me enamore a primera vista, estaba idiotizada por él. Obviamente no le conté a mi hermana, no quería que nadie lo supiera, pero creo que fui muy obvia. Fácilmente se volvió popular, comenzaron las fiestas y mi hermano siempre me ayudaba a salir, en eso siempre he sido igual, lo reconozco, en una de las tantas fiestas a las que iba, se me acercó, quedé pegada al suelo, era una idiota la verdad, no sabía cómo reaccionar, nunca espere que me hablara, estaba congelada en mi sitio mientras el me hablaba y sonreía, creí que moriría al sentir mi corazón tan acelerado, una estupidez de mi parte, solo a sentía cuando él me hablaba, no era capaz de hacer nada más. Eso le causó risa — Eres una coraza — fue lo que me dijo — ¿A que te refieres? — conteste tratando de mostrarme inmune a sus encantos — Pareces una chica ruda y dura, pero eres un algodón de azúcar hermoso — le responde y siento mis mejillas calientes — No se de que hablas — le digo mirando mi vaso Con esas palabras comenzamos a conversar, la fiesta de volvió aburrida y la atención se centro en la conversación que manteníamos. Pasamos de un tema a otro, descubrí que teníamos más cosas en común de las que imagine, fue una sorpresa la verdad, al vernos nos vemos tan opuestos, que ser tan similares no era posible en mi mente. Durante la fiesta estuvo a mi lado todo el tiempo, yo era la chica más feliz del mundo, imagínense el chico que adoran les toma atención, es lo mejor. Mi hermano le había llevado a la fiesta, como siempre, aunque me daba mi espacio siempre me cuidaba, sabía que estaba viéndome en algún lugar. Pasamos hablando de todo y nada, fue una noche perfecta, me sentía en una nube, era un sueño hecho realidad. Después de la fiesta se ofreció a llevarme a casa, le envié mensaje a mi hermano para que me permitiera eso, obviamente no le gustó la idea, pero me mantenía vigilada de lejos, este chico, del que no les dije el nombre, lo sé, me llevó a mi casa, todo un caballero, eso pensé, los días siguiente en clases no hablábamos a menos que fuera cuando estábamos solos, según él porque no quería que yo tuviera problemas con las demás, ya que muchas estaban enamoradas de él, acepte como una boba, comenzamos a tener algo informal, algo que a mí corazón ilusionaba cada día más. Faltando poco tiempo, solo unos días para las vacaciones, me invitó a su casa, ya habíamos pasado varias fases, los besos inocentes habían quedado en el comienzo de nuestra relación secreta, las manos ya habían tocado más de lo debido, pero me sentía preparada para eso, él me daba la confianza para pasar de etapa con él. Estaba enamorada como una tonta, idiota, mi corazón estaba entregado completamente a él, creía que era igual de su parte. Ese día que fuimos a su casa, no había nadie, eso fue perfecto, éramos adolescentes con las hormonas alborotadas, deseando todo, imagínense tener una casa sola con un adonis y enamorada. Un beso llevo a otro y así le entregue mi primera vez, con todo mi amor, desnudez mi alma para él, entregue todo de mi, en esa primera vez. Me sentí amada, feliz, deseada, única, correspondida. Fue delicado, en ese sentido no tengo ninguna queja, podría decir que fue perfecto, en ese momento fue perfecto. Desde ese día, siempre que podíamos nos arrancábamos a su casa, sus padres siempre estaban trabajando, por lo que teníamos el lugar perfecto. Llevábamos en esto casi dos meses, yo era la chica más feliz del universo, lo único que no me gustaba era que para todos él seguía soltero, yo la invisible y nadie sospecharía que hemos estado y seguimos estando juntos. El último día de clases, antes de salir de vacaciones de verano mi padre me pillo saliendo antes de clases, el director le había llamado porque últimamente nos saltábamos la última clase para estar juntos, justo cuando iba saliendo lo vi, llego a mi y me llevó a casa, no alcanzo a ver con quien salía y era lo mejor, mi padre es muy celoso de sus niñas, mi madre pelea con él a diario contra eso, pero mi padre nos sigue viendo como bebés. Al llegar a casa me interrogó sobre donde iba, yo solo levante los hombros como si no fuera importante, mi madre me miraba, vi en sus ojos el dolor al ver mi actitud, pero era una loca adolescente enamorada, debían entender mi actitud, después de ver que no respondía me castigaron, justo hoy, el último día de clases, justo la noche que mi novio secreto iba a realizar una fiesta, mejor dicho, una mega fiesta, de despedida de clases, justo ese día debían castigarme. Me enfureció, no podía creer ni mala suerte, mi chico me llamó cuando estaba en mi habitación encerrada, le dije que no podría ir a la fiesta, note que suspiro creí que de pena por no poder estar conmigo esa noche, me despedí de él con un lo siento y me quedé mirando la noche desde mi ventana. No sé cuento tiempo estuve así, ni quise cenar ni ver a mis padres, estaba molesta, yo solo quería ir con quien me tenía enamorada hasta los huesos. * un adelanto de esta historia*
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