CAPÍTULO 53—¿Montjuïc? —inquirí. —Sí, Montjuïc —afirmó Von Reiniger, con cara de cansancio—. El proyecto que hubiera cambiado Barcelona. —¿De qué manera? —preguntó Elvira. —Yo diseñé un plan para situar Barcelona a la cabeza de las más importantes urbes del mundo. Un proyecto que la habría convertido en la Mónaco del siglo XXI. Todo estaba perfectamente planificado hasta que… —Hasta que Alfonso Galán empezó a molestar, ¿verdad? —dije. —Galán y usted, amigo —contestó con irritante naturalidad—. Usted empezó a husmear donde no tocaba y se hizo necesario darle un escarmiento. Igual que a su amigo. En aquel momento me hubiera abalanzado sobre el alemán y le hubiera dado de hostias hasta hacerle perder el sentido, pero respiré hondo y decidí seguir por cauces civilizados. —No conozco nin

